Fondo Segunda
·22 Januari 2025
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·22 Januari 2025
El poder económico es un condicionante importante en el fútbol. También lo es la calidad individual de los jugadores. Que se lo digan al Cádiz. Es, básicamente, lo que coloca a los equipos en las distintas categorías y escalones. Lo que facilita o pone trabas en el camino hacia los objetivos. Aunque en el fútbol siempre hay cabida para una sorpresa inesperada. Para ese ‘tapado’ que, sin disponer de estas ventajas particulares, logra codearse entre los grandes con la humildad por bandera.
Lo hace porque, entre otras cosas, mantiene su entereza. Su vestuario permanece unido como una piña indestructible. Al final, eso es lo más importante. La clave hacia el éxito. Porque bien es sabido que, por mucha estabilidad financiera que respalde a un equipo concreto, o talento que tenga desplegado sobre el campo, el proyecto puede tambalear. La unión hace la fuerza es un lema político mundialmente conocido que, con el fútbol como contexto, bien se podría aplicar.
En el caso del Cádiz la situación económica no es la más favorable. O, al menos, eso es lo que parece al analizar cada ficha movida en lo que va de mercado. Uno más propio de un equipo austero que nunca ha pisado la Primera División. Atendiendo a los pasos anteriormente citados como claves hacia el triunfo, lo siguiente sería el talento. Ese, se almacena únicamente en un par de piernas con respecto a las que no se puede ni se debe crear una dependencia absoluta. Garitano, de hecho, lo comentó en una rueda de prensa reciente. “Estoy esperando fichajes”, recriminó ante los medios.
“Nos faltan cosas arriba. En el uno contra uno, en el último pase y en la definición. Esa calidad que te dan las victorias y que no tenemos en el último tercio. Hay que ir al mercado”. Por tanto, – y teniendo en cuenta los historiales recientes del Cádiz en los mercados de fichajes-, el único factor restante para poder pensar que la temporada del Cádiz no está del todo perdida es la unión.
Aquella que impulse al vestuario a apretar los dientes para tirar del carro con fuerza hacia delante. Lo cierto es que, actualmente, son muchos los que lo intentan. Por no decir casi todos. Pero esa unión viene resquebrajándose desde principios de la temporada por un filo. El que sostiene Kouamé.
Concretamente, viene resquebrajándose desde que el futbolista africano decidió que su caché era demasiado elevado para Segunda División. Tuvo opciones para escabullir del barco en hundimiento cuando se confirmó el descenso. Pero ninguna que lograra satisfacer a Vizcaíno. En consecuencia, Kouamé no tuvo más remedio que quedarse en Cádiz. Una situación que no aceptó de una manera positiva, sino todo lo contrario. Un desprestigio en toda regla hacia la categoría. Ha terminado acarreando consecuencias sobre su actitud.
Tampoco se olvida tan fácil su feo gesto con Escalante, por negarle el saludo. Y su pelea con Alarcón en una sesión de entrenamiento, que se resolvió de manera salomónica. En aquel entonces, todavía con Paco López en el banquillo. Los dos jugadores fuera de la convocatoria en el siguiente partido frente al Córdoba. Las palabras podrá llevárselas el viento. Pero los hechos quedan enterrados profundamente en la memoria.
El Cádiz es plenamente conocedor de esta situación que no es beneficiosa para nadie. Por lo que se le busca una salida antes de que finalice el mercado de invierno. El Chicago Fire, de la MLS, ha llamado a su puerta. Aunque, de momento, la operación parece enquistada. Y es que desde el equipo nortamericano no contemplan pagar por su cesión en primera instancia. Así lo ha informado el periodista Beni Arroyo.
Desde que se le cerrara con llave la puerta de salida, la ha zarandeado con vehemencia, sin demasiado éxito. Esa impotencia, por tanto, se ha convertido en una frustración cada vez más insoportable. Hasta el punto de que ha terminado por construir un historial bastante amplio de actos de indisciplina. El último, su ausencia de la lista de convocados para enfrentarse al Levante UD en el Nuevo Mirandilla.
Fue como castigo por reaparecer a los entrenamientos el 3 de enero. Suponía retrasarse días más tarde de la fecha establecida para la vuelta a la actividad. Y eso que Garitano concedió un permiso especial a todos los miembros de la plantilla que viajaron al extranjero durante las fiestas navideñas. Es lo que tiene cuando ofreces la mano: te cogen el codo. Y Kouamé, a este paso, va camino del hombro.