Isco nombra a cuatro ídolos futbolísticos de gran talento | OneFootball

El actual líder creativo del Real Betis comparte en una entrevista con SoccerBible los nombres que moldearon su visión del fútbol: pausa, imaginación y clase atemporal.

Francisco Alarcón, Isco, ha sido uno de los talentos más exquisitos del fútbol español en la última década. Cuatro veces campeón de Europa con el Real Madrid, internacional con la selección española y, ahora, pieza clave del resurgente Real Betis de Manuel Pellegrini. Pero incluso los jugadores más dotados necesitan una chispa de inspiración. Y en una entrevista reciente con SoccerBible, el malagueño reveló sus grandes referentes futbolísticos. Los nombres que le enseñaron que el fútbol no solo se juega con los pies, sino también con la cabeza... y con el alma.

“Riquelme, Ronaldinho, Zidane, Iniesta”, respondió Isco sin dudar. “Todos jugaron desde otra perspectiva. Con pausa, con imaginación, con esa clase que no se puede enseñar”.

Ídolos de otro tiempo, otra manera de jugar

Real Madrid v Partizan Belgrade - UEFA Champions League Group F / Etsuo Hara/GettyImages

La elección de Zidane, Ronaldinho e Iniesta no sorprende: tres magos del balón, admirados por generaciones enteras. Zidane, símbolo del equilibrio entre elegancia y eficacia. Ronaldinho, la sonrisa del jogo bonito. Iniesta, sinónimo de control, visión y momentos inolvidables con la Roja y el Barcelona.

Sin embargo, lo que realmente llamó la atención fue el cuarto nombre: Juan Román Riquelme. Una elección que, lejos de ser extravagante, revela la sensibilidad de Isco hacia un tipo de fútbol en extinción: el del ritmo pausado, el pase inesperado, el dominio del tiempo.

Riquelme: el ídolo de los puristas

Argentina V Mexico, FIFA World Cup Finals 2006 Round Of 16 / Richard Sellers/Allstar/GettyImages

Para muchos, Riquelme es uno de los talentos más subestimados del fútbol moderno. Leyenda de Boca Juniors, alma de la selección argentina en sus mejores momentos pre-Messi, y figura brillante en sus años en La Liga, tanto en el Barcelona como especialmente en el Villarreal, donde rozó la final de la Champions en 2006. Su estilo, casi antitético a la velocidad vertiginosa del fútbol actual, influenció profundamente a jugadores con sensibilidad artística como Isco.

Incluso Lionel Messi ha declarado públicamente su admiración por él. No es de extrañar que Riquelme siga siendo un faro para aquellos que valoran el pensamiento antes que el sprint, la visión antes que el vértigo.

Crítica velada al fútbol moderno

Cuando se le preguntó si veía ese tipo de creatividad hoy en día, Isco fue sincero, casi melancólico:

"En el presente... todavía tengo que ver quién lo logra con esa libertad. Porque hoy en día la gente corre mucho, pero piensa menos. Y para mí, la cabeza sigue siendo el mejor motor".

Es una crítica sutil pero poderosa al estado actual del juego. En un fútbol dominado por la presión alta, las transiciones explosivas y la estadística, Isco reivindica la figura del creador cerebral, el que pausa y rompe líneas con una mirada o un gesto técnico. Él mismo ha demostrado, en esta última etapa en el Betis, que esa escuela no está muerta: aún tiene voz, aún emociona.

En una era que idolatra la intensidad, Isco sigue siendo un romántico del balón. Y en su lista de ídolos, Riquelme, Ronaldinho, Zidane, Iniesta, se reconoce a sí mismo: un futbolista para el que el juego no es solo táctica, sino arte.

A sus 32 años, y tras volver a brillar en el Benito Villamarín, su nombre ya se escribe con tinta propia en la historia del fútbol español. Pero también como un eslabón más de esa cadena de jugadores que ven el fútbol desde otro ángulo: con pausa, con magia, con esa clase que no se puede enseñar.