
San Lorenzo Web
·10 juillet 2025
El Patón, siempre vigente: Liga de Quito inauguró su Centro de Alto Rendimiento Edgardo Bauza

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·10 juillet 2025
La historia grande del fútbol no se escribe solo con títulos, sino también con huellas profundas, con legados que trascienden camisetas. Edgardo “el Patón” Bauza, emblema de San Lorenzo y gloria eterna de Liga de Quito, fue homenajeado por el club ecuatoriano con una distinción que marca para siempre su nombre: el nuevo Centro de Alto Rendimiento de Liga lleva su nombre.
El acto, cargado de emoción, se realizó en el complejo deportivo de Pomasqui y contó con la presencia del propio Bauza —afectado desde 2022 por una enfermedad neurodegenerativa— junto a su familia, directivos, exjugadores y figuras históricas del club. El reconocimiento no solo destacó sus títulos, sino también los valores, la conducción humana y profesional que dejó grabados en el ADN del club.
Bauza es, sin dudas, el técnico más importante en la historia del fútbol ecuatoriano: fue quien guió a Liga de Quito a ganar la Copa Libertadores 2008, el único título continental de ese calibre para el país. También obtuvo torneos locales y la Recopa Sudamericana, convirtiéndose en una figura admirada a nivel nacional.
Pero su legado también está profundamente ligado a Boedo. En 2014, Bauza se convirtió en el primer y único técnico que llevó a San Lorenzo a la cima de América. Su trabajo meticuloso, su temple, su cercanía con los jugadores y su conexión con el hincha marcaron una etapa inolvidable. “Lo de Bauza fue mucho más que ganar la Copa, fue devolverle al club y a su gente la fe en lo posible”, se suele decir en el Bajo Flores.
El nuevo Centro de Alto Rendimiento Edgardo Bauza se convierte así en una referencia no solo de infraestructura deportiva, sino de identidad y valores. “Es una declaración de principios”, dijo el presidente de Liga de Quito, Isaac Álvarez. Y vaya si lo es.
Desde San Lorenzo, el homenaje también se vive con orgullo. Porque el Patón, con su andar pausado y su palabra justa, dejó una marca eterna en dos clubes que, gracias a su mano, tocaron el cielo.