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·4 Desember 2024
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El FC Barcelona se reencontró nuevamente con su versión más intimidante. Los de Hansi Flick no escatimaron en convertir cinco anotaciones contra el RCD Mallorca en una jornada en la que anotaron dianas: Ferran Torres (12'), Raphinha por duplicado (56' y 74'), Frenkie de Jong (79') y Pau Víctor (84'), en lo que fue una auténtica fiesta culé en San Moix.
Uno de los protagonistas destacados de esta notable celebración azulgrana en tierras mallorquinas fue la joven sensación de la cantera, Lamine Yamal, quien desempeñó un papel clave en la segunda diana de Raphinha al brindar una asistencia digna de un videojuego. El de Rocafonda asistió al nativo de Porto Alegre con un sublime pase a tres dedos preciso que lo dejó en una excelente posición para marcar el 1-3, demostrando una clase equiparable a la de los mejores delanteros centrales del mundo.
Ahora, independientemente de su gran actuación, Lamine Yamal no consiguió anotar a lo largo de los 90 minutos de juego, a pesar de haber estado muy cerca de lograrlo en varias ocasiones. Incluso tuvo una oportunidad de oro para hacerlo, ¿cuándo? Al 55', en el momento en que le cometieron una falta en el área, lo que llevó al colegiado Jesús Gil Manzano a señalar un penalti que posteriormente sería convertido en anotación por Raphinha.
Sin embargo, durante la transmisión televisiva del compromiso, Raphinha, mostrando su liderazgo como capitán, consultó a Lamine Yamal si deseaba ejecutar el penalti, crucial para romper el empate 1-1. No obstante, a pesar de la oferta, el '19' azulgrana declinó la oportunidad y le indicó al '11' que tomara él la pena máxima, como suele ser la norma cuando Robert Lewandowski no está disponible para lanzarlas.
Aunque Lamine Yamal no tomó el penalti, este gesto resaltó la generosidad de Raphinha, quien reconoció la opción de que el extremo derecho regresara de manera excepcional con una diana, tras su primera titularidad después de recuperarse de su lesión. Por lo tanto, le ofreció ejecutar la pena máxima como una ocasión importante para aumentar su registro goleador. Sin embargo, el canterano culé, en un gesto de respeto, decidió que la estrella brasileña, uno de los mejores cobradores de jugadas a balón parado del Barcelona, fuera el encargado de ejecutarlo.