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·5 février 2025
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La temporada 2002-2003 de la Liga de Campeones de la UEFA fue testigo de uno de los equipos más impresionantes de la historia del fútbol, el AC Milán, dirigido por el carismático entrenador Carlo Ancelotti. A lo largo de esa campaña, el Milán mostró una combinación mortal de experiencia y juventud que se fusionó perfectamente para conquistar Europa.
En esa temporada, el Milán ya era un club lleno de estrellas, con jugadores como Paolo Maldini, Alessandro Nesta, Andrea Pirlo y el «Pippo» Inzaghi. Pero lo que realmente distinguió a este equipo fue su impresionante solidez defensiva y su estilo de juego equilibrado, que le permitió no solo ganar, sino también deslumbrar al mundo con su fútbol.
El Milán no solo dominó en la liga italiana, sino que también se destacó en la Champions, llegando a la final con una fuerza arrolladora. En el camino hacia esa final, el equipo dejó atrás a rivales formidables como el Borussia Dortmund y el Inter de Milán, mostrando su poder tanto en defensa como en ataque.
La final de la Liga de Campeones de 2003 se jugó contra la Juventus, el eterno rival italiano. Fue un duelo épico entre dos gigantes del fútbol italiano, y la tensión era palpable, especialmente porque la final se jugaba en el estadio Old Trafford de Manchester, un escenario que solo aumentaba la magnitud del partido.
El enfrentamiento terminó 0-0 tras 90 minutos y tiempo extra, lo que llevó a la tanda de penales, un escenario de alta presión. El Milán, conocido por su temple en los momentos decisivos, salió vencedor 3-2 en la tanda. Andriy Shevchenko, el delantero ucraniano, fue uno de los héroes de esa noche, aunque no marcó en los penales, su gol fue crucial en las etapas previas del torneo. Sin embargo, fue el guardameta Dida, quien se destacó parando penales decisivos y asegurando que el Milán se coronara campeón de Europa.
Este título no solo fue importante por ser el sexto trofeo de la Liga de Campeones en la historia del club, sino que también consolidó al Milán como uno de los equipos más grandes de Europa. Además, esa victoria marcó el regreso del Milán a la élite europea, después de una década sin alzar la copa más prestigiosa de clubes.
El Milan de 2003 es recordado no solo por su victoria, sino por el fútbol impresionante que mostró a lo largo de la campaña, y por la increíble mezcla de jugadores con experiencia y jóvenes talentos que hicieron de ese equipo uno de los más inolvidables de todos los tiempos. Sin duda, una historia que quedará grabada en los corazones de los fanáticos del fútbol.