El «sí» de Thiago Pitarch a España: así se gestó su «no» a Marruecos | OneFootball

Thiago Pitarch es el futuro del Real Madrid… y de la Selección Española. El joven mediocampista de 18 años está siendo la nueva sensación de La Fábrica. Después de haber realizado un gran ‘stage’ de pretemporada en el Castilla de Arbeloa durante la pretemporada, Xabi Alonso «lo fichó» para el primer equipo. Y por ahora, es todo un acierto. En su debut con los mayores, en el amistoso a puerta cerrada en la Ciudad Deportiva contra el Leganés, Thiago marcó. Luego, tuvo minutos también contra el WSG Tirol en Austria. Aunque todavía no ha debutado en competición oficial, el tolosarra cuenta con él y se lo ha llevado en todas sus convocatorias ligueras.

Pero el nombre de Thiago Pitarch no solo resuena en Valdebebas. También le vigilan de muy cerca en la Selección Española. Este pasado jueves, el mediocampista figuró en la lista de los 23 futbolistas Sub-20 convocados para disputar dos encuentros amistosos contra Francia en la primera semana de septiembre. Después de un pulso con Marruecos, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) consiguió atar al prometedor centrocampista, junto a Rachad Fettal, el killer del Castilla. Justo antes del Mundial Sub-20 que debutará el 28 de septiembre en Chile. Un ‘sorpasso’ enorme por parte de la RFEF, quien se lleva a dos grandísimas promesas para el futuro de la Selección Absoluta.

Thiago Pitarch pudo decantarse por Marruecos…

No obstante, la balanza podría haberse inclinado en la otra balanza para Thiago. Nacido en el año 2007 en Fuenlabrada, el adolescente posee la doble nacionalidad. Su lado marroquí proviene de sus bisabuelos, por parte de su padre. Por lo tanto, Thiago estaba en total legitimidad de representar a los ‘Leones del Atlas’. Y fue hace poco tiempo.

Thiago Pitarch ha seguido un camino atípico. Inició su etapa formativa en la cantera del Atlético de Madrid, más tarde pasó por el Leganés y el Getafe, hasta llegar a probar suerte en el Real Madrid. Se incorporó a La Fábrica a comienzos de 2024 para jugar con el Juvenil C, aunque su verdadero salto se produjo el año pasado. Arrancó el curso bajo las órdenes de Julián López de Lerma en el Juvenil B y lo terminó formando parte del Juvenil A, con Álvaro Arbeloa. En enero de 2025, el ex lateral madridista decidió darle la oportunidad de subir de categoría. Al principio, sus minutos fueron contados. Simples apariciones puntuales. Sin embargo, todo cambió cuando consiguió marcar un gol y dar dos asistencias frente al Móstoles en la Liga. A partir de ese momento dejó de pertenecer al Juvenil B para convertirse en una pieza fundamental en el equipo de Arbeloa. Era imposible moverle del once.

Y fue justamente ahí cuando Marruecos llamó a su puerta, en febrero de 2025. Después de haber reventado la del Juvenil A, Thiago empezaba a tener fama en Rabat. La Sub-18 marroquí se puso en contacto con él y Pitarch no veía con malos ojos representar al combinado magrebí. Sin embargo, su convocatoria no se dio por motivos burocráticos. Y de repente, llegó la Selección Española.

Pero España le cambió los planes

Dos meses después de la llamada de Marruecos, la Sub-18 española le llamó para unos entrenamientos en Las Rozas. Aunque no pudo debutar oficialmente –ni amistosamente–, Thiago se quedó encantado con la Roja. Era lo que siempre había querido. Porque el pulso se acabó ganando con los sentimientos. Pitarch siente un vínculo muy fuerte con sus raíces españolas. Está encantado con el interés que le puso la selección marroquí, pero nada puede igualar su vínculo con España. Además, su abuela nació en territorio español, en Ceuta. La elección de Thiago Pitarch se hizo con el corazón, nada más.

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Es una gran victoria para la RFEF. El perfil de Thiago Pitarch era pan bendito para Las Rozas. Se buscaba a un mediocampista creativo con ese talento para las inferiores pero también para el futuro de la Absoluta. Y se encontró. Por eso el pulso con Marruecos fue tan duro. Aunque la decisión final reposaba en el jugador. Porque Thiago eligió a España, y España también le eligió a él. Ahora, a las puertas del Mundial Sub-20 y con Valdebebas como hogar, el joven encuentra un nombre propio que no pide permiso: lo ocupa. Y, desde hoy, cada minuto que juegue llevará la firma de una elección que ya es bandera.