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La Galerna

·20 de agosto de 2025

Xabi y la receta para el campeonato que padecemos

Imagen del artículo:Xabi y la receta para el campeonato que padecemos

Primer partido liguero y primera victoria. Victoria de mérito, victoria trabajada. El Club Atlético Osasuna siempre es un rival complicado que nos pone en dificultades. Con la llegada de su flamante entrenador, un Alessio Lisci que hizo milagros en Segunda la temporada pasada en el humilde Club Deportivo Mirandés, se esperan grandes cosas. Sin embargo, anoche tuvimos más de lo mismo, en dosis multiplicadas por el bochorno veraniego.

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Un Osasuna bien ordenado decidió salir al Santiago Bernabéu con una defensa de 5 y a rezar. El típico planteamiento de un equipo árido que sale con el autobús en defensa y el resto del equipo a hacer coberturas. Sin más. Es decir, el 80% del planteamiento que suelen hacer los equipos frente al Madrid en España. A sabiendas, el Real Madrid no perdió la paciencia y tocó y tocó hasta encontrar algún resquicio. La primera parte fue dinámica y en la segunda el equipo mostró síntomas de cansancio. Lógicamente, estamos físicamente en pañales. Es natural, e incluso recomendable que nos pesen las piernas en el primer tramo de la temporada.


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Xabi Alonso es consciente de que en España tenemos que tener varios ases en la manga. Su estilo ambicioso y preciosista debe verse sustituido por otro más pragmático e incisivo. El nuevo técnico del Madrid es conocedor de esto, y a buen seguro que plantea muchos partidos de La Liga bajo esta premisa. A Alonso no le queda otra que poner en práctica buena parte del repertorio ganador que aprendió bajo las órdenes de José Mourinho. Porque el campeonato nacional no es lo que soñamos: es lo que padecemos. En España más nos vale cerrar los ojos y evitar contemplar la ignominia que lo envilece todo, o acabaremos desquiciados.

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En Strawberry Fields Forever, John Lennon decía que vivir es fácil con los ojos cerrados, y no lo podemos negar. Es más, Lennon añadía que esos ojos cerrados nos ayudan a malinterpretar todo lo que vemos. Si bien la gran composición que contiene este verso no trata realmente de la interpretación de la realidad, Lennon nos legó una referencia conceptual para entender muchas veces una forma de estar en la vida como un refugio. Años más tarde, la película Matrix nos ofreció otra explicación simbólica mediante la elección de la pastilla roja o la azul.

para ver fútbol en España, todos tenemos que hacer un ejercicio de sincera ceguera. Es decir, parafraseando el verso de Strawberry Fields Forever, ver fútbol nacional es sencillo si lo haces mirando para otro lado

A lo largo de la historia, el ser humano se ha peleado con todo esto. Vivir exige pequeños sacrificios diarios. Las mentiras piadosas forman parte del juego de la vida. Artistas de todas las disciplinas han tratado esto de una manera u otra. Eyes Wide Shut fue la última película de Stanley Kubrick. En ella nos cuenta una historia confusa de posibles traiciones en el seno de un matrimonio de clase alta. No obstante, más allá de los sinsabores que experimentan los personajes de Tom Cruise y Nicole Kidman, la intrahistoria que narra Kubrick es más compleja y muchos analistas creen ver interpretaciones más complejas y jugosas sobre el ocultismo y el poder. En definitiva, la gran memoria es incómoda porque muchas veces la verdad es desagradable.

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Todo esto me sirve de preámbulo para ilustrar la gran paradoja que padecemos los que vemos fútbol español. Como paradójico resulta que todos hayamos crecido sabiendo que "la justicia es ciega". La Justicia suele ser representada con los ojos vendados. Esta alegoría del vendaje representa su objetividad. Más allá de cualquier consideración, existe cierto consenso en admitir que esto es así. Sin embargo, podríamos ser también suspicaces y tirar de otro dicho popular: “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Desde luego, para ver fútbol en España todos tenemos que hacer un ejercicio de ceguera. Es decir, parafraseando el verso de Strawberry Fields Forever, ver fútbol nacional es sencillo si lo haces mirando para otro lado. Para ello, es tan necesaria una venda en los ojos como tener entrenada la capacidad del olvido selectivo. Si quieres centrarte en la pelotita, has de olvidar ese infierno poblado de directivos de clubes inoperantes, dirigentes cerriles, organismos siniestros al servicio de intereses oscuros, periodistas de medio pelo y jugadores mediocres.

Y en realidad, más allá de los personajes esperpénticos que pueblan el callejón del Gato, la deformidad que nos asola ya trasciende nombres propios. El ejemplo de Raíllo y Maffeo se multiplica  en otros equipos. Que nos abucheen en los campos de siempre no es noticia. Pero tampoco lo es ya que nos abucheen en todos y cada uno. Que hayamos tenido vacaciones testimoniales y una pretemporada anecdótica es la última afrenta. Pero nadie entre nosotros duda de que en los próximos días tendremos un nuevo problema sobre la mesa. Cada día hay uno nuevo. Por ejemplo, la inscripción de Franco Mastantuono con el dorsal 30 y ficha del Castilla.

Y así no se puede vivir. El aficionado hace un poder y mira para otro lado. Con estoicismo, tirando de fuerza de voluntad, muchos pretenden centrarse en el juego. Esto estaría muy bien si realmente todo lo que rodea a la pelota fuera algo ajeno y no afectara directamente. Sé que es más agradable hablar de fútbol, pero ni usted ni yo elegimos la realidad en la que vivimos.

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«¿A quién va a creer usted, a mí o a sus ojos?», preguntaba Groucho Marx. En España no nos queda otra que tomarnos las cosas con distancia. Sé que no es fácil pero es así. Por ejemplo, más allá de la victoria de anoche, me quedo con un Mbappé ágil y decisivo. También me gustaría subrayar a un Éder Militão que disputó todo el partido sin ningún contratiempo o la vuelta al Bernabéu de un Dani Carvajal que llevaba sin jugar en casa desde el pasado octubre. El fútbol también es eso, gozar con las pequeñas alegrías de nuestro Madrid.

Y mirar para otro lado.

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