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·12 Januari 2025
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Catorce victorias consecutivas, una detrás de otra, desde Vic hasta Osasuna, pasando por Barcelona. Quien lo iba a decir, sobre todo a aquellos que como cada año salieron prestos a pedir la cabeza de Simeone tras los primeros tropiezos del curso. Pero lo cierto es que el Atleti necesitaba ganar a Osasuna para consumar un récord histórico, recuperar de paso el liderato y proclamarse así campeón de Invierno y lo hizo. Uno a cero, sufrido, peleado, ganado. Es el Atlético de Madrid de las grandes citas, el que pelea por los títulos, el que Simeone construyó desde la nada más absoluta y todavía, trece años después, mantiene más vivo que nunca.
El Atleti salió a por el partido y avasalló a los de Vicente Moreno en los primeros quince minutos. Marcó Griezmann y anuló el VAR por una presunta mano que daría para discutir qué sucede cuando el brazo es un bloque con el tronco. Falló dos Julián de las que no suele fallar. Simeone era un puñal en mantequilla por la derecha y los rojillos, que habían salido con el claro propósito de defenderse, de no dejar espacios a la espalda, de ahogar con intensidad y presión la construcción del juego rojiblanco, se miraban unos a otros barruntando el desastre, que era el gol que abriese el partido tan pronto. Pero el gol no llegó y eso templó los ánimos pamplonicas y fue ahogando la creatividad del Atleti. En la teoría de los vasos comunicantes Osasuna fue creciendo en el partido, sintiéndose más cómodo, mientras que el Atleti parecía pedir la tregua del descanso para poder reorganizar sus ideas
En el segundo acto Simeone, que había formado con el once que ya vienen siendo tipo, dejando a Llorente y Lino en el banquillo por Nahuel y Gallager, sustituyó al inglés para dar entrada al brasileño. El equipo volvió a activarse ofensivamente con ese cambio. Lino percutía una y otra vez con la ayuda de Galán y por ahí se agitaba el partido. Llegaron las ocasiones, pero no era el día de la contundencia. Sí el de la pelota parada. A los diez minutos de la reanudación, un córner sacado en corto sirvió para que Griezmann metiese una pelota medida al segundo palo, donde apuró Lenglet para dejar la pelota atrás, muerta, para que el Julián Álvarez la bajara y fusilara a Sergio Herrera, que era el jugador más destacado de Osasuna.
MADRID, SPAIN – JANUARY 12: Julian Alvarez of Atletico de Madrid scores his team’s first goal during the LaLiga match between Atletico de Madrid and CA Osasuna at Riyadh Air Metropolitano on January 12, 2025 in Madrid, Spain. (Photo by Denis Doyle/Getty Images)
Con el resultado a favor, el Atleti se replegó con descaro, se protegió en su campo, le dio la pelota a Osasuna y esperó su oportunidad para matar el partido. El conjunto navarro no sabía muy bien qué hacer con tanta pelota y tan poco espacio y así el tiempo fue pasando. Ni ellos se acercaron ni el Atleti tampoco mató el partido en las contras que consiguió conectar. Final, tres puntos, liderato, récord y campeonato de invierno. Este Atleti está para grandes cosas.