Santa Fe Deportivo
·3 février 2025
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El conjunto Xeneize sumó de a tres frente al globo y logró romper con la racha de dos empates consecutivo desde el arranque del Torneo Apertura.
Por fin Boca quebró la barrera de la mediocridad y además de haber ganado su primer partido del campeonato, siente que el nuevo equipo, con los nuevos refuerzos estrella, dejaron de ser un número, una cotización, una cifra en dólares.
Apareció Palacios en todo su esplendor, un jugador que, es justo decirlo, rindió en cada uno de los partidos que le tocó jugar, pero esta vez hizo una jugada grande, un gol grande por lo que se estaba jugando Boca. También Agustín Marchesín mostró sus credenciales, nada menos que en su debut, y si Boca se fue de su campo triunfador, fue porque en los peores momentos su arquero lo sostuvo con tres tapadas clave. Y también Velasco mostró por qué pagaron lo que lo pagaron, y también estuvieron los de siempre, los Cavani, los Saracchi, los Merentiel, para poner la carita en un partido que no venía fácil.
Es que no lo fue. El primer tiempo de Boca no fue bueno, al nivel de los dos primeros partidos, con las mismas inconsistencias, ante un rival, Huracán en este caso, que perdió la columna vertebral del año pasado (Alarcón, helo) y sin embargo se le paró de igual a igual en la Bombonera, como lo hizo Argentinos hace una semana y Unión el miércoles. A Boca le sobran intenciones, pero aún le falta intensidad. Por momentos se planta en campo rival, con la línea de fondo asumiendo los riesgos lógicos que implican “pararse alto” pero de a ratos se abandona y hace la fácil de jugar de contra, y en el resumen termina siendo ni fu ni fa.
Así y todo, le alcanzó para ponerse en ventaja por un tiro libre de Cavani que se metió con la ayuda del Colo Gil. Antes, el Matador culminó una contra que se armó desde una salida rápida de Marchesín y una buena combinación entre Velasco y Palacios, pero tapó Galindez.
Huracán lo complicó explotando un mediocampo de Boca débil para la presión, y si bien es cierto que lo empató cuando Boca ganaba confianza, luego de ese 1-1 polémico (Pereyra participó y obstruyó, todo al mismo tiempo, pero Trucco vio otra cosa) Boca deambuló en su propia inestabilidad, con un Advíncula que perdió un gol casi parado en la línea y con un Marchesín que salvó el segundo ante un tiro envenenado del Colo Gil.
Gago, buscando resolver el intríngulis, decidió poner a Merentiel. Eligió la actitud en lugar del juego (como hubiera sido poner a Zenón, por ejemplo) y estuvo muy bien la movida, porque la Besia lleva a la cancha su optimismo, su chispa, algo que Boca necesitaba. El uruguayo no se preocupó mucho por dónde jugar, un intríngulis que en otros partidos le costó resolver. Y buscó asociarse. Ahí sí, Boca se enfocó en ir metiendo a Huracán contra su arco, ante un equipo que se fue desgastando y con los cambios perdió firmeza.
Hacía rato que Boca ya coqueteaba con la victoria, y lo encontró en una genialidad del chileno, que dejó pasar una pelota de Saracchi para buscar el área, recibir el gran pase de Merentiel y poner el segundo con un golazo.
Vía: Olé