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·2 septembre 2025
Laporta cogió un rebote: 'Lo de Fermín no se hace'. Así se bloqueó la operación

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·2 septembre 2025
El mercado de fichajes dejó un episodio inesperado en el FC Barcelona. En una ventana marcada por las dificultades económicas de LaLiga y la fortaleza de la Premier, el nombre de Fermín López se coló en la agenda de un gigante inglés.
Pero lo que parecía el inicio de una gran negociación acabó convertido en un choque de dignidad, orgullo y exigencias.
El Barça pidió 90 millones de euros por Fermín, convencido de que su cotización debía estar al nivel de los mejores centrocampistas jóvenes de Europa. Sin embargo, la respuesta del Chelsea fue radicalmente distinta: apenas 40 millones sobre la mesa.
La diferencia de valoración provocó un enfado monumental en el Camp Nou. Joan Laporta no entendió cómo un club de la Premier podía pagar cifras mucho más altas por futbolistas de menor nivel. Y, sin embargo, minusvaloraba a un jugador que viene de firmar un año impecable.
Fermín López no solo es un canterano consolidado en el primer equipo. El pasado verano fue nombrado MVP de los Juegos Olímpicos.
Juega con la selección española campeona de Europa y fue pieza fundamental en un Barça que conquistó Liga, Copa y Supercopa. Además alcanzó las semifinales de la Champions League.
Pese a esa trayectoria, el Chelsea se plantó en 40 millones. Una cifra que resultó ofensiva tanto para el presidente culé como para el propio jugador. El entorno azulgrana interpretó la maniobra como un intento de aprovecharse de la situación económica del club catalán.
El enfado de Laporta se agudizó al repasar el mercado inglés. Este verano, en la Premier League se han cerrado 28 fichajes por cifras superiores a la oferta del Chelsea por Fermín.
Cuatro de esas operaciones las firmó el propio club londinense. El Chelsea desembolsó mucho más dinero por futbolistas que, según la directiva blaugrana, no alcanzan ni de lejos la proyección de Fermín López.
Son los casos de Joao Pedro del Brighton (63 millones de euros). Jamie Bynoe-Gittens del Borussia Dortmund (56 millones de euros).
Alejandro Garnacho del Manchester United (46 millones de euros) y Jorrel Hato del Ajax (44 millones de euros).
La conclusión fue clara: si el Barça rebajaba el precio, mandaría un mensaje de debilidad. Y en un mercado en el que la Premier dicta las normas económicas, el club catalán decidió plantarse.
Más allá de la indignación institucional, la historia tuvo un impacto personal en el jugador. Fermín entendió que en Londres no le habían tomado en serio.
Su papel en el Barça es el de un titular indiscutible. Con un rol creciente en el proyecto de Hansi Flick, mientras que en el Chelsea habría llegado como un refuerzo secundario y sin el reconocimiento económico que merece.
La operación nunca llegó a tener visos de cerrarse. Aunque la última palabra la hubiera tenido el propio jugador en caso de alcanzarse los 90 millones. Pero lo cierto es que el muro de dignidad levantado por el club y la escasa ambición mostrada desde Stamford Bridge bloquearon el acuerdo.