Rodrygo, sumido en el ostracismo | OneFootball

El pupilo de Carlo Ancelotti, Rodrygo Goes, no consigue salir del túnel. Brahim, relegado al banquillo

Rodrygo Goes busca un haz de luz en mitad de la oscuridad. Lo necesita como el comer. Sin más demora. Desde hace tiempo, el brasileño, uno de los cuatro tenores del ataque blanco, deambula por el campo. No marca. Tampoco asiste. Y pese a todo, su nombre se ha proliferado en las alineaciones de Carlo Ancelotti, técnico al que le cuesta horrores dejar al ’11’ en la caseta. Luego, a la hora de los cambios, la cosa cambia.

De hecho, Goes suele acabar los partidos oteando los últimos compases sobre el banquillo, lar que una parte del madridismo reclama para un jugador que sigue encorsetado. La situación pasa de castaño a oscuro. Ese colmillo de antaño parece que se ha desencolado en la presente temporada. Así lo corroboran los números: en los últimos veinte partidos con la zamarra del Real Madrid, Rodrygo ha anotado la friolera de un tanto.

Una diana que obró en la ida de octavos de final de UEFA Champions League ante el Atlético de Madrid. Pero para ello hay que rebobinar hasta el pasado 4 de marzo. Demasiado tiempo de barbecho. Contra los del Cholo, el pupilo de Ancelotti firmó un gol madrugador, poniendo así la primera piedra en una eliminatoria que se dilucidó, una semana después, en una tanda de penaltis tétrica para el cuadro colchonero.

En toda esta sequía goleadora que se magnifica día a día, Rodrygo también ha evaporizado su electricidad. Desborda a cuentagotas y, por ende, los rivales le enredan con suma facilidad. Ni rastro de su condición de futbolista volcánico. Ardiente. Imprevisible. Así las cosas, el conjunto merengue ha perdido chispa arriba, tal y como sucede con piedras angulares como Vinicius o Mbappé. Aunque, el The Best acumula un par de choques con otro cariz. Más enérgico.

Rodrygo eclipsa a Brahim

El principal damnificado de la confianza depositada de Carletto en Rodrygo… es Brahim Díaz. El malagueño, que vive un curso de claros y oscuros por las pocas oportunidades brindadas, suma 45 minutos en los últimos cuatro envites. Unos guarismos insuficientes para un mago con el balón en los pies al que le falta la etiqueta de primer espada. Visto lo visto, no se barrunta un giro de guion en cuanto a la presencia del ex del Manchester City en el once titular. Mientras tanto, Rodrygo no carbura.