Agente Libre Digital
·15 septembre 2024
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La jornada 5 de la Liga EA Sports enfrentó en el Estadio de Balaídos al Celta de Vigo con el Real Valladolid. Sin embargo, en la mayor parte del encuentro solo uno de los dos equipos hizo acto de presencia. El equipo celeste pudo consolidar su buen momento; el Pucela, que la tragedia de Montjuic no fue un espejismo.
Los primeros minutos de juego se caracterizaron por una posesión divida, con jugadas cortas y un partido completamente trabado. Pero poco le iba a hacer falta al Celta para revertir esa tendencia. El Real Valladolid trató de defenderse del potencial ofensivo del Celta con un centro del campo potencialmente destructor, a través de Amallah, Mario Martín y Chuki. El objetivo no era otro que cortar las transiciones ofensivas viguesas. Sin embargo, los mediocentros terminaron siendo más destructivos que destructores.
El Celta trató en los primeros minutos de generar peligro por las bandas, con un Mingueza profundo y una gran intensidad de toda la plantilla, que tuvo una marcha más en toda la primera mitad. Jailson dio el primer susto al Real Valladolid con un remate en el primer saque de esquina del encuentro y los de Pezzolano comenzaron a mostrar al mundo sus continuos desajustes defensivos.
La actividad blanquivioleta se volvió plana y tediosa: continuos pases horizontales entre los jugadores de la línea defensiva, que generaban continuas situaciones de peligro a favor del Celta y que solo conseguían mostrar aún más la poca solidez en la zaga. Hein trató una y otra vez de buscar una salida en largo, sin éxito. Solo una referencia arriba, Latasa. El equipo, inoperante, enfermo y ausente.
Apenas 15 minutos bastaron para que los mediocentros pucelanos se ausentaran de su papel de control del juego, y también del partido. El Celta comenzó a dominar minuto a minuto al Real Valladolid, ahora también por dentro. La presión del Celta dio sus frutos, y Pablo Durán tuvo una oportunidad tras un pase filtrado que no pudo interceptar el Pucela. Una tónica que se mantuvo durante todo el encuentro, y que recompensaría al Celta minutos después.
Tras una buena combinación con Hugo Álvarez en la banda izquierda, Pablo Durán se zafó de su marcador, con caño incluido, e hizo el primero ante Hein, quien pudo hacer mucho más. El conjunto visitante, completamente abatido. El Celta, cómodo y plácido ante un equipo poco competitivo.
Tras el gol, el Pucela intentó buscar una reacción tras el gol, pero se encontró con el mismo problema de los minutos anteriores. La presión del conjunto vigués era muy intensa, y la defensa blanquivioleta demasiado blanda. Poco más que decir del Real Valladolid en esta primera mitad. Ya ni siquiera Hein era capaz de salir airoso de los despejes, inseguro y lejos del nivel de sus primeros encuentros.
En el minuto 35, otro pase filtrado deja dentro del área a Iago Aspas ante la pasividad defensiva. El mago de Moaña dispara, Hein para y el rechace cae a Borja Iglesias, que remata a placer a puerta vacía. Dos goles a cero.
El Celta no cesó en sus intentos de sentenciar el partido, y ya encontraba huecos por dentro y por fuera. El Real Valladolid agonizando, dejó una única ocasión de riesgo en un posible penalti sobre Cenk que no vio el árbitro.
La primera mitad terminó con las amonestaciones a Lucas Rosa, Hugo Álvarez y Chuki, y un Celta que se marchó al vestuario muy cómodo.
En la segunda mitad, el Real Valladolid buscó un cambio radical y Pezzolano gastó la primera ventana de cambios: Meseguer, Iván Sánchez y Moro dieron el relevo a Chuki, Kike Pérez y Amath. En los primeros minutos encontramos una actitud diferente del Real Valladolid.
En una de las primeras jugadas, Karl Hein regala un balón en largo a la banda izquierda que recibe Moro, que descarga en Amallah y que recibe la pared. El extremo conduce hasta el área y cruza el disparo al lado izquierdo de la portería de Guaita para poner el dos a uno.
En los primeros veinte minutos, los cambios habían dado sus frutos y el Pucela era ahora mucho más activo. Iván Sánchez y Raúl Moro aportaron algo distinto al equipo, que buscaba el empate sin demasiadas ocasiones de peligro. Con el paso de los minutos, el partido se tornó algo tenso: amarilla para Amallah, Hugo Sotelo y Javi Rodríguez. Hacia el minuto 70, el Celta retomó su estabilidad inicial, con la entrada de Damián, Douvikas, Marcos Alonso y Swerdberg. Solo una tiro fuera de Lucas Rosa y un ‘casi remate’ de Latasa incomodaron al conjunto celeste.
En el minuto 81 Mario Martín terminó definitivamente con la autodestrucción del Pucela, con una entrada fuera de tiempo que le supuso la roja directa. El Real Valladolid quedó fuera del encuentro.
En el minuto 91, Douvikas sentenció al conjunto vallisoletano, tras recibir un balón en largo de Iago Aspas que dejó desnuda a la defensa del Real Valladolid y un remate ante un Hein inseguro y fallón.
Artículo por: Rubén Aparicio