Afición Deportiva
·23 Februari 2025
Ponferradina 4 – 0 Segoviana: vencer, convencer y disfrutar
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·23 Februari 2025
La Ponferradina golea a la Segoviana en el Toralín en un partido marcado por un penalti y expulsión a la media hora
Vencer y convencer. Eso es lo que necesitaba la Ponferradina para no ver comprometido su futuro a corto-medio plazo. Pero, es que, los de Javi Rey le sumaron un tercer elemento a dicha fórmula: divertirse. Disfrutaron e hicieron disfrutar a los más de 5000 aficionados que poblaron la soleada tarde en Ponferrada. El encuentro, sentenciado desde la primera media hora por un penalti y expulsión señalado sobre Álvaro Bustos, dio paso a un festival berciano. El `15´ no solo fabricó una pena máxima, sino que sus dos tantos en la segunda mitad acabaron con el optimismo, ya por entonces inexistente, de la Ponferradina.
Maravilló Ernesto, Andrés dejó la portería a cero…todo le cayó de cara a la Ponferradina en una fría tarde de domingo en Ponferrada. Cierto es que el choque se puso de cara, pero el conjunto de Javi Rey supo aprovechar esa inclinación a su favor para recuperar sensaciones y aprovechar el pinchazo del Nástic. Se encamara, entonces, el equipo berciano al podio provisional del grupo I, muy lejos de la Cultural y dos puntos por encima del playoff, el que debe ser, por el momento, el objetivo prioritario.
Revolución total la que implantó Javi Rey en su once, sabedor de la necesidad no solo de vencer, sino de convencer. Seis cambios respecto a Amorebieta. ¿Atrás? Adiós a línea de tres atrás, quedándose Lancho y Sibille en el banco en beneficio de Novoa. Álvaro Ramón, con la modificación de sistema, recuperaba su puesto en el lateral izquierdo. ¿Arriba? Yeray, Ernesto y Cortés sentaron a Borja Valle y Pau Ferrer, habituales desde la llegada del castellonense. Y, en el medio del campo, destacaba la ausencia de Lozano. Oliva, por la Segoviana, retornaba a la portería debido a la baja por apendicitis de Carmona mientras que, en lo referente a los jugadores de campo, Olmedilla, Astray y Borrego eran las novedades respecto al pasado fin de semana.
La necesidad de sumar apretaba a ambos equipos, aunque desde un principio el planteamiento de ambos conjuntos quedó más que claro. Los bercianos se hicieron con el timón de la posesión, mientras que los castellanos, asentados en bloque bajo, buscaban verticalidad y contrataques vertiginosos. Y, durante un buen rato, se anularon por completo. Ni unos eran capaces de romper el entramado defensivo rival ni los otros salir de su cueva. Lo positivo para la Ponferradina es que picar piedra suele dar su resultado y, con el paso de los minutos, los huecos aparecieron. Álvaro Ramón se convirtió en un puñal que, de forma constante, apuraba línea de fondo para servir centros. A través de uno de ellos tuvo Cortés el primero, pero su cabezazo se topó con la madera.
Fuente: Redes Sociales `X´ de la Ponferradina
Corría la media hora de juego y, todo lo que no había sucedido anteriormente, aconteció en cinco minutos. Al palo de Cortés le procedió un mano a mano de Farrell que desbarató Andrés Prieto. El último haz de ilusión para la Segoviana. Yeray filtró un pase para que Bustos se quedara frente a Oliva, pero Pascual lo derribó antes de que pudiese armar la pierna. Penalti y expulsión. El segundo castigo, el de la roja, resulta inexplicable, pues ni se trató de un acción violenta ni aparece en el reglamento dicha posibilidad. Sea como sea, Cortés convirtió desde los once metros y encarriló el encuentro para los suyos a cerca de una hora para la conclusión.
La Segoviana se quedó en shock, igual que cuando a un boxeador le entra una mano que no le esperaba y, en un abrir y cerrar de ojos, se encontrase en la lona. El problema, para los castellanos, es que aquí el colegiado no iba a frenar la hemorragia, sino que había sido un detonante más de su herida. Cortés, Esquerdo y Álvaro Bustos dispusieron de tres ocasiones consecutivas para ampliar la ventaja, pero tuvo que ser en una contra cuando terminó de matar la Ponferradina el encuentro. O, mejor dicho, se suicidó el conjunto visitante, pues la definición de Yeray se había topado con el poste hasta que Astray, en el rechace, se la introdujo para dentro de forma involuntaria.
La roja, más que el penalti, había condenado a un equipo que, si ya llegaba al Toralín con la flecha para abajo y siendo uno de los peores visitantes, ahora parecían bajar los brazos ante la pesada losa que se les presentaba. La Ponferradina, por su parte, disponía de una segunda parte inmejorable para recuperar sensaciones, reconectar con la afición y aprovechar el pinchazo del Nástic para abrir distancia respecto a los playoffs.
Se quedó un segundo tiempo prácticamente intranscendente, más aun al ver que la dinámica no cambiaba tras el paso por vestuarios. La Ponferradina gozaba de muchísimos espacios y era cuestión de tiempo que la victoria se tornase en remontada. Diez minutos aguantó la resistencia segoviana y dos en hacer aguas posteriormente. Las piernas pesaban, la cabeza tampoco ayudaba y Álvaro Bustos se cebaba con la zaga castellana. Primero lo hizo con la cabeza entre los dos centrales tras un centro de Ernesto y, en la siguiente jugada, con la izquierda después de que Yeray le dejase solo delante del portero rival.
Fuente: Redes Sociales `X´ de la Ponferradina
Más de media hora restaba para el final y el choque estaba más que sentenciado. Es decir, a buen seguro que la Segoviana habría firmado que el colegiado indicase el final antes de tiempo, pues más allá de correr tras el balón no podían construir otra cosa. ¿Si la Ponferradina hubiese aceptado? Es discutible, ya que se divertían como niños, algo difícil de conseguir en una categoría en la que cada enfrentamiento es una agonía continua. La sensación era parecida al día de Amorebieta, donde todo salía de cara y, saliese quién saliese del banquillo, cumplía.
Javi Rey se permitía el lujo, incluso, de darle un buen puñado de minutos a Morrín, quién debitaba con la elástica blanquiazul. Y, lo cierto, es que con el terreno de juego inclinado a su favor, no dejó malas sensaciones. Entró también Pau Ferrer, jugador al que buscaban sus compañeros, sabedores de que van a necesitar de su efectividad en el día que Mula regresó tras su lesión. Pudo ampliar las distancias la Ponferradina en varias jugadas, coqueteando con la manita o lo que podría haber sido una goleada histórica, pero el guionista de la historia pareció apiadarse de una Segoviana moribunda.
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