IAM Noticias
·10 décembre 2024
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El Madrid recupera a su mejor futbolista para un partido crucial ante el Atalanta, líder y máximo anotador de la Serie A. Bellingham, listo. Retegui, en racha.
No caben secretos entre Atalanta y Real Madrid, príncipe y rey de Europa en 2024, que ya se vieron el pasado 14 de agosto en circunstancias bien diferentes a las actuales. En aquella ocasión todo le fue bien al Madrid, que conquistó la Supercopa pese a que Carvajal, Mendy, Tchouameni, Camavinga, Valverde, Bellingham y Mbappé, todos futbolistas principales, no habían jugado un solo partido de pretemporada y llevaban apenas una semana de entrenamientos. Aquel día fue decisivo Vinicius, que regresa hoy de su lesión, y marcó Mbappé, en lo que se presumía un ingreso feliz en el Madrid. El Atalanta, en cambio, estaba a medio hacer y sufría muchas bajas. Su delantero centro, el internacional italiano Scamacca, acababa de romperse el cruzado, Koopmeiners se había declarado en rebeldía para forzar su venta a la Juventus, como sucedió después, Toloi y Zaniolo estaban lesionados y Retegui acababa de llegar.
Ese Atalanta tan provisional encontró refuerzos en las dos últimas semanas de mercado (Rui Patricio, Koussounou, Brescinanini, Bellanova, Samardzic y el veterano colombiano Cuadrado) y acabó por despegar. En cambio, un Madrid más cuajado ha penado por las lesiones y la baja forma de muchas de sus estrellas. La conclusión es que el Atalanta marcha quinto e invicto en esta Champions y líder en su Liga, mientras el Madrid está en la frontera de la eliminación en Europa (vigesimocuarto, último equipo con plaza en dieciseisavos), con peores resultados y sensaciones.
Quizá no exista un peor momento en la historia para medirse a este Atalanta de Gasperini, que empezó mal la temporada en Italia (siete puntos en las seis primeras jornadas) y ahora es un tiro. Ha encadenado nueve victorias consecutivas en la Serie A y en la secuencia se ha llevado por delante a Nápoles, Roma y Milan. Es, con diferencia, el equipo más anotador del campeonato (38 tantos), algo que no sorprende por el estilo de Gasperini, esa bendita locura de la Serie A. En tres de las últimas seis temporadas ya fue líder en goles.
El técnico no se ha movido un milímetro de sus principios, la primera presión hombre a hombre, tres centrales, dos laterales largos, dos medios de contención, dos mediapuntas con llegada y un rematador. Muchas de sus estrellas venían de fracasos anteriores. De Ketelaere no cuajó en el Milan y es el segundo asistente de la Liga. Lookman pinchó en Everton, Leipzig, Fulham y Leicester antes de ser un ídolo en Bérgamo.
El último en subirse a ese carro ha sido el argentino Mateo Retegui, futbolista casi accidental en una familia volcada en el hockey hierba. Su padre, ‘El Chapa’ Retegui, disputó tres Juegos Olímpicos y fue seleccionador albiceleste masculino y femenino y técnico del Terrassa. Su madre y su hermana también han sido jugadoras internacionales. Y él estuvo a punto de seguir los mismos pasos después de pasar por la cantera de River Plate. Desencantado, abandonó y pasó dos años jugando al hockey hasta que un ojeador de Boca Juniors, que le había monitorizado cuando aún era alevín del Millonario, le citó para una prueba. Se quedó. Allí fue reconvertido de carrilero a ariete. Después pasó por cesiones a Estudiantes y Talleres, un traspaso a Tigre y la llegada al Genoa en 2023,tras algún contacto con el Atlético. Sus nueve goles le llevaron al Atalanta, que pagó 22 millones por él este verano. Esta temporada lleva 14 y su precio se ha disparado. Italia también le captó para su selección por su condición de nieto de un siciliano y bisnieto de un genovés. “No sé qué hubiera elegido de llamarme Scaloni, pero no lo hizo. Fue Mancini el que me reclamó”. Jugador potente, rápido, “de sangre caliente y autoexigente”, es la punta de un tridente con mucho filo que completan Lookman y De Ketelaere. De Roon, mejor pasador de la Serie A, y Ederson, el centrocampista del año en Italia, equilibran al equipo y Bellanova y Ruggeri le hacen ancho. Atrás está su talón de Aquiles, más con la baja de Cuadrado, aunque podría recuperar a Zappacosta.
El Madrid llega al partido apuradísimo, pero con Vinicius, que viene a ser medio equipo: doce goles, ocho asistencias y la sensación de que puede cambiar un partido sin ayuda de nadie. De los cuatro partidos en que ha faltado por su lesión muscular el Madrid solo ha ganado dos. En Champions ha marcado cuatro tantos en cuatro partidos y es líder en regates. Su reingreso, de salida o sobre la marcha, devuelve a Mbappé al centro del ataque.
Vinicius al margen, la mejor noticia del Madrid es que Bellingham no sufre ninguna lesión. Autor de cinco goles y tres asistencias en los últimos cinco partidos de Liga, es el remolque de un equipo que ofrece la certeza de que Fran García sustituirá al lesionado Mendy y ciertas incógnitas en otros territorios del once. Para empezar, el central que acompañará a Rüdiger. La alineación de Tchouameni ahí en Girona sonó a ensayo, aunque Asencio ha demostrado tablas en campos duros. Por delante, todo apunta a que repetirá Ancelotti con cuatro centrocampistas, de los que solo son seguros Valverde y Bellingham. Ese plan deja fuera a Rodrygo en un partido que es, para este Madrid que se ha quedado muy corto ante los grandes esta temporada, el borde del abismo.
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