A este Barça se le caen los goles… | OneFootball

El técnico alemán ya tiene lo que quería: velocidad, verticalidad y más desequilibrio por la izquierda. La cifra de goles de su plantilla mete miedo.

El fichaje del atacante británico cierra el ataque del Barça para esta temporada. Tras la negativa de Nico Williams y las dificultades con el fichaje de Luis Díaz, el club se decantó por Marcus Rashford, que llega cedido desde el Manchester United con una opción de compra situada entre los 30 y los 35 millones de euros. El inglés busca recuperar su mejor versión tras un año irregular, aunque todavía logró dobles dígitos en goles y asistencias (11+9). Hansi Flick habló con él antes de cerrar la operación y ve en él una pieza que encaja perfectamente en su idea de juego.

Con Rashford, el Barça suma ya siete piezas ofensivas de primer nivel. Entre todos, anotaron 144 goles la pasada temporada. Una cifra que explica el potencial ofensivo que tendrá el técnico alemán en su primer curso completo al frente del equipo.

El tridente habitual fue Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha, responsables de 94 tantos. El polaco firmó 42, solo frenado por una lesión en el tramo final, mientras que el brasileño vivió su curso más productivo: 34 goles y 25 asistencias. El joven canterano, por su parte, marcó 18 goles siendo menor de edad, acallando cualquier duda sobre su pegada.

Ferran Torres fue la gran sorpresa. Brilló como revulsivo, pero también cuando fue titular. Con 19 dianas, fue el máximo goleador de la Copa del Rey y MVP de la final ante el Real Madrid. Ahora, a este cuarteto se suma Rashford, que puede actuar como extremo, segundo punta o incluso falso ‘9’.

La pólvora no termina ahí. Flick también tiene a su disposición a Dani Olmo, que puede jugar por detrás del delantero y acabó el curso con 12 goles pese a las lesiones, y a Fermín, cada vez más importante en los planes del alemán: 8 goles y 10 asistencias desde la segunda línea.

Flick ha pedido un bloque ofensivo vertical, móvil y con desborde. Ya lo tiene. Ahora, el reto será gestionar minutos y egos. Pero de gol, va sobrado.