Revista MadridistaReal
·11 juillet 2025
Las claves del KO del Real Madrid ante el PSG en el Mundial de Clubes

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·11 juillet 2025
El Real Madrid fue goleado por el equipo parisino en semifinales: analizamos la actuación del equipo al detalle
La temporada 2024/25 llegó ayer a su fin para el Real Madrid. Sin duda ha sido una campaña para el olvido. Su última página, una dolorosa eliminación contra el PSG en las semifinales del Mundial de Clubes. El resultado es duro, pero las sensaciones son peores. En 90 minutos ‘se echó por tierra’ lo logrado hasta entonces en el torneo intercontinental.
La goleada se puede explicar de muchas formas. No falló una cosa, ni dos, fueron varias las claves que condujeron al Madrid a la derrota. Lo primero es evidente: no hay que pasar por alto los errores de Antonio Rüdiger y de Raúl Asencio en los instantes iniciales. En un partido de tal importancia, estos pequeños detalles son los que marcan la diferencia. Hablamos de acciones puntuales, pero que fueron suficientes para decantar la eliminatoria antes del primer cuarto de hora de encuentro.
El planteamiento inicial fue condicionado en los primeros minutos, pero, ¿fue el correcto? Incluso sin mirar el marcador, que ya es un decir, también se puede afirmar que no. El propio Xabi lo reconoció en rueda de prensa. Sobre el verde, un Real Madrid desdibujado, sin conexión entre líneas, sin apoyos, sin coberturas, sin vida.
Con las bajas de Dean y de Trent, el mister apostó por un 4-3-3. Empezamos desde atrás: Los laterales, muy hundidos. Cuando saltaban a presionar lo hacían tarde y mal, dejando grandes espacios a sus espaldas que fueron aprovechados por los extremos del Paris Saint-Germain. En ataque, anulados: no ofrecían líneas de pase, no acompañaban a los extremos y no rompían para generar peligro o para arrastrar rivales. Actuaciones muy pobres de ambos tácticamente hablando, ya que Fede Valverde, al menos, siempre se deja el alma.
Tchouaméni, que adelantó su posición, no tuvo apenas protagonismo. Se hallaba en tierra de nadie: ni solidez defensiva en la zaga, ni ayudas en la salida de balón. El francés, incrustado en días anteriores entre los dos centrales, era quien estaba permitiendo dar libertad a los jugadores de línea defensiva para avanzar con el balón e iniciar jugadas. Al regresar al centro del campo, esa opción se desvaneció. Con un PSG que apretaba y ahogaba, sumado a una medular madridista invisible, la única opción para el conjunto blanco era la de lanzar balones una y otra vez.
Otros dos que pasaron desapercibidos fueron Bellingham y Arda Güler. Imprecisos, lentos, sin ideas y sin recursos. El turco, que hasta entonces venía siendo el encargado de organizar y construir, sin apenas tocar el balón. Los parisinos ganaban todos y cada uno de los duelos. El centro, regalado. Pocas veces acompañaron a los de arriba cuando estos amagaban con intentar robar la pelota en zona de tres cuartos. Dejaron mucho que desear. Desorden total.
De Vinicius y de Mbappé solo se puede hablar de decepción. Una de las premisas de Alonso es que los delanteros deben, como mínimo, molestar en la salida de balón del contrario y cerrar líneas por dentro. Los dos se dedicaron a contemplar cómo el campeón de Europa movía el balón sin complicaciones. Con el esférico, intentando imposible. Siempre buscaban la individualidad más compleja y alocada de todas.
Gonzalo también perdió el brillo, pero al igual que Fede, hizo todo por encontrar la reacción de un equipo dormido. Se equivocó el técnico tolosarra volcando al canterano en banda. El chico es más que un ‘9’ de área: es inteligente, sabe bajar, recibir y descargar, tiene un buen juego de espaldas, es bueno combinando… pero desde el carril central. No es jugador de banda.
Futbolísticamente hablando las cosas pueden salir mejor o peor, y eso no es reprochable. Lo que sí que es difícil de consentir es la poca actitud, el poco hambre y el poco corazón que se ha trasmitido durante varias fases de la recién acabada 2024/25.
El Real Madrid cuenta con los mejores del mundo, y es por ello por lo que la exigencia debe ser siempre máxima. Perder no duele tanto cuando los protagonistas corren, sufren, lo intentan y honran el escudo a pesar de cualquier resultado; hacerlo como ayer, sí.
Hay que valorar que Xabi haya tomado la decisión de coger un equipo muy tocado apenas unos días antes de una competición tan importante y que lo haya llevado a la semifinal, donde ha caído ante el mejor del mundo por el momento. Todo hay que decirlo.
Ahora, el reto será el de revertir la situación. Con toda la pretemporada por delante, Alonso tendrá tiempo de inyectar todas sus ideas en las mentes de sus futbolistas y cambiar el chip de muchos de ellos. Uno por uno, nadie es mejor que ellos. Confianza total en la nueva era.