Vini Jr: “No me pagan para ser amable, sino para marcar goles” | OneFootball

“No me pagan para ser amable, sino para marcar goles.” Con esa frase, directa y sin filtros, Vini Jr. abre las puertas a su mundo en Baila, Vini, el esperado documental que Netflix lanzará el 15 de mayo, a tan solo días del cierre de LaLiga.

Durante los dos minutos del adelanto ya disponibles, el espectador se asoma al recorrido emocional y profesional de uno de los jugadores más magnéticos y polémicos del fútbol actual. Vini no esquiva nada: ni las burlas de sus primeros años, ni la presión mediática, ni el peso de ser diferente. “Todo lo que he aprendido ha sido del fútbol; las lecciones más importantes de la vida las aprendí del fútbol”, confiesa ante la cámara.

Baila, Vini no solo es un repaso de goles y regates. Es un espejo que refleja las cicatrices y la personalidad de un futbolista que pasó de ser meme a leyenda en construcción. El documental profundiza en su identidad, su temperamento, su forma de celebrar, de resistir y de brillar.

La producción es una radiografía emocional y deportiva del brasileño, con testimonios de quienes han compartido campo, vestuario y gloria con él. “Es uno de los mejores futbolistas del mundo”, asegura Jude Bellingham, su actual socio en la lucha por la Decimoquinta.

“Para mí, el número 1”, sentencia Karim Benzema, con quien escribió páginas inolvidables en la Champions de las remontadas. Toni Kroos también participa: “Es un jugador alucinante”, dice el alemán con quien compartió tantas batallas. Y Thibaut Courtois no se queda atrás: “En el campo, eléctrico; fuera de él, alegría”, lo define.

No podían faltar sus compatriotas. Roberto Carlos, leyenda blanca, lanza una advertencia: “Si lo marcas muy de cerca, te destroza”. Y Ronaldo Nazário, que lo acompañó en su presentación en el Bernabéu, no duda: “Es el futuro del fútbol brasileño”.

Baila, Vini no es solo un documental: es una declaración de identidad. El relato de cómo un joven brasileño, con samba en los pies y fuego en el alma, convirtió las críticas en motivación y la presión en espectáculo. Del meme al ídolo. Del ruido al ritmo.