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La Galerna

·26 Mei 2023

Supergarcía. Superdeporte. Superracistas. 

Gambar artikel:Supergarcía. Superdeporte. Superracistas. 

Buenos días. La Galerna nació con el propósito de oponer ironía a la estulticia, sarcasmo al antimadridismo, mesura a la locura. Pero ¿cómo mantener esa política cuando a nuestro alrededor la podredumbre moral se destapa como lo ha hecho en el curso de los últimos días?

Ayudadnos. ¿Cómo no llamar directamente racista al racista, sinvergüenza al sinvergüenza, miserable al que lo es? Es más: ¿no tenemos quizá la obligación de aparcar los mensajes transversales, de dejar a un lado la observación de las buenas formas como prioridad en beneficio de la claridad que todo este lodazal demanda?


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¿Cómo lo veis? La explosión de conciencia sobre el racismo es considerada por este panfleto innoble llamado Superdeporte como una “Pantomima full”. El hecho de que el valencianista Diakhaby declinara ayer la posibilidad de sumarse a una pancarta contra el racismo es interpretado por esta gente como que “no se prestó al paripé”y con ello “retrató lo que hay detrás de la campaña de Florentino y el rodillo del Real Madrid”.

Esta gente, cuyo patológico antimadridismo les impide abrazar la causa antirracista simplemente porque el negro sistemáticamente agredido por este sistema putrefacto juega en Concha Espina, considera que un jugador de color negándose a posicionarse contra el racismo es un ejemplo. Kyle Walker, Mbappé, Neymar, Iñaki Williams (así como la ONU, el gobierno de Estados Unidos, Lula da Silva, Infantino y un sinfín de estrellas del deporte y de otros ámbitos) son al parecer marionetas del presidente del Real Madrid que se han confabulado para que al Valencia C. de F. le cierren una grada de su maltrecho estadio, o para que Dani Senabre o Mónica Marchante se ahoguen en su propia bilis.

Diakhaby está en su perfecto derecho de posar o no posar con las pancartas que estime oportuno. Estaría bueno. Si siente tanto despecho por que su caso individual no se aclarara como para no sumarse a la iniciativa global que pretende acabar con TODOS los casos de racismo, allá él. Si le parece equiparable un presunto insulto de un compañero de profesión al hecho de que otro compañero de profesión sea racialmente abusado y acusado, con luz y taquígrafos, por multitudes en muchos campos de España, quizá deba intentar ver un poco más allá de sus narices. Que haga lo que quiera, pero no querer posar con la pancarta contra el racismo no debería ser considerado ejemplar ni siquiera por un colectivo de orates localistas como los que cada día (¡cada día!) hacen que salga a la luz este fancine.

Diakhaby no es el único, por otra parte, que debería hacer el esfuerzo de mirar un poco más allá de su ego. Los más viejos recordaréis (y los más jóvenes habréis oído hablar de él) a un periodista que mandó en las ondas hertzianas ochenteras con puño de hierro. Se llama José María García, y anda de gira por emisoras y redacciones, como los Rolling pero muchísimo más viejo. Le han preguntado por Vinicius y el racismo (porque la prensa deportiva española pregunta de todo a todo el mundo menos sobre Negreira a Guardiola), y el tipo ha dejado caer esta perla inenarrable. Casi no le falta ego ni le sobra vergüenza el sujeto.

Ya lo veis, amigos. Este es el nivel. Supergarcía sufrió el racismo mucho más que Vinicius. Racismo contra bajitos, suponemos. El episodio al que alude (los UltrasSur apaleando un muñeco con su aspecto en un fondo del Bernabéu) es absoluta y bochornosamente verídico. Por eso y por otras razones, Florentino Pérez (a quien García odia de manera enfermiza) prohibió su presencia en el estadio a los Ultras, a diferencia de lo que han hecho clubes como el Atleti o -a la vista está- el propio Valencia.

Por lo demás, sí a García le parece equiparable ese incidente con la serie de incidentes que Vinicius vive en sus carnes muchos domingos (porque ese día Garcia no estaba en el Bernabéu, pero cada domingo Vinicius juega delante de sus agresores, casi al alcance de su mano), si no ve la diferencia, decimos, debe ir al oftalmólogo para revisión de los ojos y al psicólogo para revisión de esa brutal sobrevaloración del yo. Nunca es tarde.

García, por lo demás, en su procesión por emisoras y redacciones, que parece el Jesús del Gran Poder en la Semana Santa de Sevilla, ha soltado esta otra perla para alegría del negreirismo.

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Pues ya lo tenéis. Empate. El Barça se compró a los árbitros porque lo dicen las facturas, pero el Madrid también lo hizo (y antes que el Barça, atención) porque lo dice García, quien por cierto, aunque ahora afirme saberlo de buena tinta, jamás lo denunció (lo del Madrid) durante los larguísimos años en que era el año y señor del periodismo deportivo en nuestro país. Qué mal timing, Josemari. Qué mala pata.

Y luego están las portadas del día, que quitando la infecta cubierta de Superdeporte ya expuesta tratan de remar lejos de la ciénaga.

Intentadlo vosotros también. Buena suerte.

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