Nacional Es Pasión
·1 décembre 2024
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·1 décembre 2024
La columna de Juan Felipe Velásquez.
Atlético Nacional atraviesa uno de los semestres más turbulentos de los últimos años. Desde el inicio, este periodo ha estado marcado por desafíos que habrían doblegado a cualquier otro club: cambios en la directiva en plena competencia, la llegada de un nuevo cuerpo técnico liderado por Efraín Juárez cuando la temporada estaba en marcha, sanciones consideradas por muchos hinchas como excesivas y desproporcionadas, y un entorno mediático que no siempre ha sido favorable. Sin embargo, este equipo ha demostrado que su esencia no se define por las dificultades, sino por la capacidad de sobreponerse a ellas. Los jugadores han mostrado resiliencia, compromiso y una determinación inquebrantable para mantener al Rey de Copas en la cima del fútbol colombiano.
El reciente enfrentamiento contra Millonarios en El Campín fue el claro ejemplo de la tensión que vive Nacional en esta etapa. No era un partido más; era una auténtica final adelantada entre los dos clubes más ganadores de Colombia, que suman entre ambos 33 títulos. La expectativa era inmensa, y el estadio vibraba con una atmósfera digna de los grandes clásicos. El Campín, abarrotado de hinchas azules, temblaba literalmente bajo la euforia bogotana. Desde antes del pitazo inicial, el ambiente ya era eléctrico. Incluso el frío característico de la capital quedó opacado por la pasión de los aficionados.
El encuentro no decepcionó. Apenas iniciado el partido, un error de Edwin Cardona al intentar devolver el balón a la defensa permitió que Leo Castro abriera el marcador para Millonarios. Fue un golpe duro y temprano que puso a prueba la concentración del equipo. Cardona, uno de los referentes de Nacional, fue inmediatamente llamado al orden por el técnico Juárez, quien le exigió mayor precisión. El jugador aceptó su error, demostrando profesionalismo y humildad. A partir de ahí, Nacional tomó las riendas del juego, dominando el balón con un 57% de posesión durante el primer tiempo. Ese dominio se tradujo en oportunidades, y fue Marino Hinestroza quien, al minuto 28, culminó un contraataque perfecto para empatar el partido. Su gol no solo reflejó su calidad como jugador, sino también su capacidad para ser decisivo en los momentos clave.
Sin embargo, su celebración generó polémica. Tras haber denunciado actos racistas por parte de hinchas de Millonarios, Marino respondió limpiándose la boca con el banderín del tiro de esquina, un gesto que desató tensiones dentro y fuera del campo. Si bien su reacción puede entenderse desde la rabia y frustración, es necesario que mantenga la calma en estos momentos. Marino es un jugador joven y talentoso que tiene mucho por aportar, pero también debe evitar dar razones para sanciones adicionales que afecten al equipo.
El incidente de racismo hacia Marino Hinestroza no solo es lamentable, sino también un recordatorio de la hipocresía que a veces rodea al fútbol colombiano. ¿Dónde están las denuncias contundentes de la prensa tradicional? ¿Por qué no se le da la misma atención y severidad a este tipo de ataques que a las polémicas relacionadas con Nacional? Es preocupante ver cómo algunos medios parecen mirar hacia otro lado cuando se trata de gestos racistas, minimizando su impacto o ignorándolos por completo. La lucha contra el racismo debe ser prioritaria en todos los niveles, y los medios de comunicación tienen una responsabilidad ética que no pueden evadir.
Foto: Atlético Nacional Oficial.
El ingreso de Radamel Falcao García al inicio del segundo tiempo generó un momento de euforia para los hinchas de Millonarios. Sin embargo, el ritmo del partido se cortó por constantes faltas en la mitad de la cancha. En medio de esta dinámica, Nacional logró anotar un segundo gol a través de Dairon Asprilla, pero el VAR anuló la jugada por un fuera de lugar de Alfredo Morelos en la acción previa. Este revés emocional afectó al equipo, que vio cómo Millonarios retomaba el control en los minutos finales. El gol definitivo llegó al minuto 83, cuando Mackalister Silva, con un cabezazo preciso, selló la victoria para los locales.
Con este resultado, Millonarios subió al primer puesto del Grupo A con nueve puntos, quitándole el invicto a Nacional en los cuadrangulares. Sin embargo, esta historia aún no está escrita del todo. Este lunes, Nacional tendrá la oportunidad de redimirse en el Atanasio Girardot, un escenario que promete convertirse en una caldera de fervor verdolaga.
Foto: Atlético Nacional Oficial.
Es cierto que los referentes de Nacional, como Cardona y Ospina, no tuvieron su mejor noche en El Campín. Pero es importante no olvidar lo mucho que han dado por este equipo. Ambos son jugadores que han escrito capítulos de gloria en la historia del club, y es en estos momentos difíciles cuando más necesitan el apoyo de la hinchada. El título 18 aún está al alcance, y con ellos como líderes, Nacional tiene las herramientas para alcanzar la grandeza.
Por otro lado, es crucial que el equipo como colectivo mantenga la concentración y evite caer en provocaciones. Este semestre ha estado plagado de sanciones, algunas de ellas cuestionables, y no podemos seguir permitiendo que factores externos afecten nuestro desempeño.
Foto: Atlético Nacional Oficial.
Este lunes, el Atanasio debe ser una fortaleza impenetrable. La hinchada verdolaga tiene la responsabilidad de llenar el estadio y alentar sin descanso, haciendo sentir a Millonarios lo que significa enfrentarse a Nacional en Medellín. Es momento de demostrar por qué somos la mejor afición del país, creando un ambiente que inspire a nuestros jugadores y los impulse a dar su mejor versión en el campo.
À propos de PublisherEl equipo necesita ser arrollador, imponiendo su estilo de juego desde el primer minuto y hundiendo a Millonarios en su propio arco. Este no es solo un partido; es una oportunidad de reafirmar nuestra superioridad y avanzar hacia el título que todos anhelamos. Es momento de unirnos, de dejar atrás las críticas destructivas y de confiar plenamente en este grupo de jugadores que han dado todo por esta camiseta. El lunes será una nueva batalla, y juntos, jugadores e hinchas, podemos asegurar que el Rey de Copas siga escribiendo su historia de gloria. ¡Vamos Nacional, por la victoria y por el título!