Revista MadridistaReal
·26 novembre 2024
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Sin Vini, Mbappé al combate. A nadar entre tiburones. El crack madridista, que logró despojarse de la crisis del gol ante el Leganés en Butarque, aterriza en Liverpool como cabeza de cartel en la zona atacante del Real Madrid. Si bien es cierto que estará secundado por Bellingham, jugador que despierta ilusión a raudales por Inglaterra y que ha derribado la puerta en las últimas semanas, el principal reclamo va a ser el ex del PSG, el mismo al que le llegaron cantos de sirena desde Anfield cuando aún seguía afincado en París. Pero Kylian, al final, se guió en función de su corazón blanco.
Que Mbappé viera puerta el pasado domingo en Liga no debe caer al baúl de los recuerdos (además, le anularon un tanto por fuera de juego). Se reencontró con esa versión goleadora que para un delantero de su estirpe sienta de maravilla. Porque, aquello de haber estado cuatro encuentros con la pólvora mojada, supuso una losa terrible. Un escollo importante. Con lo cual, el viaje hasta Liverpool se le ha hecho mucho más llevadero al ‘9’ de Carlo Ancelotti. Más ameno.
La presión, eso sí, no baja de nivel. Incluso aumenta con el paso de las horas. Y es que, el duelo contra el líder de la Premier League (mañana miércoles, 21.00 horas, Movistar+) lleva tiempo resonando por los pasillos de Valdebebas. En la cúpula y en la plantilla. Se trata de uno de esos días marcados en rojo en el calendario que pueden marcar tendencia para bien o, por contra, para mal. Puerta grande o enfermería.
El propio Kylian, que ha vivido un parón de selecciones de catarsis en la Ciudad Real Madrid después de no recibir la llamada de Deschamps con ‘Les Blues’, ve en Anfield el lugar idóneo para dar un golpe encima de la mesa. No solo a título personal, sino también colectivo, toda vez que el cuadro merengue necesita como el comer los tres puntos.
En caso de no cosechar los tres puntos, se encuadraría en puestos grises de la tabla, máxime teniendo en cuenta que a los hombres de Carletto todavía tienen que verse las caras frente a la Atalanta de Gasperini lejos del Santiago Bernabéu. Luego, en casa, pasarán revisión Salzburg y Stade Brestois en enero de 2025.
Como Mbappé no podrá contar con Vinicius en el tapete, toda la responsabilidad cae de lleno sobre él. Aunque, el capitán galo asume galones. No se amilana ante ninguna situación. En un lar, Liverpool, en el que soñaron con su presencia bajo la elástica ‘red’ (“Hablé con el Liverpool porque era el club favorito de mi madre”, llegó a reconocer el jugador en 2022 cuando acababa de renovar con la entidad parisina), el madridismo se encomienda al bagaje físico y técnico de Kylian, quien ansía con dejar buena impronta -a modo de goles- en una gran noche europea con el Real Madrid. Vino para estas citas. Le reclaman.