MUNDO MILLOS
·27 Mei 2025
La inimaginable fecha 20

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·27 Mei 2025
En la cabeza de ninguno de los asistentes a El Campin estaba que el partido de la última fecha contra el Boyacá Chicó iba a resultar tan entretenido y emotivo.
Antes del pitazo inicial a las 4:00 p.m., la preocupación era que se dieran los resultados en las otras plazas para que Millonarios pudiera tener el punto invisible, estando pendiente de lo que pasaba en el Manuel Murillo Toro, en el Pascual Guerrero y/o en el Atanasio Girardot. El triunfo de Millonarios se daba por descontado.
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Pero todo cambió en solo 10 minutos. Dos errores defensivos infantiles hicieron que ese partido, aparentemente de trámite, entrará en calor y resultara siendo uno de los juegos más emotivos del semestre. Ni los goles de Jairo Molina, ni el cerrojo defensivo que planteó Flabio Torres, ni el tiempo que quemaron los jugadores visitantes fueron suficientes para detener a un arrollador Millonarios que empató, remontó y superó a su rival de una buena manera.
Me hizo recordar momentos en los que sabíamos que Milonarios ganaría de local, así empezara perdiendo. A muchos detractores les cuesta reconocerlo, pero así era el mejor Millonarios de la era Gamero. Y ayer tuve esas sensaciones, máxime cuando fue un semestre dubitativo donde de local no fuimos consistentes.
Pero volvamos al presente. Era una obligación ganarle al Boyacá Chicó, en eso no está el mérito del partido de anoche, por más de que haya sido un 0-2 de arranque. Tampoco es el haber obtenido el famoso punto invisible que nos permite entrar con una ventaja deportiva que debemos aprovechar.
El verdadero mérito de ayer fue encontrar a un equipo comprometido, con hambre de ganar, de no decepcionar a su hinchas, con una actitud superlativa que impregnó a un estadio que con el buen inicio del rival se iba llenando de dudas y miedos.
En la cabeza del aficionado habían dos pensamientos: el impaciencia por la encerrona del rival y el miedo a ‘pechear’. En cuanto a lo primero, ese partido lo hemos visto mil veces: un rival débil, que se encuentra un gol al inicio y empieza a defenderse y hacer tiempo. Muchísimas veces nos han sacado los resultados así, pero ayer no iba a pasar.
Lo segundo es la sensación de ‘pechear’. Cuando la paupérrima señal del estadio permitía tener conexión a Internet, era una generalidad ver a los hinchas decir «gol de Aguilas», «sigue ganando Junior», «América va 0-0», mientras que nosotros perdíamos contra Boyacá Chicó. Todos los astros se alinearon en torno a Millonarios, pero una vez más aparecía el miedo a depender de nosotros mismos y arrugar.
Afortunadamente no pasó, gracias a un hermoso y gritado gol de Radamel Falcao Garcia Zarate. «Tantas veces me mataron, tantas veces me morí…» y ahí estaba de nuevo el ‘9’, sacando una de sus mejores armas para poner arriba a su amado Millonarios y celebrar a rabiar con la tribuna.
En fin, la tarde noche del 25 de mayo fue vibrante y apasionada, un abrebocas fantástico para unos nuevos cuadrangulares que seguramente vendrán llenos de emociones y que pondrán a prueba la capacidad cardíaca de millones de hinchas que estarán en vivo o en televisión alentando por una nueva estrella.
El mérito no fue remontar un 0-2 o lograr el punto invisible, el mérito fue haber encontrado esas sensaciones místicas que renuevan una ilusión después de un semestre de altibajos. Siento a un equipo unido, mentalizado en su objetivo y con la fuerza para poder soñar con gritar «Campeón» en junio, como hace 2 años. Ese es el verdadero triunfo de ayer.
¡Vamos Millonarios!
Andrés Rey Hernández@andresreyhdez