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·31 Oktober 2024
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En el corazón del FPC hoy resuena un eco profundo de tristeza. La partida de Pedro Sarmiento es la de un hombre que dejó huella en más de uno de sus equipos.
Su vida fue una celebración del fútbol: desde su tiempo como volante aguerrido en la cancha hasta su labor como director técnico, Sarmiento se convirtió en un faro de inspiración y dedicación. En este momento de despedida, recordamos no solo su trayectoria, sino el amor incondicional que dejó grabado en cada partido y en cada corazón que palpita por el balompié nacional.
Como volante de marca, Pedro Sarmiento se destacó por su estilo de juego aguerrido y su capacidad para leer el partido. Defendió con garra los colores de grandes clubes como América de Cali, Independiente Medellín y Atlético Nacional, donde se ganó el respeto de sus compañeros y de la afición. Fue campeón con el primero y el último de ellos, festejando un par de títulos de liga con cada uno. 1976 y 1981 fue el festejo verdolaga; 1985 y 1986 el escarlata. A través de sus actuaciones, no solo demostró ser un gran jugador, sino que también se convirtió en un líder dentro y fuera del campo, inspirando a generaciones de futbolistas que soñaban con seguir sus pasos.
Como entrenador, Sarmiento continuó aportando su vasto conocimiento del juego, guiando a sus equipos con una visión estratégica que ha dejado una huella profunda en el fútbol colombiano. Su enfoque táctico y su habilidad para motivar a los jugadores lo convirtieron en un técnico admirado y querido. ¡DIRIGIÓ 10 EQUIPOS! Fue campeón de liga con el DIM (2004) y con Deportivo Cali (2005). En cada banco que ocupó, transmitió su amor por el fútbol, forjando no solo jugadores, sino también hombres de carácter que llevaban su legado en cada partido.
Hoy, mientras lloramos su partida, recordamos a Pedro Sarmiento como un verdadero apasionado del fútbol. Su legado perdurará en la memoria colectiva de aquellos que tuvieron la fortuna de verlo jugar y de aprender de él. A los aficionados, colegas y jugadores que lo conocieron, su espíritu siempre estará presente en el campo, recordándonos que el fútbol va más allá de un simple juego: es una forma de vida que une corazones y trasciende generaciones. Descanse en paz, Pedro, tu pasión y dedicación jamás serán olvidadas.