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·12 Juni 2025
Su nombre es Luis Enrique (por @NachoJOsorio1)

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·12 Juni 2025
Por Ignacio Osorio
Este sábado recién pasado se vivió una de las finales que probablemente sea de las más recordadas, al menos desde los inicios de la nueva década, es decir, 2020 en adelante. El encuentro disputado entre el Paris Saint Germain y el Inter de Milán, es de los partidos más memorables que se recuerde en los últimos años, claramente por la contundencia de los franceses, quienes vencieron 5 a 0 a los dirigidos por Inzaghi. Los dirigidos por Luis Enrique dieron cuenta de los italianos de manera contundente, haciendo historia, pues fue la primera vez que una final de Champions, bajo esta denominación o la de Copa de Campeones de Europa, acabara con una diferencia de goles así de grande y notoria. El PSG ya hacía historia.
Los parisinos coronaron un proyecto que se demoró más de lo esperado o deseado. El equipo de la Ciudad de las Luces es, desde hace ya más de una década, administrado y regido por un fondo de inversión catarí perteneciente a la Familia Real de dicho país, recibiendo constantemente grandes cifras de dinero que hasta la fecha ascendía a poco más de 2.000 millones, dando un promedio de una inversión de 180 millones de euros en promedio por temporada. Por sus filas pasaron jugadores históricos como David Beckham, Zlatan Ibrahimovic, Lionel Messi y Kilian Mbappé, entre otros jugadores que forjaron, bajo la denominación de “estrellas” a un PSG que constantemente era catalogado como galáctico pero que no podía carburar para consagrarse como el mejor equipo de Europa (y probablemente del mundo).
Detractores e hinchas, de todo ha tenido el PSG en estos años en los que pasó de ser un equipo tradicional en Francia y pequeño pero de respeto en Europa, a convertirse en un constante animador de las competiciones europeas y en todopoderoso su liga local. De equipo mediano pero respetado, a gran coloso, todo eso de la mano de una transformación completa que llegó a reunir, en su momento a MNM, Messi, Neymar y Mbappe, tres de los mejores jugadores de la última década en el mundo. Pero hay algo que nunca tuvo, hasta ahora, que un técnico español llamado Luis Enrique, le dio: un equipo.
El extécnico del Celta de Vigo, Roma y la Selección Española, pero formado filosófica y tácticamente en las entrañas del F.C Barcelona, Luis Enrique ha sabido dar una suerte de vuelta larga, a pesar de haber sido multicampeón con los blaugranas, sus vivencias personales le han hecho, en cierto sentido, tener que esperar un poco para que reconocimiento llegase en la magnitud que se merecía. Luis Enrique es, hoy por hoy, el mejor técnico del mundo desde la perspectiva global, y lo ha dejado demostrado precisamente el día sábado, en donde ha una clase de cómo se juega el fútbol en su esencia misma de colectividad, asociación y formación de un equipo que está formado desde afuera hacia adentro, desde el camarín a la cancha y, fundamentalmente, desde la cabeza a los pies.
Sin figuras grandilocuentes o que estén en boga de todo el mundo por lo que hacen y/o dicen, sino que ha forjado a sus propias piezas, todas parte de un gran engranaje que es capaz de manera tal que el orden y el desorden son parte de una misma virtud, en donde los defensas son la base, sostén y faro guía, pero también los encargados de destruir los embates rivales.
Luis Enrique ha logrado con su PSG no solo ser campeón, sino mostrar al mundo que el fútbol de Michels, Cruyff y Guardiola ha dado un paso adelante, sometiendo a su rival en la instancia de clubes más importante del mundo como la final de la Champions y que es, muy probablemente, la mayor y mejor demostración de lo que es el Fútbol desde su esencia de juego misma.
Es de esperar que Luis Enrique y el PSG sigan con sus destinos unidos y puedan construir a futuro un equipo que, a pesar de lo volátil y rápido que todo pasa en el mundo del fútbol actual, siente bases y raíces para la posteridad.