
La Galerna
·20 juin 2025
Apunte viejo/nuevo de un Real Madrid-Al Hilal

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·20 juin 2025
Abro un cuaderno y escribo: este no es el Real Madrid de Xabi Alonso. Pudiéramos haberlo creído, deseado diría, pero era demasiado creer y desear: con diez días en el bolsillo es imposible que un equipo cambie, menos aún uno que parece viciado de cierto aire liberticida. El nuevo Real Madrid volvió a ser el viejo Real Madrid: ramplón de fútbol y esfuerzo, concesor atrás, corto de recursos.
Vinicius y Bellingham. Qué problemón. Que tus dos mejores jugadores tengan un estado de forma tan lamentable es un peso del que el Real Madrid quizá no pueda liberarse. Sentarlos a los dos en el banquillo no parece una actuación lógica. Pero es junio y mientras que ambos deberían estar de vacaciones, descansando piernas y cabeza (y hombro en el caso del inglés), ambos andan saltando entre días libres, convocatorias con sus selecciones y ahora un Mundial de Clubes de un mes y medio. Este problemón es preocupante hoy porque será muy preocupante durante el 2025/26. ¿Qué podemos esperar de dos cracks que van a hacer una pretemporada tan rara?
era demasiado creer y desear: con diez días en el bolsillo es imposible que un equipo cambie, menos aún uno que parece viciado de cierto aire liberticida
Tchouameni. Es imposible no tener la sensación de que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. El pivote francés sigue siendo de lo poco potable del nuevo-viejo Real Madrid gracias fundamentalmente a que su físico le permite seguir apareciendo cerca de donde se desarrolla la jugada. No obstante, sigue deprimiendo, reconozcámoslo, que sea la única pieza de la que tirar cuando te falla un central. Ayer, con Asencio colmado de antibióticos, quizá al borde del desmayo, tuvo que volver a vestirse de defensa en la segunda parte. Curiosamente, el equipo desplegó entonces una versión más cómoda con el balón…
Arda Güler. Salió tras el descanso. Es otro aroma viejo-nuevo que evoca a Turquía y señala directamente a los capitanes del mando madridista. Mientras que Ancelotti no terminó nunca de apostar por él en un equipo que se moría de aburrimiento e indolencia, Xabi Alonso comenzó su andadura plegándose al trivote de mediocampistas de la guardia antigua formado por un inglés, un uruguayo y un galo. Güler, que salió tras el descanso, demostró en poco más de cuarenta y cinco minutos que sus piernas son las únicas a las que agarrarse cuando la pelota pasa por el medio.
Huijsen y Trent. Las nuevas caras fueron eclipsadas por otra vieja-nueva. Gonzalo, el 9 del Castilla, fue quien más peligro llevó sobre la portería de Bono, hasta el punto de que fue el encargado de anotar el único y primer gol madridista en el torneo. Eclipsó así a un Trent Alexander-Arnold bastante discreto al que aún le falta rodaje y a un Huijsen que tampoco brilló, aunque dejó destellos de lo que va a ser este jugador: posiblemente un central de época.
Ancelotti. Del italiano se acordaron muchos ayer. Para bien y para mal. Unos imaginaron al italiano sonriendo frente a la televisión, pero no de alegría sino de irónica justicia poética: esto es lo que había, muchachos. Otros, como Courtois, insinuaron que los problemas demostrados en el debut de Xabi Alonso son asunto viejo, esto es, heredados, lavándose así las manos y tirando el muerto por la ventana. Pero quizá vaya siendo hora de cerrarla y de diseccionar el cadáver en vez de deshacernos de él. Conviene recordar, además y en definitiva, que cuando el olvido es provocado, no es olvido sino desprecio.
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