La Galerna
·2 février 2025
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Buenos días. PreVARicación, prevaricación y postvaricación. En el campo, en la sala VOR, en la otra sala VOR de Clos Gómez, en la realización, en la narración, en los medios, en el CTA, en la Federación y en la Liga. Y el día que falla, ahí está el Gobierno para echar una mano. Prevaricación. En prosa, en verso y cantada a ritmo de Ska-P, a gusto del consumidor. Pero prevaricación pura y dura. Con premeditación y alevosía, agravantes de un delito eternamente impune por el cual el único castigo lo sufre la víctima. Desde hace cien años.
A pesar de la «negligencia» de Ancelotti y del club, el Madrid se estaba escapando peligrosamente en el estercolero doméstico, hecho que encendió todas las luces rojas del sistema. El último apaño hecho con el Barça había sido demasiado evidente y no pueden permitir que a las pocas semanas carezca de utilidad. Tampoco pueden dejar caer al colaborador necesario que viste a rayas rojas y blancas.
Precisamente con el Atleti comenzó la faena ayer. Gallagher le clavó los tacos a Jan Salas casi a la altura de la rodilla cuando el mallorquinista se encontraba con la pierna apoyada.
¿Le expulsó? No, amarilla. Podemos pensar: el trencilla estaría lejos de la jugada, no lo vio, y los del VAR quizá estaban filtrando audios a Gerard Romero y se les pasó revisarlo. Pues García Verdura estaba exactamente donde veis:
Verdura tenía la mirada clavada (como los tacos) en la jugada. La vio y no expulsó al jugador atlético. ¿Qué palabra define el comportamiento arbitral? Prevaricación. Verdura sabía que el Atleti juega contra el Madrid el sábado y no quería que le pusieran las peras al cuarto por haber expulsado a un colchonero y que de este modo no pudiese ser de la partida contra los blancos.
Después, a las 21, comenzó en Cornellá la clase maestra impartida por Muñiz Ruiz e Iglesias Villanueva de cómo roVAR.
Cómo sería el atraco de descarado que hasta Marca —diario cuyos intereses lo mueven a ser hostil contra el Madrid— no ha tenido más remedio que rendirse a la evidencia. As también dedica su portada a una de las VARbaridades de la noche.
Mirad dónde está el árbitro:
Observad la cara de Romero cuando está a punto de dar caza a Mbappé:
El gesto:
Fijaos en la secuencia de vídeo y en cómo Romero se impulsa para lazar los tacos de su bota contra Kylian y cómo hace ese último esfuerzo para derribarlo.
Es una agresión terrorífica que bien podría haberle costado la carrera profesional a Mbappé. Sin embargo, Iglesias Villanueva no estimó necesario avisar a Muñiz Ruiz de que era expulsión. Pero es imposible que un adulto funcional no vea ahí roja. Prevaricación.
Tras poder haber arruinado la vida deportiva de un compañero, estas son las explicaciones y la manera de hablar del agresor:
Aunque al menos calificó su entrada como «un poco fea», porque según Manolo Gómez —es el entrenador del Espanyol— Romero «realmente ni lo toca».
Afirma que no cree que sea «para hacer daño, sí para parar la contra». A ver, Manolo, emites frases contradictorias, no puede ser verdad simultáneamente que no lo toque y que sea para parar la contra. De todos modos, te dejamos gentilmente aquí de nuevo la imagen para que aprecies el plantillazo. Una pista: fíjate en la media de Kylian.
La consecuencia de la no expulsión de Romero fue que el perico anotó después el gol de la victoria local. Por lo tanto, la actuación arbitral decidió de facto el partido. Romero empujó la pelota a la red, pero los autores intelectuales del gol fueron Muñiz Ruiz e Iglesias Villanueva. Perdón por utilizar el término «intelectuales» para hablar de ambos sujetos. Aunque realmente ellos tampoco fueron los máximos responsables, sino sus jefes, los mismos que estaban cuando el FC Barcelona compró al CTA durante al menos 17 años.
Pero luego lo grave es que Florentino pida que se regenere el organismo después de décadas de corrupción. Lo grave es pedir limpieza en la competición.
Esta jugada no fue la única. Antes, habían anulado un golazo a Vini porque un defensor blanquiazul decidió agarrar por el cuello a Mbappé. Ese es el inicio de la jugada. Pero el francés tuvo la mala idea de quitárselo de encima en lugar de tirarse en el área. Y le señalaron falta. Es decir, a Kylian le hicieron penalti y, por tanto, gol anulado a Vinícius. Prevaricación.
No fue el único penalti no pitado. Estas manos extendidas en posición no natural tampoco fueran merecedoras de la pena máxima:
Tampoco fue penalti un abrazo del oso que sufrió Bellingham en el área. Evidente, cristalino. Ni otra patada de Paul Lozano sobre Kylian tan obvia cono esta:
En el apartado disciplinario, Muñiz Ruiz decidió —como señala Alberto Cosín en su crónica— que valen lo mismo las protestas que las entradas criminales, porque mostró amarilla tanto a Romero por cazar a Mbappé como a Kumbulla por protestarle.
Sin embargo, tampoco aplicó el reglamento, concretamente cuando habla de reiteración, para amonestar a Pol Lozano después de cometer cuatro faltas. La acción de la imagen siguiente no es que no fuese amarilla, es que no fue ni falta.
Muñiz Ruiz es el mismo árbitro que anuló desde el VAR sendos goles al Madrid en el Sánchez Pizjuán y en Mestalla por fuera de juego que se demostró después inexistente gracias a las imágenes grabadas por aficionados desde la grada. Como realizó bien su trabajo, le premiaron con el partido de ayer, para poder seguir con su labor. ¿Cómo es posible que anulara los goles si luego se demostró que eran legales? Recordemos que el suministrador de imágenes al VAR es Tatxo Benet. Además de ser avalista del club, ya sabéis lo que piensa de que el FC Barcelona se comprara al estamento arbitral durante décadas.
¿La prensa catalana qué dice de toda esta prevaricación?
Sacad la lupa y buscad. No vais a encontrar nada. Es parte de la trama, negar la evidencia.
Y después de todo esto, la culpa es de Ancelotti y del Madrid. Pues qué queréis que os digamos, que hoy, precisamente hoy, no nos sale ensañarnos con los nuestros. Es prácticamente imposible no desquiciarse en un partido en el que desde el minuto uno se vio que se trataba de un atraco premeditado.
Además, Rüdiger cayó lesionado. Hecho que sorprende a un total de cero personas después de que juegue sin descanso absolutamente todo. Decíamos antes que hoy no es el día para cebarse con los nuestros, pero es imposible negar lo evidente, la gestión de Ancelotti de los recursos disponibles apuntaba claramente a que Antonio caería tarde o temprano.
Es una noticia nefasta porque debido a la alergia a alinear a Asencio y al empeño de Carlo en utilizar jugadores que o bien no son defensas o bien no tienen nivel para ser titulares del Madrid, hace que la mayoría de los partidos el equipo juegue con un solo defensa de verdad: Rüdiger. Y ya no lo tenemos. Además, como fichar en el mercado invernal es pecado, no se espera a nadie.
El asunto de los cambios y de conformar un equipo más fresco que pueda abordar estos partidos con hambre y fondo físico va también en el debe de Ancelotti, cuya inacción desespera cada vez a más aficionados.
Sin embargo, por mucho que haya errores propios de bulto y el Madrid jugase el partido a un nivel bajísimo, no hay que perder de vista que el encuentro de ayer lo decidió el CTA presidido por Medina Cantalejo, discípulo de Negreira, sirviéndose de Muñiz Ruiz en el terreno de juego y del VAR de Clos Gómez, vía Iglesias Villanueva. Culpar de todo al Madrid es caer en el juego de los corruptos que han construido todo este entramado putrefacto.
Pasad un buen día. Dentro de lo posible.