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La Galerna

·12 mars 2025

Dineros y delitos

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Después de unas jornadas en los que he estado ausente por motivos personales y por haberme escapado con mi pareja unos días a disfrutar del agua que ha caído en toda España (los peces de los ríos van con traje de neopreno los pobres, mirusté), pidiéndoles disculpas por no haber podido escribir los artículos correspondientes a la ida de la Copa de Europa y al partido contra el Rayo, vuelvo hoy, día grande, día de partido de Copa de Europa, para comentar algunas noticias que han ido apareciendo durante estos últimos días en los que nuestra vieja piel de toro ha sido (y volverá a ser) pasto de las lluvias tan necesarias como molestas cuando nos tiramos una semanita en remojo.

Quiero empezar por Guayre, jugador que en los albores del siglo actual despuntó en Las Palmas y en Villarreal, llegando a vestir la elástica nacional, que no explotó del todo por culpa de una ristra de lesiones que le lastraron y le hicieron acabar en equipos de medio pelo cuando apuntaba a estrella. El bueno de Guayre ha declarado en estos días que estuvo a punto de fichar por el Código Penal andante, que viajó de incógnito a Barcelona y que se reunió, representante presente, con Carlos Rexach, leyenda culé y enorme extremo derecho, que hacía las veces de director técnico del club de la Masía.


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Pues bien, el canario dice que bueno, que Rexach le comentó que aún estaba muy verde para fichar por el Barcelona, que aguantara hasta la finalización del contrato, pero que, como el chico procede de una familia humilde, le iría pasando dinero bajo cuerda (es decir, en B) durante el tiempo necesario para ficharle gratis cuando llegara el momento. El entonces muchacho dice que flipó, lo que quiere decir que no salía de su asombro. El FC Barcelona, mediante su director técnico, le estaba ofreciendo dinero en negro para hacerle la trampa a su club y poderle fichar gratis después. Lo que pasó es que, a la temporada siguiente, el Villarreal puso encima de la mesa la cláusula de rescisión del contrato de Guayre y el canario se fue a jugar al Submarino Amarillo, donde cosechó las mejores campañas de su carrera.

Cuento esto porque Guayre lo ha dicho después de pasados los años, lo que me hace pensar que a cuántos jugadores no les habrán hecho dicha oferta, cuántos habrán aceptado ese pago por debajo de la mesa y cuántos han sido o están siendo serviles con el club que les paga sin pasar por la caja de Hacienda (que, como ustedes saben, somos todos, aunque unos más que otros). ¿Cuántas veces nos hemos preguntado que cómo es posible que tal o cual jugador rival del Barcelona haya podido fallar ese gol cantado o ese penalti? ¿Cuántas veces nos hemos planteado que cómo es posible que tal o cual jugador, estrella de su equipo, se haya borrado literalmente de un partido contra el Barcelona? ¿Cuántas veces, repito, nos hemos echado las manos a la cabeza pensando que cómo es posible que tal equipo, con sus estrellas en el terreno de juego, se muestre tan indolente y con tan poca tensión competitiva cuando se enfrentan al Barcelona? ¿Cuántas veces nos habremos hecho estas preguntas?

¿Cuántas veces nos hemos preguntado que cómo es posible que tal o cual jugador rival del Barcelona haya podido fallar ese gol cantado o ese penalti?

La respuesta es fácil, amigos. Muchas, cada vez más. Y sabiendo lo de Guayre, ¿no es lícito pensar, en la ignorancia de este escribidor de cosas, que estamos ante una práctica habitual y que ciertos jugadores que compiten en España son parte importante del famoso the tinglao, como lo es el CTA, la prensa mamadora y las directivas de los clubes, por estar cobrando dinero del Barcelona? ¿No es lícito pensar esto? Pues menda lerenda lo piensa. Y lo piensa porque todo cuadra. Esa intensidad rayana en la violencia de ciertos rivales que se enfrentan al Real Madrid contrasta con la abulia y la falta de combatividad del mismo equipo cuando se enfrenta al Barcelona. Todo cuadra, repito, todo cuadra (que no Fernández, que a por él que voy ahora…).

Porque hay que recordar a diario que el Fútbol Club Barcelona estuvo pagando durante, al menos, 17 años 8,4 millones de euros, como mínimo, al vicepresidente del CTA para, en palabras propias, obtener neutralidad en los arbitrajes, que se compraron el sistema arbitral español y que el asunto está en los tribunales de justicia, siendo el Real Madrid Club de Fútbol el único club que se ha personado en el procedimiento como acusación particular en calidad de perjudicado. El único. Que nadie se llame a engaño. El Barcelona y Negreira, Negreira y el Barcelona, no sólo perjudicaron al Real Madrid, perjudicaron a todos y cada uno de los clubes de primera y segunda división en aquella época (que se sepa) y todos, a excepción de los blancos, están mirando para otro lado, poniéndose de perfil y coadyuvando para que la corrupción sistémica federativa y arbitral subsista manteniendo a aquellos árbitros en la actualidad. Que no se olvide.

Estaba el domingo disfrutando de unas viandas espectaculares en la bella villa de Ciudad Rodrigo (Salamanca), esperando la hora de ver a nuestro Madrid ganar al Rayo Vallecano en el partido oficial nº 200 de Fede Valverde, el partido de competición española nº 300 de Lucas Vázquez y en el que Mbappé marcó el gol oficial nº 800 con Carlo Ancelotti como entrenador, cuando me compadecí, sí, amigos, me entró una pena terrible, sufrí un ataque de empatía tremendo y casi me echo a llorar (mi pareja flipaba, como Guayre con Rexach) cuando me di cuenta de que el pobre Cuadra Fernández, que había hecho todo lo posible para que su Atleti ganara en el Coliseum getafense, vio como los del Cholo Simeone fueron derrotados por el equipo de Bordalás aplicándoles su propia medicina.

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Pobre hombre, pobre Cuadra, que se inventó un penalti en la mitad de la segunda parte con la convicción de que sería suficiente para salir victoriosos (el Atleti y él) de Getafe, y va el estulto de Correa y le mete un patadón con las suelas por delante a un contrario, amarilla que es anulada después de mirar la pantallita del VAR (porque le tuvieron que llamar, que él, motu proprio, se había hecho el sueco) y roja. El Getafe que se anima y, en el último momento, marca dos goles (uno intentó anularlo, que conste) y manda al traste las ilusiones colchoneras de los del río y del pobre trencilla de Hortaleza empadronado en Palma de Mallorca para estar ahí pitando a los suyos una y otra vez.

De verdad, amigos, sentí pena, sentí que el jamón de bellota que me estaba apretando me podía sentar mal, que la copa de vino de la Ribera del Duero se me iba a indigestar y que el chuletón salmantino que acabó en mi estómago iba a destrozar mi ser. Una lástima. Desde aquí quiero mandar mis condolencias y mi solidaridad al bueno de Cuadra Fernández, diciéndole, en su descargo, que él lo intentó en todo momento, que no se preocupe, que otra vez será y podrá resarcirse pitando un penalti en contra del Madrid, expulsando a un jugador blanco o dando un gol ilegal al Atleti. Que no se preocupe.

Desde aquí quiero mandar mis condolencias y mi solidaridad al bueno de Cuadra Fernández, diciéndole, en su descargo, que él lo intentó en todo momento, que no se preocupe, que otra vez será y podrá resarcirse pitando un penalti en contra del Madrid, expulsando a un jugador blanco o dando un gol ilegal al Atleti

La verdad es que la expulsión de Correa fue tan sorpresiva que el pobre cayó víctima de su cerebro reptiliano (todos lo tenemos) y le soltó al trencilla de Hortaleza la siguiente lindeza: “Hijo de mil putas, cagón, la concha de tu madre”. No se puede insultar tanto con tan pocas palabras. Además, el Cholo, después del encuentro, largó contra el arbitraje de su amigo Cuadra. Pues, la verdad, amigos, esto no cuadra mucho con lo del otro día de “Respeta al árbitro, respeta el fútbol” tan proclamado por el club de Canillejas. A ver si sólo se puede hablar de los árbitros cuando te perjudican. Esto desencadenó una muy tibia respuesta por parte de los medios de comunicación patrios, es más, se quedó en que el árbitro (en un ataque de locura, supongo) recogió en el acta las palabras del argentino, por lo que le ha caído una sanción curiosa.

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Pero pasó el lunes y se acabó. Ni una reseña, ni una tertulia, ni un tercer grado al colchonero. Ni una condena a pena de telediario por parte de los medios imparciales del universo balompedístico español. Nada. Al final, va a resultar que no se pudo saber si dijo fuck you o fuck off. Va a ser eso. Hay que recordar que en el asunto del Moggigate (y señalado en estos días por la gran cuenta de X @RafaRNMJ) se llegó a la conclusión de que “El cuadro se completaba con periodistas deportivos encargados de “defender” a los árbitros en los análisis televisivos y de crear en los diarios y en otros medios una atmósfera favorable para la Juventus”. Sustituyan ustedes el término “Juventus” por Barcelona o At. Madrid y ya estaría. No hace falta decir más.

De la vergüenza como español que me causa que un madridista no pueda ir en Metro con la camiseta blanca por donde quiera en una ciudad aparentemente segura como Madrid, no voy a decir nada, ya se han encargado en esta excelsa publicación de hacerlo, por lo que no hay nada que añadir.

Les dejo con el deseo de que mañana pueda escribir, en nombre de mi amigo Javi, un artículo lleno de alabanzas a nuestro equipo por haber pasado a los cuartos de final de la Copa de Europa y con la frase de ritual: ser del Real Madrid es lo mejor que una persona puede ser en esta vida. ¡Hala Madrid!

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