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·5 Juli 2025
La mega fábrica de Aston Martin, un lugar de última generación para Alonso y Newey hacia un futuro prometedor

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Probablemente sea sobre lo que gira Aston Martin. Su futuro, pero también el presente. Alonso, Stroll, Newey. Un lugar, la fábrica, el AMRTC, que no es solamente el hogar de la creación del próximo AMR26 de 2026. Sino donde todos los ojos están ya puestos en este momento. De aquí también nació el salto a ser mejores. Porque el equipo de Silverstone tiene mucho más, aunque todo se concentra en una mega instalación nunca antes vista en Fórmula 1.
Los británicos son conscientes de la gran oportunidad que supone para ellos poder sacar provecho de su alianza con Honda, contar con la presencia de Adrian Newey en la estructura, tener un túnel de viento propio… Por estas razones, entre otras, lo primero que quieren es tener todas y cada una de las piezas ordenadas. Y eso pasa por hacerlo en una fábrica majestuosa como la que ya funciona y opera a pleno rendimiento.
Tras una gran inversión por parte de Lawrence Stroll, las expectativas y los objetivos son enormes. De hecho, aunque no se pongan una fecha límite, el propio Lawrence, dueño del equipo y de la misma marca -así como padre de Lance-, tiene claro que la hoja de ruta es pelear por ser campeones menos de tres años, con 2026 como primer año clave debido a la nueva y cambiante normativa.
Para ello, Aston Martin busca el equilibrio entre el desarrollo del AMR25 y el AMR26 que, aunque es complicado, dicho por el propio Bob Bell -director técnico ejecutivo-, puede dar respuesta a varias incógnitas que puedan surgir con el nuevo coche. Y por eso todo se basa en la fábrica. Unas megas instalaciones que han costado alrededor de 230 millones de euros. Todo ello pagado, claro, por el propio multimillonario Lawrence Stroll.
Se trata del conocido también como Campus Tecnológico en Silverstone, precisamente, ubicado a 200 metros de donde se celebra este fin de semana el Gran Premio de Gran Bretaña. De hecho, una de sus puertas colinda, literalmente, con el trazado inglés.
La misma fábrica representa mucho más que una nueva sede: es el centro neurálgico de una filosofía que busca llevar al equipo a la cima de la Fórmula 1. O lo que es lo mismo; la que pueda hacer porque Fernando Alonso tenga en sus manos el coche necesario que le permita ganar su ansiado tercer título… pero también aquel que venga detrás de él. Porque sí; es una inversión a un gran futuro.
Con unas instalaciones que abarcan 37.000 metros cuadrados distribuidos en tres edificios, el Aston Martin Racing Technology Campus (AMRTC) no solo duplica la capacidad operativa en comparación con su predecesora, el primer hogar de equipos como Jordan o Racing Point (anterior Force India), sino que también unifica departamentos clave en un entorno de trabajo que fomenta la eficiencia y la innovación
El AMRTC cuenta con avances que podrían marcar un antes y un después en el desempeño del equipo. Entre ellos destaca el nuevo simulador de última generación y un innovador túnel de viento, diseñado para revolucionar el desarrollo aerodinámico de los monoplazas. Estas herramientas permitirán optimizar cada detalle del AMR25, el modelo de 2025, y del futuro vehículo que competirá bajo el reglamento de 2026.
«Me siento un privilegiado y muy orgulloso de ser parte de esta organización. Y sí, esperamos poder convertir pronto estas instalaciones y esta inversión en resultados los fines de semana», decía el astur al pódcast Back at the base. Y parece que así está siendo.
Después de un inicio de 2025 duro, en el que la principal cuestión en la mente de Alonso ha sido salvar los muebles fin de semana tras fin de semana y ya en frío, en esta segunda parte del año la ilusión ha vuelto a subir como la espuma. Sobre todo porque el equipo británico ha dado con la clave: traer piezas nuevas, con firmeza, pero especialmente descubrir y tener la certeza de que funcionan y si hay relación entre lo que dicen los ordenadores y la pista.
Lo mejor de todo es que eso se ha trasladado a la pista: en apenas dos meses han pasado de ser el último coche a estar en la pelea por ser el mejor de la zona media, el mejor de los que no suben al podio… y eso que aún queda temporada por delante.
Tanto Fernando Alonso como numerosos miembros del equipo se han dedicado en los últimos tiempos a piropear la labor en la nueva fábrica y a crear una gran expectativa que hoy ya no es solo habladuría, ya es algo real: este paso adelante del AMR25 ha salido desde allí... bajo la atenta supervisión de Adrian Newey. Aunque una imagen vale más que mil palabras. El nuevo simulador, los nuevos edificios para acoger al nuevo personal… se han convertido en el refugio de la ilusión.
Muchos la tildan de ‘faraónica’ y que se ha destinado a hacer hueco a todo el elenco de estrellas que se han incorporado a la marca. Enrico Cardile, el propio Andy Cowell… o el mismísimo Adrian Newey, que no reparó en lanzarle flores. De hecho, como explicó Andy Cowell a la prensa invitada al complejo, el gurú de la aerodinámica ya se ha hecho con todo lo que puede tener en su mano en la fábrica del AMRTC. Tanto, que incluso se queda trabajando a deshoras plasmando en un papel las ideas de diseño que tiene sobre el futuro coche de 2026. Y no se trata de magia o de suerte, se trata de trabajo, se trata de Newey.
«Esta semana tuvimos a Fernando y Lance (Stroll) en el túnel de viento con Adrian y la maqueta (del AMR26). Adrian hablaba de las características, y empuja los límites. Encaja diez cosas en el espacio donde solo cabría una. Es un desafío para los ingenieros y para todo el grupo de aerodinámicos. El ritmo de cambios en el modelo del 2026 es el más rápido que hemos mantenido hasta ahora. Es realmente impresionante”, dijo el jefe del equipo verde sobre Newey. «No va a reuniones ni responde correos electrónicos, simplemente diseña un coche rápido».
Todo esto hace que Fernando Alonso mantenga sus esperanzas de acumular más victorias y prolongar su carrera más allá de los 44 años que cumplirá en 2026, cuando expira su actual contrato… pero que nadie, ni el mismo Fernando, se atreven a afirmar que será el último.
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