Sin rastro de Endrick | OneFootball

El atacante brasileño acumula más de un mes sin jugar con el conjunto blanco

La situación de Endrick en el Real Madrid ha pasado de castaño a oscuro en las últimas semanas. De ser un relevo para ciertos tramos del partido a vivir encarcelado en el banquillo. Película bien distinta. Los datos, fríos a la par que reales, hablan de que la última aparición del joven brasileño con la zamarra madridista se remonta al pasado 2 de octubre. Día en el que los discípulos de Carlo Ancelotti tropezaron ante el Lille lejos del Santiago Bernabéu.

Precisamente, en tierras francesas, el ex del Palmeiras saboreó su primera titularidad -en partido oficial- con el club de las 15 Copas de Europa. Un sueño más tachado de la lista. En cambio, lo que se presuponía como una catapulta en pos de tomar otro rol dentro del plantel blanco, terminó siendo un golpe en el mentón. Caída a los infiernos. Y eso que Endrick, en lo poco que ha jugado, no ha desentonado en ningún momento.

Desde Lille, encuentro archivado en la carpeta de hecatombes del Madrid a lo largo de su dilatada historia, el ariete merengue ha visto como en cinco duelos consecutivos no se ha calzado las botas: Villarreal, Celta de Vigo, Borussia Dortmund, FC Barcelona y Milan. Ni un segundo sobre el verde. Evaporación en mayúsculas. Al menos, entre medias, y para no estancarse del todo, Endrick se marchó con ‘La Canarinha’ en el parón de selecciones, donde pudo sumar algún que otro minuto.

El traspié de anoche frente al AC Milan provocó que se abriera la caja de Pandora. Por varios motivos. Uno de ellos redundó en la figura de Güler y Endrick. Ambos calentaron sobre la banda del Santiago Bernabéu mediada la segunda mitad, pero, tal y como viene siendo habitual, el técnico italiano finalmente apostó por galones y volvió a devolverlos a la casilla de salida, a esa caseta de la que no logran salir. Algo que… la afición capitalina no entendió. No daba crédito.

Compás de espera

Después de más de 30 días sin sentirse jugador del Real Madrid, Endrick, a sus 18 ‘primaveras’, mientras tanto, sigue sin desmarcarse de su línea marcada. Pese a que es de los pocos hombres del banquillo con capacidad para introducir electricidad cuando pintan bastos, Carletto se mantiene en sus trece. ‘Veteranía’ por encima de juventud, y los noveles, en compás de espera. Que el eterno rival esté luciendo a base de canteranos, no ayuda en plena crisis de juego y resultados. Mal ansiolítico.