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Haciendo un poquito de fútbol-ficción, con que no hubiera ocurrido la habitual golfada arbitral que se viene repitiendo con demasiada frecuencia en el Sánchez-Pizjuán, la última jornada liguera podría haber deparado al Sevilla Fútbol Club una posición clasificatoria para frotarse los ojos y no dar crédito a lo que se está viendo. Fútbol-ficción, por supuesto que sí; pero haber podido contemplar a este Sevilla FC de saldo y penuria económica a un solo punto de puestos europeos y por encima de equipos mucho más curtidos como la Real Sociedad o el Gerona hubiera resultado de todo punto increíble.

Lo que no es ficticio, lamentablemente, es el comportamiento prevaricador de los árbitros, tanto el del VAR como el del terreno de juego, que influyeron de forma flagrante en el desarrollo del encuentro. Precisamente en esta misma jornada, el entrenador del Mallorca, Jagoba Arrasate, ha mostrado su pesar por el devenir del fútbol nacional. Expresó un sentimiento al que cada vez se adhieren más aficionados por las actuaciones casi delictivas de los miembros del CTA. Uno de ellos, un tal Eder Mallo, está siendo ya investigado por un juzgado a raíz de una querella de un club, concretamente el Nástic de Tarragona.

A tenor de lo visto y de lo oído en los audios del VAR, sólo se puede concluir que lo de los árbitros del partido del Sevilla Fútbol Club ante el Español es, cuanto menos, sospechoso. Ninguno de ellos hace nunca referencia al empujón que sufre Badé y que provoca el efecto dominó que termina con el portero Joan García en el suelo. Obviar ese hecho, cuando se está viendo con claridad, es pura prevaricación.

¿Quiere esto decir que el Sevilla Fútbol Club no derrotó al Español por culpa de los árbitros? En absoluto. El equipo de García Pimienta tiene muchas carencias técnicas para dar el paso adelante que sería preciso para presentar candidatura a los puestos europeos de la clasificación, pero sobre todo lo que le falta es el convencimiento de poder hacerlo. Creerse capaz de acceder a ese premio es algo que aún no está en la mente ni de los jugadores ni por supuesto de quien los dirige. Ahí radica precisamente la importancia de haber encadenado una segunda victoria consecutiva por primera vez en toda la temporada, ya que ello podría haber contribuido a reforzar la mentalidad no sólo de la plantilla sino también del cuerpo técnico que la dirige.

En cualquier caso, y a pesar de no dar el salto definitivo hacia la lucha por un premio gordo, la situación clasificatoria del Sevilla Fútbol Club es absolutamente sorprendente, dado su comportamiento errático durante toda la temporada, los obstáculos que está teniendo que solventar y, como ya se ha dicho, las numerosas carencias técnicas que se evidencian en cada partido, hasta el punto de que puede decirse que sólo en uno de ellos, el disputado en Gerona, se ha tenido un desempeño acorde a la categoría de la entidad. La incógnita que se plantea, pues, con vistas al futuro es hacia dónde se dirigirá la tendencia, para lo cual habría que calibrar diversos factores, quizá el más importante de todos sería la configuración definitiva de la plantilla a partir del 3 de febrero.

La dirección deportiva ha llegado a los últimos días del mercado con demasiados frentes abiertos, la mayoría de los cuales estaban presentes desde hace semanas, pues no se puede decir que los casos de Iheanacho, Suso, Ortiz y Barco sean novedosos. El único que se puede considerar sobrevenido es el de Nianzou, cuya baja federativa sería posible debido a una decisión médica de última hora ante la insatisfactoria evolución de su lesión. Una vez llegados un extremo y un delantero centro, las necesidades pendientes del equipo de reforzar sus puestos de central y de lateral izquierdo son evidentes desde hace tiempo, por lo que se ha de presuponer que el departamento que lidera Víctor Orta podrá acometer reemplazos inmediatos en el momento en el que se vayan produciendo las salidas, pues no es mucho el tiempo que va a tener para reaccionar en los últimos días del mercado.

Otro elemento importante a considerar ante la evolución futura es el calendario pendiente de campeonato para los sevillistas, sobre todo en lo que concierne a las visitas al Sánchez-Pizjuán por donde aún tienen que desfilar Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid y Ath de Bilbao, entre otros. No cabe duda de que, si el presente del Sevilla Fútbol Club es sorprendente, el futuro es apasionante. Abróchense los cinturones que vienen curvas.