Ona Batlle: “Me fui del Barça para llegar a ser la futbolista que quería ser”
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Bajos las luces navideñas de Barcelona, nos dirigimos a Diagonal Mar. En la tienda de Fútbol Emotion, un grupo de jóvenes culés empieza a hacer cola. Dentro de un rato van a ver a una de sus ídolas: Ona Batlle (Vilassar de Mar, 1999). La lateral, que justo hace un año volvió al FC Barcelona, es una de las referentes de esta nueva generación de jugadoras azulgranas. A pesar de su juventud, lo ha ganado prácticamente todo y se ha afianzado allí donde ha jugado.

¿De dónde te nace la pasión por el fútbol?

En mi familia siempre hemos jugado mucho al fútbol. De hecho, mi padre es muy futbolero y hoy en día sigue jugando de vez en cuando. Yo empecé con mi hermano en el patio de casa y delante de casa de mi abuela. Al tiempo, le dije a mi madre que quería ser como mi hermano, yo también quería jugar al fútbol.

¿Qué edad tenías?

Seis o siete años.

Con seis empiezas, y con 17 estás en el primer equipo del Barça. Realmente inmejorable. A tú hermano, ¿cómo le fue?

Sigue jugando y te diría que podría incluso tener más calidad que yo. Es muy bueno. Juega de centrocampista, es el que da los últimos pases… Haríamos una buena combi.

¿Te hubiera gustado ser centrocampista a ti también, o siempre has querido ser lateral?

Desde el principio, ya en Fútbol 7, jugaba de banda-extremo. Sí que es cierto que he ido variando mi posición, como sigo haciendo hoy en día con las bandas.

Entonces, ¿eras de las que jugaban siempre en el patio?

Sí, sí. Con mis amigos, e incluso iba con mi hermano a jugar con los suyos. Él es tres años mayor y después del cole íbamos a algún parque o alguna pista y me ponía a jugar con ellos.

Hablando de infancia. Este mes la PlayStation ha cumplido 30 años. ¿Eras de las que jugaban?

Sí que he sido de jugar mucho a la Play, sobre todo con mi hermano. Recuerdo jugar bastante al FIFA en casa.

Y ahora, ¿qué te parece salir en ese mismo videojuego? Tiene que ser increíble, ¿no?

Es guay. Me gusta mucho. Al final, que tus amigos o que la gente diga: “oye, me has tocado en el FIFA, estoy jugando contigo”, la verdad es que mola mucho.

Y en ese sentido, que formes parte de todo esto te erige como una nueva referente. ¿Cómo llevas esto de ser una referencia para las más jóvenes?

Sinceramente, de vez en cuando tengo que pensarlo. No me siento una referente o una persona a la que puedan admirar o seguir. Me sigo sintiendo una persona normal, muy de mi casa, de toda la vida. La gente te idolatra, pero al final todos somos iguales.

¿Pero notas la responsabilidad cada vez que te comunicas?

Obviamente. Ahora tenemos este poder social que lo podemos aprovechar para poder expresarnos e intentar hacer de este mundo un lugar un poco mejor.

Ahora eres un referente, pero ¿cuáles fueron los tuyos cuando empezabas?

De pequeña iba mucho al Camp Nou y me encantaba ver a Carles Puyol. Era el líder y el referente del equipo. Él siempre se dejaba la cabeza o el cuerpo por los demás.

¿Entonces, con la herida que te hiciste en la final de Bilbao te sentiste un poco Puyol?  (En la final de la Champions de 2024, la lateral recibió un golpe en el pómulo tras impactar con los tacos de una rival)

A ver, (risas) no llegué a sentirlo así, pero podríamos decir que sí.

La temporada pasada volviste a can Barça, pero ¿cómo llegaste a La Masia?

Llego al Barça con once años. De ese momento recuerdo una frase que la tendré grabada para siempre: “Llegar al Barça es fácil, pero mantener el nivel, y mantenerse hasta la élite es lo más difícil”. Eso me marcó. Me dejó claro que tienes que mantener el nivel e ir aprendiendo para poder sobrevivir, porque al final si siempre estás en el mismo escalón te estancas.

¿Por tanto, te fuiste del Barça, y pasaste por Madrid CFF, Levante y Manchester United, en busca de esa progresión?

Totalmente. Cuando dejé el Barça sentía que tenía la capacidad para estar jugando en Primera, pero veía que esa oportunidad no me iba a llegar en ese momento. Aunque estaría entrenando con el primer equipo, yo lo que quería era jugar en Primera y estaba capacitada para ello. Me fui y busqué mi camino para poder ser la futbolista que quería ser.

¿Qué significa defender los colores del Manchester United? Tener en el currículum que has jugado en el FC Barcelona y el Manchester United debe ser muy especial.

Cuando llegué noté la grandeza del equipo. Creo que es uno de los clubes más históricos del fútbol. Es un club señor. Me encantó la experiencia, y la tengo grabada en el corazón. Por la forma en cómo me trataron y por los años que estuve ahí, siempre les tendré mucho aprecio.

Este verano hemos visto que Mariona Caldentey se ha ido al Arsenal y Lucy Bronze al Chelsea… Cada vez son más las jugadoras que se marchan a la Women Super League. ¿Qué tienen en Inglaterra que no tengamos nosotros? ¿Por qué razón cada vez es más atractiva su liga?

Hace años que la liga inglesa empezó a apostar mucho a nivel mediático, a nivel de facilidades, infraestructuras… Están muy por delante nuestro. Sí que es verdad que en España vamos poco a poco, muy poco a poco, pero vamos en esa dirección. Que, por ejemplo, haya una jornada en la que todos los equipos de la liga femenina jueguen en los estadios principales de los clubes es algo que creo que en España van a tener que pasar muchos años para que ocurra. Creo que es muy guay tener las experiencias que tienes ahí en Inglaterra.

¿Hay una cosa de ambiente que puede que sea diferencial?

Poder jugar en estadios tan especiales, que la afición también esté tan involucrada… Es verdad que no te llenan los estadios, pero poco a poco los van abriendo y van atrayendo a más gente.

Ojalá pasara aquí.

Sí, algún día, ojalá. Yo creo que pasará.

La pregunta puñetera entonces es… ¿Te gustaría volver en algún momento a Inglaterra?

Hoy en día estoy muy bien en el Barça, esa es la realidad y solo pienso en el hoy. Pero es cierto que mi experiencia en Inglaterra fue muy buena y tengo muy buen recuerdo. No sé qué pasará en el futuro, pero hoy por hoy solo me veo en el Barça.

Con 25 años lo has ganado prácticamente todo…

Sí, pero todavía quedan cositas.

Lleváis cuatro años sin parar entre Eurocopa, Mundial, Juegos Olímpicos y este verano Eurocopa otra vez. ¿Cómo se gestiona todo esto?

Cuando empezó la temporada con el FC Barcelona fue un momento duro mentalmente. Durante un periodo intenté no exigirme estar al 100% porque aún estaba recuperándome, sobre todo. Tenía una fatiga bastante importante. Pero nos están ayudando. También, de vez en cuando, nos dan días libres e intento disfrutar al máximo del tiempo que tengo, puedo ir a casa y estar con mis amigos, hacer cosas… Más que nada para poder disfrutar y tener ese ratito para desconectar. Creo que al final lo más importante es esa pausa mental.

Después de un año en el que lo ganas todo con el Barça, y en verano pierdes en los Juegos Olímpicos, ¿cómo te recuperas para volver exigirte al máximo?

Lo que me motivó para volver esta temporada fue, justamente, el haber perdido. Haber hecho los Juegos Olímpicos que hicimos, en los que hubo errores y, obviamente, no conseguimos medalla. Eso hace que tengas esa motivación de querer volver a empezar y querer volver a ganarlo todo. Creo que todas somos muy exigentes y somos muy competitivas, lo queremos ganar todo y cuando te lo quitan de las manos es cuando dices “debería de haber hecho esto” o “la próxima vez quiero hacer aquello”. Por lo tanto, en el día a día es lo que más importa.

¿Qué retos te quedan por cumplir?

Intento ser mejor futbolista cada día. Poder aportar de diferentes maneras, de la forma en que el equipo me necesite, tanto dentro del campo como fuera de él. Me focalizo en esos pequeños detalles que hacen que el equipo vaya a mejor y que yo, como futbolista y persona, también pueda seguir creciendo.

Si Ona Batlle no fuera futbolista, ¿qué hubiera sido?

De pequeña quería ser veterinaria. Y ser policía ahora también me llama la atención.

Todavía hay tiempo, ¿no?

Hay tiempo para todo.

¿Hasta qué edad te gustaría jugar?

Te diría que hasta los 35, segurísimo.

Entonces tenemos Ona Batlle para rato.

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Fotografías cedidas por Fútbol Emotion.