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·12 Agustus 2025

Raspadori y Ruggeri, ante un desafío que pocos italianos han superado

Gambar artikel:Raspadori y Ruggeri, ante un desafío que pocos italianos han superado

Con el reciente fichaje de Giacomo Raspadori, el Atlético de Madrid suma ya a su décimo futbolista italiano en la historia del club.

La mayoría de estos jugadores pasaron sin demasiada trascendencia, aunque hubo excepciones notables, como la de Christian Vieri.


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En verano de 1997, el joven delantero de 24 años llegó procedente de la Juventus, convirtiéndose en el primer italiano en vestir la camiseta rojiblanca. Vieri dejó una huella imborrable en su única temporada con el Atlético, anotando 32 goles en todas las competiciones y logrando el Trofeo Pichichi, un premio que solo otro colchonero ha conseguido desde entonces: Diego Forlán, con 32 goles en la campaña 2008-09.

Un año después, llegaron al club dos nuevos italianos, Stefano Torrisi y Michele Serena, desde Bolonia y Fiorentina respectivamente, aunque su paso por el Atlético se limitó a la temporada 1998-99.

En enero de 1999, el cuarto italiano en unirse fue Giorgio Venturin, que permaneció temporada y media, hasta el descenso del equipo a Segunda en 1999-2000. Tras un par de años sin presencia italiana, Demetrio Albertini rompió esa sequía en la temporada 2002-03, llegando desde el Milan. Su etapa fue breve, pero memorable, con un gol de falta en el Bernabéu que sigue en la memoria de los aficionados. Luego volvió a Italia, esta vez al Lazio.

En 2007, el Atlético incorporó a dos italianos más: Thiago Motta, procedente del Barcelona pero marcado por las lesiones, y el portero Christian Abbiati, en calidad de cedido desde el Milan. Abbiati disputó 30 partidos, pero ninguno continuó en el club la temporada siguiente.

Antes de la llegada de Raspadori, el último italiano en el Atlético había sido Alessio Cerci, que disputó apenas once partidos oficiales entre 2014 y 2017.

Este verano, junto a Raspadori, ha llegado también Matteo Ruggeri, lateral izquierdo de 22 años fichado desde el Atalanta por 18 millones de euros. Raspadori, delantero de 25 años, llegó desde el Nápoles en una operación valorada en 22 millones más cuatro en variables. Ambos afrontan un desafío complicado: lograr triunfar y asentarse en un club donde pocos italianos lo han conseguido.

Esta dificultad no es exclusiva del Atlético, ya que en muchos equipos españoles los futbolistas italianos, salvo excepciones, no han rendido a buen nivel. Entre esas excepciones destaca Fabio Cannavaro, quien tras ganar el Mundial de 2006 y obtener el Balón de Oro, defendió la camiseta del Real Madrid y ganó dos ligas con un papel relevante.

Otro italiano que dejó huella fue Giuseppe Rossi, autor de cuatro temporadas consecutivas superando la decena de goles en el Villarreal. También tuvo etapas en Levante y Celta, aunque con menor impacto.

Sin embargo, el ejemplo más sólido de asentamiento italiano en España es Vicente Carboni, quien jugó nueve temporadas en el Valencia, siendo pieza clave del equipo. Es el italiano con más partidos en LaLiga (245) y conquistó dos ligas, una Copa del Rey y una Copa de la UEFA con el club valenciano.

Otros jugadores como Maresca (Sevilla y Málaga), Moretti (Valencia), Panucci (Real Madrid) y Lanna (Salamanca y Zaragoza) también tuvieron trayectorias destacadas en España.

Ahora, Ruggeri y Raspadori afrontan un reto difícil pero abierto: romper con la norma y dejar una huella importante en el Atlético y en LaLiga.

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