Vini fuel, Vini fire… | OneFootball

Vini fuel, Vini fire… | OneFootball

Icon: La Galerna

La Galerna

·14 de septiembre de 2021

Vini fuel, Vini fire…

Imagen del artículo:Vini fuel, Vini fire…

No quisiera comenzar el artículo sin pedir disculpas por el pésimo juego de palabras que constituye su título, pero creo estar en condiciones de poder justificarlo.

Para quienes no estén familiarizados con la obra de Metallica, el primer corte del álbum ReLoad de 1997 comienza con James Hetfield bramando “Gimme fuel, gimme fire, gimme that which I desire”. Lo hace de una manera sincopada y acelerada, adelantando el frenesí que transmite la canción. Se trata de una estampida rockera más en la línea de las apuntadas desde el álbum negro de la banda allá por 1991 que en la tradición thrash de los primeros discos. En definitiva, una patada en la cara perfecta para abrir la que, aun así, fue, hasta 2003, la obra más floja de Metallica.


OneFootball Videos


Imagen del artículo:Vini fuel, Vini fire…

Hemos dicho frenesí, ¿verdad? ¿Acaso alguien encarna esa sensación mejor que Vinícius Jr. en su actual estado de forma? Los conceptos de velocidad y adrenalina reiterados en la letra de la canción no dejan de ser perfectamente homologables a la sensación de ver que el brasileño recibe el balón y empieza a correr, mientras que sus rivales reculan, aunque en el fondo sepan de lo fútil de su esfuerzo y asuman con resignado fatalismo que su destino es ser rebasados. Sólo un jugador dio esa sensación de provocar el terror en los defensores contrarios mientras que hacía que, recibiendo el balón con metros por delante, todos —estuviéramos o no en el estadio— acercáramos nuestras posaderas al filo del asiento o incluso, expectantes, las separáramos un poco del mismo, pues sabíamos que algo tremendo podía pasar en ese momento. Evidentemente, el precedente referido es Ronaldo Luiz Nazario de Lima, el mejor delantero de la historia del fútbol. Quizá la comparación de Vinícius con él sea anatema, pero no podemos negar que hay semejanzas en cuanto a velocidad y potencia, por mucho que a Vini Jr. le quede, a sus 21 años, casi todo por hacer en el fútbol.

Si antes Vinícius era como una maqueta de una gran banda —es decir, con condiciones y talento pero con todo por pulir— ya empieza a parecer un disco de verdad

Si antes el brasileño era como una maqueta de una gran banda —es decir, con condiciones y talento pero con todo por pulir— ya empieza a parecer un disco de verdad. Lejos de mi ánimo caer en tópicos manidos e infumables sobre la samba, pues Vini es puro rock and roll. Una jugada puede ser tan lánguida y parsimoniosa como un acústico de Nana Mouskouri, pero ay si llega el balón. El metrónomo se acelera como impulsado por un motor V8 y las piernas empiezan a moverse como pistones mientras el jugador, bien por velocidad y potencia, bien por poseer un regate endiablado, deja atrás a rivales con insultante facilidad. Ante el portero, en cambio, Vinícius está mostrando ser capaz de bajar revoluciones y transformar su estampida en un medio tiempo, igual que ocurre en la sección central de la canción. Lo siguiente es recoger el balón del interior de la portería. Gol.

Hey-ah, Vini. Quench my thirst with gasoline.

Fotografías Imago.

Ver detalles de la publicación