Da igual la pelota
·26 Januari 2025
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·26 Januari 2025
El Barcelona acostumbrado a jugar finales y también a ganarlas buscaba su quinto título de Supercopa y el cuarto de forma consecutiva. Enfrente el Real Madrid que quería lograr su primer título en la historia. Sin embargo, este Madrid está muy lejos del nivel al que compite el Barcelona. Estilo, calidad y orden son algunas de la cualidades del equipo de Pere Romeu que brillaron en esta final en Butarque.
La finales se juegan y se ganan y eso lo sabe bien el Barcelona. Salió con sus mejores galas para levantar el trofeo de la Supercopa. Con un once que no defrauda y con unas jugadores en un estado de forma estratosférico. El Barça generó peligro desde el inicio. Tanto que en el minuto 8 llegaba el primer aviso de las culés. Un gol de Pajor, debido a un rebote en el que Misa no agarró con contundencia el balón. Error de la portera madridista que pudo suponer el 1-0, pero que por suerte para las madridistas fue anulado por el VAR.
Sin embargo, el Real Madrid no era consciente de lo que se le veía encima. Con un Barcelona organizado, con imaginación y confianza supo sobreponerse con mucha facilidad. La debilidad defensiva de las de Alberto Toril era notable. Demasiados espacios abiertos, especialmente por el carril izquierdo. Graham fue la protagonista del primer gol. La noruega se atrevía a disparar desde la frontal del área un derechazo al primer palo. Un golazo que ponía de pie a todo Butarque.
Con el marcador a favor, era el turno de Pajor para reivindicarse. Su gol anulado previamente no le quitó la sed de querer hacer más. La 17 del Barça, siempre atenta en el área pequeña, aparecía para hacer el 2-0 tras llegar de nuevo a otro mal despeje de Misa. El Barcelona dominado el balón, sabiendo qué hacer con él y dónde poner en el momento correcto. Las culés cerraban un primer gran tiempo marcando antes del descanso con otro gol de Pajor. La polaca se desataba haciendo el tercero de su equipo y un doblete para su cuenta personal.
Ewa Pajor celebrando su segundo gol frente al Real Madrid | Fuente: X (@RFEF)
Al Real Madrid no le quedaban muchas opciones. Apostó por mantener la cabeza alta cuando aún se jugaba con un 1-0. Fue cuando se vieron más ocasiones de la blancas, concretamente de la MVP de la semifinal contra la Real Sociedad: Linda Caicedo. La colombiana de 19 años volvió a ser la que proponía algo de juego, no solo atractivo sino también eficaz. La 18 del Real Madrid se atrevía a plantarle cara al Barça, cambiando de banda en distintos momentos del partido y generando ocasiones de peligro.
Sin embargo, una sola no puede hacer todo y la falta de compromiso de sus compañeras en la final tuvo como consecuencia un asedio culé. En el segundo tiempo, las blancas se libraron de un penalti a favor del Barça, pero lo que no pudieron evitar fue el cuarto gol que salió de las botas de Patri. La centrocampista lanzaba un derechazo desde el borde del área, haciendo así un póker de goles.
Las opciones del Madrid, aunque se marcar un gol en la portería de Cata Coll se iban desvaneciendo. El Barça se posicionó principalmente en el área madridista y salir a la contra fue misión imposible. Las vikingas pudieron marcar el gol del honor, pero tuvo que ser anulado por fuera de juego. El conjunto de Pere Romeu se llevó otro Clásico más para las estadísticas, cerrando la goleada con el gol de la capitana Alexia Putellas, y un trofeo más para sus vitrinas.
Autora: Natalia Blanco
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