VÍDEO. Clase práctica de Messi: Así se le meten 4 goles al Arsenal. No es tan difícil | OneFootball

6 de abril de 2010. Leo Messi asombró al mundo endosándole cuatro goles como cuatro soles al Arsenal.

La misma situación que vive hoy el Real Madrid

Era el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions League.  La misma situación que vive hoy el Real Madrid con el Arsenal.

La diferencia es que en el Fly Emirates el Barça sí hizo los deberes empatando a dos. Y eso que se dejó igualar un 0-2, con goles de Ibrahimovic. Cesc Fàbregas y Walcot lograron el empate.

En la vuelta, no hizo falta recurrir a la épica, aunque el Arsenal se adelantó en el marcador y también en la eliminatoria.

Barcelona vs Arsenal 4-1 Fox Sports (Relato Sebastian Vignolo) UCL 2010

Pero allí estaba Leo Messi y su mejor versión. Uno, dos, tres y... ¡cuatro goles! para liquidar al equipo inglés.

Ese día, 6 de abril de 2010, Leo Messi con 22 años, asombró al mundo. Era más joven que Mbappé y que Vinícius, pero lideró la victoria de su equipo sobre el Arsenal con cuatro golazos.

Y le discutieron ese año el Balón de Oro

Messi regaló a la afición del Barça muchos partidos como ese que le catapultaron al Balón de Oro. Ese año también lo ganó, aunque las críticas arreciaron desde Madrid por no llevárselo un jugador de la selección española.

Eran otros tiempos. Ahora braman porque se lo lleve un español y no se lo regalen al brasileño Vinícius.

¿Pero quién era capaz entonces de arremangarse y solucionar una eliminatoria de Champions contra el Arsenal con cuatro goles? Solo él.

Hoy el Real Madrid, con once jugadores, tiene la oportunidad de igualar la gesta que hizo Messi en 2010. ¿Sabrán hacerlo? Messi les demostró entonces que  no es tan difícil.

Messi demostró que no es tan difícil

Probablemente, si al Madrid no le hubieran pintado la cara en Londres hoy no sería necesario echar mano del miedo escénico ni del favor de un arbitro acongojado.

El Barça no lo necesitaba. Sin penaltis llegaron los cuatro goles. Pero algunos seguirán pensando que ese partido no lo ganó Messi, lo ganó Negreira.

Es el consuelo de los mediocres cuando no tienen respuesta para sus propias miserias. Pero partidos como este, sin necesidad de remontada, han quedado para  la historia de la grandeza del fútbol.