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·20 juin 2025
Nacional cerró el semestre derrotando a Once Caldas

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·20 juin 2025
¡Mi gente! Terminamos los cuadrangulares como es: ganando y dejando huella en Manizales, parce. Atlético Nacional se fue al Palogrande con la frente en alto, la camiseta bien puesta y el corazón latiendo verde. Le metimos un 2-1 sabrosón al Once Caldas, y aunque ya no peleábamos por la final, los muchachos jugaron con ese amor que no se compra ni se vende: el amor por los colores. ¡Así se honra el escudo, hermano!
La pelota rodó y Nacional salió con toda. Desde el primer toque se notó que querían cerrar con dignidad y orgullo, como debe ser. Los goles verdolagas fueron el reflejo de una idea clara, de ganas, de actitud. Y aunque el semestre tuvo sus momentos duros, esta victoria fue como un respiro, como cuando uno grita un gol de último minuto: puro desahogo y alegría. ¡Así te quiero ver, mi Verde!
Parceros, no es solo ganar, es cómo se gana. Se vio un equipo más suelto, con más conexión, con hambre de gloria. Y eso nos deja con esperanza, nos deja pensando que lo mejor está por venir. Porque sí, este semestre fue prueba de fuego, pero cada cicatriz es un paso más cerca de volver a la cima. Y vos sabés que Nacional siempre vuelve, siempre renace. Somos como el ave fénix pero en versión verdolaga, ¿me entendés?
Ahora, la mirada está puesta en lo que se viene: ¡los octavos de la Copa Libertadores, parce! En agosto tenemos una cita con la historia, y vos sabés cómo nos ponemos cuando suena ese himno continental. Ese torneo nos corre por las venas, nos transforma, nos pone los pelos de punta. Hay que prepararse, hay que mentalizarse, porque este equipo tiene con qué soñar en grande. ¡Y los sueños en verde siempre son posibles!
Mi hermano, ¿te imaginás el Atanasio reventando, cantando a todo pulmón en una noche de Copa? ¡Eso no tiene precio, parcerito! Y más cuando se trata de octavos de final, donde todo empieza a ponerse serio. Hay que alentar sin parar, hay que creer, hay que llenar ese estadio con alma, vida y corazón. Porque cuando Nacional y su gente se conectan, no hay montaña que no se pueda subir. ¡Nos vamos con toda, mi loco!
Así que a sacudirnos el polvo de este semestre, a corregir lo que hay que corregir, pero sin perder la fe. Porque si algo ha demostrado este equipo es que nunca baja los brazos. Y cuando uno ve a los pelados dándolo todo, uno dice: “¡sí se puede, parce!” Este Nacional está sembrando para recoger gloria en agosto. ¡Nos toca sembrar aliento, sembrar aguante y sembrar pasión!
Y vos que estás leyendo esto, sí vos, mi parcero del alma, no dejés de creer. El Verde es un sentimiento que no se explica, se vive, se goza, se sufre… y se celebra con toda. Nos vemos en la Copa, porque esto apenas comienza. ¡Vamos con toda, Nacional! ¡Que ruja el león, que tiemble Sudamérica y que viva el orgullo verdolaga, papá!
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