Parce, Baldomero se ganó el corazón de la hinchada Poderosa | OneFootball

Parcero, si hablamos de guerreros que se ganan el respeto con huevos y fútbol, tenemos que hablar de Baldomero Perlaza. Ese man llegó al Poderoso sin tanto alboroto, pero con el corazón puesto y la mente clara. Hoy, nadie se atreve a discutir que es un pilar en este equipo que nos tiene soñando despiertos con la séptima.

Desde que se puso la camiseta del Medallo, Baldomero ha jugado con el alma. Partido tras partido, ha demostrado que no vino a pasar el rato, sino a dejarlo todo por estos colores. Y así, sin mucho ruido pero con mucha clase, se fue metiendo en el corazón de la hinchada. Hoy, su nombre suena con fuerza en cada rincón del Atanasio.

Y no es cuento, parcero, porque su rendimiento lo dice todo. Se adueñó del medio campo como quien defiende su casa. Marca, quita, juega, levanta la cabeza y mete miedo. El profe Restrepo lo sabe, por eso lo tiene como titular fijo para la final del domingo. ¡Qué orgullo tener un gladiador así en el equipo!

Este domingo no es un domingo cualquiera. Es el día en que el Poderoso se juega la vida por la séptima estrella y Baldomero estará ahí, firme como un roble, empujando al equipo desde el centro del campo. Ese man sabe lo que nos jugamos y tiene claro que no hay margen para el error. ¡Vamos con toda, parce!

Lo más verraco es que Perlaza no solo juega bien, también contagia. Su actitud en la cancha es puro ejemplo. Se le nota que ama lo que hace y que entiende lo que significa defender este escudo. Por eso la gente lo quiere, lo respeta y lo banca sin dudar. ¡Qué jugador tan berraco, parce!

En un equipo que mezcla juventud, talento y hambre de gloria, Baldomero es ese equilibrio que todos necesitan. No solo mete pierna, también mete alma. Y cuando un jugador conecta con la hinchada como él lo ha hecho, pasan cosas mágicas. Cosas como las que pueden pasar este domingo en el Atanasio.

Así que ya lo saben, familia Poderosa, este domingo no solo jugamos nosotros desde la tribuna. En la cancha estará Baldomero, el parcero que se ganó nuestro respeto, listo para darlo todo por la séptima. ¡Vamos Medallo, vamos por la gloria, que el corazón ya está en modo campeón!