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·17 juillet 2023
El primer jugador nikkei en la historia del fútbol profesional paraguayo

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·17 juillet 2023
El caraguatense Sachio Nakagoe Nagahashi es todo un orgullo de la comunidad nikkei paraguaya (descendientes de japoneses). Tuvo una carrera de poco más de una década, pero le bastó para dejar huella. Esta es su historia.
Por Gonzalo Cáceres – periodista
Fe de erratas. El episodio ‘Algo del talento asiático en el fútbol paraguayo’ llegó bien lejos, hasta el exótico Japón, y no dejó títere con cabeza.
Desde la tierra del Sol Naciente el exfutbolista Sachio Nakagoe se puso en contacto con su servidor y soltó un dato pasado por alto: él no es japonés ni surcoreano, sino más paraguayo que la mandioca.
En honor a la verdad, el buen Sachio Nakagoe es el primer jugador nikkei en la Liga paraguaya de fútbol del que se tenga registro en la era profesional, lo que le se hizo acreedor de su propio artículo.
ORÍGENES
Los orígenes de Sachio Nakagoe se pueden rastrear hasta la localidad de Kōchi, capital de la prefectura del mismo nombre. Desde allí sus padres Toshikazu Nakagoe y Masami Nagahashi decidieron emprender un largo viaje en pro de abandonar el devastado Japón pos Segunda Guerra Mundial, en busca de una mejor plaza para rehacer sus vidas.
Es así que los Nakagoe llegaron al Paraguay, que por esos años recibió un importante número de inmigrantes japoneses y otras colectividades asiáticas. Primero se establecieron en Colonia Fram, Departamento de Itapúa, para luego echar raíces en Caraguatay (Cordillera), donde en 1964 nacería el protagonista de estas líneas.
“EMPECÉ TARDE”
El joven Sachio destacó por sus condiciones físicas, pero como él mismo lo mencionó, su llegada al fútbol, quizá fortuita, se dio “algo tarde”. “Comencé a los 18 años más o menos, en la liga de Caraguatay, específicamente en el Club Cordillerano Central. De ahí jugué en la selección de Caraguatay”, recordó el hombre.
Fue el paso por el siempre apasionante Interligas lo que marcó un antes y un después en su carrera deportiva. Sus actitudes fueron rápidamente valoradas por los rivales y cazadores de talentos (por ejemplo, la selección de Caacupé -que eliminó a su equipo- se lo llevó como refuerzo para la fase final de una de las tantas ediciones del torneo).
EN LA CAPITAL
Sachio no llegó a disputar las finales del Interligas con los de la Villa Serrana debido a una lesión, pero el recordado Julio ‘Bocha’ Gómez arregló su arribo al fútbol capitalino.
Para 1985, Nakagoe, se transformó en el primer nikkei paraguayo en ser contratado por un club profesional de la Liga local, en este caso Rubio Ñu, el tradicional club albiverde de la populosa Santísima Trinidad.
“Yo jugaba de 10. Me adapté muy rápido (a Rubio Ñu) y poder jugar con grandes jugadores como Pedro Farías, Ricardo Valinoti, Gumercindo Fernández, Hugo Rios y otros, me ayudó mucho. Debuté con el profe Jovino Mendoza”, contó.
El término ‘Nikkei’ se aplica a los emigrantes japoneses y sus descendientes, por lo que tras su despegue profesional, Sachio, se hizo notorio en la comunidad nipona.
El ofensivo labró una modesta carrera de la mano de Rubio Ñu (1985-1989), Atlético Tembetary (1990-1992) y Presidente Hayes (1996). Ya en sus últimos años se hizo internacional en el Gamba Osaka de Japón, donde estuvo un par de temporadas.
Tras su estancia en el país de sus padres, Sachio volvió a su natal Caraguatay y le dio punto final a su carrera donde todo empezó para él. “Jugué una temporada más en Presidente Hayes y después terminé mi carrera en el club Cordillerano Central de Caraguatay”, zanjó.
¿QUÉ SE HIZO DE ÉL?
Un tiempo después de colgar los botines, Sachio volvió a Japón con su esposa Lux Marina y sus dos hijos. Encontró trabajo en la industria automotriz, en una de las tantas firmas que prestan servicios a Honda Motor.
Su trayectoria no quedó en el olvido y en 2019 fue reconocido por los nikkei paraguayos como el primer atleta de su comunidad en llegar a la Liga Profesional del Paraguay.
Sachio Nagakoe también se anotó una gran victoria contra el cáncer y hoy día roza los 60 años de edad. Se siente un paraguayo más y no reniega de su identidad. “La verdad que casi no extraño la comida paraguaya porque acá hacemos de vez en cuando algún fútbol con los amigos y hay de todo… chipa guasú, asado, ere ere’a”, comentó entre risas.
El 10 caraguatense espera conseguir la ansiada jubilación en Japón y, quizás en un par de años más, volver definitivamente al Paraguay.