Santa Fe Deportivo
·17 août 2025
¡Colón perdió 15 de los últimos 20 partidos! La PREOCUPANTE estadística en el Sabalero

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·17 août 2025
Hace un par de años, por jugar a la timba y buscar receta con peperina cordobesa pasada en Fernet de parte del amigo de “La Mona”, Colón se comió el descenso más absurdo de su historia y cayó de la Primera División a este presente donde no corrigió nada: su andar por el ascenso, que siempre fue patético e impropio para su historia (campeón del fútbol argentino) y capacidad de movilización (uno de los más grandes del interior, lejos), ahora fue a parar a un lugar donde nadie puede decir “ya está, se tocó fondo”. Claro que, se les fue la mano: de patético, pasó directamente a peligroso, amenazante, terrorífico. La verdad, además de dolor de ojos, da miedo esta expresión. El otro día titulamos: “Ojo con el descenso, este equipo es un peligro”. Y volvió a perder otro partido caminando, buscando hormigas y lejos de esas hazañas donde enterraba elefantes.
Talleres de Remedios de Escalada, que empezó a ganar, se arrimó a diez puntos cuando faltan 21 y el CADU de Zárate juega este lunes, a las 15.30, contra Defensores de Belgrano (si gana se pone a 8). Con los dos, Colón debe jugar y son cruces directos: con Talleres va a Escalada y al CADU lo recibe en la última en el Cementerio de los Elefantes.
Más allá de la respuesta del Chatgpt (“sí, puede descender de la Primera Nacional a la Primera B Metropolitana: actualmente, Colón está fuera de la zona de descenso, a 11 puntos de la zona roja, pero en una situación preocupante. Los próximos partidos, especialmente los “cruces directos” con rivales en riesgo, serán determinantes”), el ojo humano ve lo mismo que IA. El problema, de fondo, no es la distancia con Talleres de Escalada o el CADU; el problema es Colón.
Porque a pesar de esa luz (diez con Talleres, once con el CADU hoy), el que saldrá a jugar este sábado, a las 17.05, contra Chacarita Juniors en Santa Fe será Colón. Y nadie estará más presionado que Colón. Con cuatro derrotas al hilo, acumuló 15 partidos perdidos de los últimos 20 consecutivos, algo que nunca había ocurrido en ninguna de las categorías profesionales de AFA donde jugó el Sabalero.
Está claro que, con números escritos con color rojo, Colón ya quemó todas las recetas: un DT en modo apuesta que terminó en pasantía (Ariel Pereyra), un entrenador campeón (Andrés Yllana, “porque conoce la categoría” y ascendió a Aldosivi) y, de última, como pasa siempre en esta ciudad, le tiramos el hierro hirviendo “a los de la casa” (Martín Minella), porque “conocen a los pibes”.
Foto: Fernando Nicola
No funcionó nada. Como pasa en la cancha. No se trata de “pongan a los grandes que den la cara y se hagan cargo” o irnos al otro lado de “pongan a los pibes, que por lo menos corren y sienten la camiseta”. Lo único que quedó en claro, en este tiempo de crisis, es una sola cosa: “Los grandes están muy grandes y los pibes están muy verdes”. ¿El motivo?: para lo primero, en la vida nada para es siempre; para lo segundo, nadie se hace hombre ni jugador de fútbol en 90 minutos. Hoy, en este club, se necesitan dos cosas, que Colón perdió hace rato en el fondo del Salado: tiempo y paciencia.
Lo de afuera, tampoco ayuda. Los grandes responsables ya están “idos” en todo sentido: Iván Moreno debe estar tomando sol europeo en Badajoz con un verano inteligente; en el caso de Víctor Francisco Godano siempre fue invierno, el más frío de todos: hoy es una simple figura decorativa. El presidente aseguró la frase “con Yllana hasta este el final” en una FM donde tiene un programa radial partidario y al otro día no era más el DT; el “Bicho” dijo en Jujuy “si quedamos lejos, elecciones anticipadas”, mientras quienes militan el club día a día (su tesorero y los dos vice), lo desautorizaron públicamente: “Nos quedamos hasta diciembre”. Conclusión: el equipo está perdido porque la CD está más perdida que el equipo. No saben qué hacer, cómo hacer, para dónde ir.
En el medio de este irresponsable manicomio futbolístico y dirigencial que es Colón 2025 queda atrapada la gente, el hincha, el socio, lo único que nunca se apaga en este tipo de clubes tan populares. La piel es la misma, la escama del campeón y la estrella para toda la vida en la ciudad de Garay. Pero los golpes duelen, la paciencia se acaba, el bolsillo te quiere ver fusilado todos los meses del día 1 al 1.000 de cada mes interminable.
La gente, con razón, desde el descenso para acá, siente que la cagaron y la siguen cagando. En la A o en la B. Ya quedó claro, a lo largo de la historia, que este amor llamado Colón de Santa Fe no va con el abecedario. No le importan las letras, los nombres, los kilómetros. Se siente y punto. No se puede explicar. A esta altura, el que va, el que no va; el que putea, el que aplaude; el que paga la cuota; el que no puede o no quiere pagar más la cuota; el que paga la cuota y no va de bronca. Todo eso es Colón.
Colón se desangra y nadie hace nada. Se perdieron 15 partidos de los últimos 20 consecutivos, algo nunca visto en los registros de Colón de Santa Fe en los torneos profesionales de la AFA. Quedan siete fechas, 21 puntos en juego y dos cruces directos con los del descenso. ¿Nadie piensa hacer nada por el viejo y querido Colón?. Los que están adentro no se quieren ir y los que están afuera no se acercan sin no es “con condicionamientos”. Dejen de mirarse el ombligo. Por estas siete fechas y por el amor a Colón…¡piensen en Colón!. Las generaciones futuras se lo van a agradecer. Después sí, mátense a votos en las urnas.
Darío Pignata para Radio Gol y El Litoral.