La Galerna
·16 janvier 2025
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El actual estadio madridista abrió sus puertas de forma oficial el 14 de diciembre de 1947 con el partido amistoso entre el Real Madrid y Os Belenenses. El coliseo blanco fue conocido entonces de forma popular como Chamartín o Nuevo Chamartín. Sin embargo, su nombre oficial era Estadio Real Madrid Club de Fútbol. A partir de 1955, cambió su denominación y se le bautizó como Estadio Santiago Bernabéu.
La propuesta original del cambio siempre se ha focalizado en la junta directiva blanca, pero lo cierto es que fueron las peñas del Madrid las que lo expusieron en 1954. Y, en concreto, la idea primigenia surge de la Peña Morán, que tenía como presidente y cabeza visible al actor Manolo Morán, un gran madridista, socio 110 en ese momento, que actuó entre otras películas en Bienvenido Mr. Marshall (1952), Los últimos de Filipinas (1945), Manolo, guardia urbano (1956), Once pares de botas (1952) y Cincuenta años del Real Madrid (1952).
Morán, primero, envió una carta al diario MARCA. Fue publicada el 24 de marzo. Rezaba así:
"Por acuerdo en Junta directiva de esta Peña, y en nombre de los socios que la componen, tenemos el gusto de dirigirnos a ese Buzón para rogar inserten el anhelo, que es de todo buen deportista y el sentir popular madrileño, que el actual Estadio de Chamartín se denominase en lo sucesivo Estadio Bernabéu, pues ningún nombre mejor puede llevar la grandiosa obra realizada que la de su creador, digno premio a su persona, honradez y caballerosidad ejemplar".
La propuesta original del cambio siempre se ha focalizado en la junta directiva blanca, pero lo cierto es que fueron las peñas del Madrid las que lo expusieron en 1954. en concreto, la idea primigenia surge de la Peña Morán, que tenía como presidente y cabeza visible al actor Manolo Morán, un gran madridista,
En las páginas de ABC, con fecha 26 de marzo, el periodista canario Mariano Daranás escribió la siguiente columna de opinión de apoyo a la idea:
"Voces de la víspera que responden a iniciativas latentes de un ayer menos inmediato han pedido que el mejor campo de fútbol de Europa y uno de los mejores del mundo se llame Estadio Bernabéu ¿Cómo no asociarnos en estas columnas al anhelo general, haciéndolo nuestro y confirmando, con nuestro voto particular, la pertenencia que, sin duda, no tendrá impugnadores? La empresa de construir primero y ampliar ahora el campo de Chamartín plasma como casi todas las grandes campañas multitudinosas o populares en determinado nombre individual personal, y ese nombre es del presidente del club propietario, D. Santiago Bernabéu, al que si son muchos los españoles que no conocen de “visu”, no podría discutirle ningún compatriota) tal ha sido la resonancia de su acción) el patrocinio de una de las fundaciones más importantes y bellas de esta urbe. Incondicional y tercamente dedicado a una sociedad deportiva, la contribución de ese hombre al bien común raya en lo patricio. Provinciano, oriundo de Albacete, corpulento, cincuentón, Bernabéu ha servido a Madrid y a España a través de su cariño a un club en el que habiendo militado como jugador amateur se distinguió hace lustros al frente de la tesorería del mismo, dejando en ella al contabilizar, sobre todo, la expedición del equipo por América del Sur un recuerdo edificante (…) Rehecha la unidad nacional, emprendió en Madrid la obra cuya apoteosis admiran ahora forasteros y vecinos en la prolongación de la Castellana. Exponente de una inteligencia clara, una voluntad de bronce y un desprendimiento cabal, en feliz conjunción, su carácter podría servir de ejemplo a sociedades más atentas al rendimiento de la aptitud que al laboreo de la volundad. Si por cada mil española uno, nada más, emprendiera en el área de lo social o lo corporativo un esfuerzo análogo al que con tan pingüe plástico resultado realizan Bernabéu y sus colaboradores, no habría necesidad de pedir tanto a un Estado cuyas arcas son orgánicamente pobres. Es, en efecto, hora de que un censo de la población menos conceptuado, por desgracia, como laborioso que como apático, corresponda al capitán de la campaña, emprendida por el club de las camisetas blancas. Hágase por Madrid, sino por el Real Madrid. Dar el nombre del presidente del Madrid “a una calle cualquiera, camino de cualquier parte” sería menos de lo que conviene a una espléndida construcción, que ya está ahí como meta y que estará siempre como cauce, como movimiento y devenir, bajo el nombre de Estadio Chamartín o el más potente y merecido de Estadio Bernabéu".
En el Semanario Gráfico de los Deportes de MARCA, con fecha 27 de abril de 1954, Manolo Morán explicó en una entrevista que “estoy muy contento con que todas las peñas madridistas hayan acogido con entusiasmo la idea de la Peña Morán de llamar al gran Chamartín el Estadio Bernabéu. Esta alegría que todos sentimos ahora con el triunfo, unida a la admiración que tenemos de siempre hacia Santiago Bernabéu, debemos ofrecérsela a él de todo corazón…”. La propuesta caló de forma fantástica entre los socios más veteranos, los aficionados y el resto de peñas madridistas que se acogieron con un sí rotundo a la idea.
La iniciativa oficial se dio a conocer pocos días después de que el Real Madrid conquistase el título de Liga, tras 21 años de sequía, cuando las peñas solicitaron que se realizase un homenaje nacional a Santiago Bernabéu. En el diario Pueblo, la Hoja de los Lunes y diario Madrid se publicó íntegra la siguiente carta enviada por la Peña Mariano:
Muy señor nuestro:
Los que suscriben en nombre de las peñas madridistas, así en el de los socios veteranos, se dirigen a usted con la súplica de que publique las siguientes líneas.
La figura popular y señera de don Santiago Bernabéu de Yeste se ha hecho merecedora de la gratitud no solo de esta gran colectividad, bajo cuya gloriosa e inmaculada bandera nos agrupamos, sino de la que todos los buenos aficionados que ven en su cotidiana labor la obra gigantesca del hombre que ha dedicado sus mejores afanes a engrandecer al club que tan dignamente preside y a dotar a la capital de España del mejor estadio de Europa.
Por constituir todo ello méritos más que suficientes para que la afición le tribute el homenaje nacional que todos le debemos, se estima que por las personas que en su momento le indiquen y en la forma que estas decidan se exprese a don Santiago Bernabéu la gratitud del fútbol español por la leal perseverancia con que viene sirviéndole y por la infatigable voluntad que ha puesto constantemente a su servicio.
Dentro de muy pocas semanas quedará terminada esa obra ingente, tan personalmente suya, que es el estadio e independientemente de las demás decisiones que en su momento puedan adoptarse, proponemos que se dé a ese gran recinto deportivo el nombre del ilustre presidente del Real Madrid.
Creemos también que debe hacerse extensivo el reconocimiento de los aficionados en general, y de los madridistas de modo especial, a la Junta directiva, que ha sabido reunir ese magnífico equipo que tan brillantemente ha conquistado el campeonato de Liga al campo de veinte años de noble e incesante lucha, y que le califica como el mejor de España.
Agradeciéndole de antemano la publicación de estas líneas, aprovechamos la oportunidad para saludarle atentamente.
Por la Peña Bañón, don Joaquín Benedicto; por la Peña Clemente, don Rafael Alameda; por la Peña Chamartín, don Gregorio Autosán; por la Peña El Club, don Antonio Guinea; por la Peña Luis, don Emilio Fernández; por la Peña Morán, don Manuel Morán; por la Peña Olsen, don Antonio Pascual; por la Peña La Tropical, don Pascual Gallego; por la Peña El Brillante, don Federico Valcárcel; por la Peña Molowny, don Juan Turbica; por la Peña Olmedo, don Isaac Banda; por la Peña Santiago Bernabéu, don Agapito Gómez; por la Peña Deportiva Pavón, don José de Castro; por la Peña La Bomba, don Félix Sánchez; por la Peña El Portillo, don Antonio Díaz; ex presidente del Real Madrid don Adolfo Meléndez Cadalso, ex secretario del Real Madrid don Julio Chulilla Gazol, ex vicepresidente del Real Madrid don Bernardo Menéndez; por la Peña Mariano, don José Rubiato Luengo. Y siguen las firmas de los 100 primeros socios.
La respuesta de la Hoja de los Lunes a la misiva decía así:
Nos parece muy acertado el documento que antecede, porque la obra de don Santiago Bernabéu es merecedora de ese justo homenaje.
No solo ha consagrado su vida como jugador y dirigente a la gloriosa entidad que preside, sino que ha convertido en tangible realidad su ambicioso proyecto de dotar a Madrid de ese gran estadio, que sobrepasa la órbita de las actividades de un club y lo convierte en motivo de legítimo orgullo de para el fútbol español.
Son ahora las peñas y los veteranos representantes del club quienes deben canalizar ese candente estado de opinión, para que la simpática propuesta de las filiales madridistas desemboque en el homenaje que merece la efectivamente señera figura de don Santiago Bernabéu. Ellos son, pues, quienes tienen la palabra.
HOJA DEL LUNES se adhiere cariñosamente a la iniciativa y hace suyo el propósito general de que el estadio ostente en lo sucesivo el nombre de su ilustre creador.
El primer partido oficial con el nuevo nombre fue el 16 de enero de 1955, correspondiente a la jornada 19 de la Liga. El Hércules visitaba el coliseo blanco y por primera vez en los carteles anunciadores del encuentro aparecía escrito Estadio del Real Madrid Santiago Bernabéu
Durante varios meses no hubo novedades ni noticias, hasta que Manolo Morán volvió a hablar del tema en la sede de su peña (un bar de la calle de Valencia), en una entrevista para la Hoja del Lunes el 22 de noviembre. El actor, a pregunta de Eme Erre, contaba que “nosotros propusimos que Chamartín se llamara Estadio Bernabéu del Real Madrid. Algunos se lo han apropiado, y eso no importa; pero lo interesante es que se haga el cambio de nombre. Nuestro lema es: “Madridistas, sin darse importancia”, Así es que, ¡al toro, al toro! Para nosotros es y será el “Estadio Bernabéu del Real Madrid”. Y “na” más…”.
Fue en la Junta general ordinaria del Real Madrid del 2 de enero de 1955 cuando se precipitaron los acontecimientos. La reunión se celebró en el salón de actos de la Cámara de Comercio para aprobar las cuentas y resultados de los ejercicios de la entidad merengue en 1952-53 y 1953-54. Se leyó la Memoria, se hizo referencia a la terminación de las obras del campo de Chamartín y por aclamación se aprobaron las cuentas de estos ejercicios, así como la gestión de la Directiva.
Luego, habló el ex presidente merengue Antonio Santos Peralba, para proponer que en lo sucesivo el campo de deportes del Real Madrid se denominase Estadio Santiago Bernabéu. La medida con un acuerdo pleno quedó aprobada con una “nutridísima salva de aplausos”. Bernabéu “dando muestras de viva emoción, hizo uso de la palabra para agradecer ese rasgo de la junta, que tanto le satisfacía y le honraba”, según recogió la Hoja de los Lunes. A continuación, puso a disposición de la Junta su cargo, ya que estimaba que, habiendo terminado la misión para la que fue nombrado y llevando más de diez años al frente del club, debía tener el descanso que creía merecedor. Sin embargo, la Junta en pleno ratificó en medio de un gran entusiasmo al mandatario madridista. El almanseño volvió a hablar para dar las gracias por el apoyo, aunque insistió en la necesidad de que debía ser relevado.
Al presidente madridista nunca le acabó de gustar que el estadio llevase su nombre y en más de una ocasión reconoció en público que le resultaba extraño cuando alguien le decía que había asistido a un partido al estadio Santiago Bernabéu.
El primer partido oficial con el nuevo nombre fue el 16 de enero correspondiente a la jornada 19 de la Liga. El Hércules visitaba el coliseo blanco y por primera vez en los carteles anunciadores del encuentro aparecía escrito Estadio del Real Madrid Santiago Bernabéu.
Fotos de Alberto Cosín