Villarreal 0-1 Rayo Vallecano: ‘Rellenadores de sueños’ | OneFootball

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Unión Rayo

·30 de enero de 2023

Villarreal 0-1 Rayo Vallecano: ‘Rellenadores de sueños’

Imagen del artículo:Villarreal 0-1 Rayo Vallecano: ‘Rellenadores de sueños’

Va a estar complicado lo del Rayo-Liverpool. Pero por cómo está el Liverpool. Firmado: la tripulación de Iraola. “Rellenadora de horarios” y por vocación, de sueños. Este fue su tercer lunes en lo que va de temporada (‘es el mercado, amigo’, debe esbozar LaLiga ante cada súplica de un mísero sábado-noche). Chitón, acostumbrarse y remar, como con tanto en la vida. Fortuna franjirroja que en el barrio lo de las excusas, es casi alergia. Así, en las aguas del Submarino, no quedó otra que mojarse y lidiar. Esencia de Matagigantes en un renovado estadio que aún no había testado el sabor de la derrota en Liga. Para todo hay una primera vez. Lo propició la Franja, que sufrió como alma en pena durante toda la primera parte (fue un títere), despertó tras el descanso y en cuanto tuvo una, mordió en la yugular. Demostró tener más hambre que vértigo. Y con esa fórmula, todo es posible. Lo fue ganar en Cornellà, en Nervión, empatar en el Camp Nou, en el Metropolitano… y asaltar La Cerámica. Noche histórica.

Los jugadores celebran el gol de Camello. (Fotografía: Getty Images).


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Y eso que la primera parte vino a demostrar que Óscar Valentín es al Rayo lo que el oxígeno, a la vida. Que su trabajo, silencioso, hace mucho más ruido de lo que uno puede imaginarse. Tiró Iraola de Pathé Ciss para suplirlo y el senegalés pagó la altura de la comparación. Era imposible estar tan seguro en los cortes y ser tan templado en la salida como el de Ajofrín. Resumen: la Franja fue un descontrol en la primera parte. Un títere en manos del Submarino más clemente de la temporada. Los de Setién hicieron nueve disparos en el primer acto. Nueve. Falló la puntería y atinó Dimitrievski, autor del paradón de la jornada con un vuelo para sacar un balón en la misma línea. Fue la más clara, tras un zurdazo inocente de Chukwueze. Pero antes pudo acertar Yéremy Pino en un mano a mano; como Alberto Moreno de falta o Gerard, de cabeza.

Milagro tras milagro

Sin puntería no hay paraíso. Y bien lo atestó también el conjunto vallecano, resistente atrás como los 300 espartanos. Le acompañó esa pizca de suerte que tanto escaseó en otras ocasiones: porque que no entrase ninguna, ciertamente, careció de explicación racional. Al menos una pequeña intervención de la Virgen de la Karmela debió haber. Pero de ahí, a irse al intermedio ganando, ya era agarrar el brazo en vez de la mano. Por eso Pathé Ciss, tras 45 minutos de taquicardias, perdonó dentro del área una ocasión inmejorable. Sin apenas saber cómo, el cuero tocó en un defensa y él, que estaba descolgado, se lo encontró de espaldas. Estaba solo en el punto de penalti; solo. Pero en vez de buscar una volea a la mediavuelta, intentó un taconazo: le pegó al aire y salió al medio. Agua.

Camello y Cuenca disputan un balón. (Fotografía: Getty Images).

No tuvo ni un susto más el bueno de Jörgensen (titular por delante de Pepe Reina) en todo el primer acto. El Villarreal fue infinitamente superior; movió la batuta, tocó los violines y recibió los halagos. Se estaba gustando y en ese retal de momentum, le debió parecer que matar al cordero tan pronto, no procedía. Así que se guardó los goles para la segunda parte. Inocente. Sin saber que el inofensivo animal, volvería hecho un lobo. A esas alturas, Iraola ya era consciente de que su Rayo necesitaba un desfibrilador. Que estaba tendido en la lona y a merced de que una… entrase. Parecía cuestión de tiempo. Así que tras alzar la voz en el descanso, movió sus fichas intentando evitarlo: Unai López y Chavarría, por Pathé Ciss y Andrés Martín (titular, ante la ausencia de Álvaro García, con una sobrecarga).

Dimitrievski, en La Cerámica. (Fotografía: LaLiga).

Cierto es que los minutos previos a esos cambios ya fueron algo mejores: Isi y Trejo, con dos disparos desde la frontal, amenazaron con partir La Cerámica. Ambos, arriba. El tándem de zarpazos despertó los nervios en los de Setién, que pudieron quedarse con diez tras una entrada durísima de Foyth: tarde y a la altura del tobillo. Con la fortuna de que no cazó de manera severa a Chavarría pero, en el fútbol de hoy en día, digna de color naranja. Quedó en amarilla. Desapareció el Submarino, sumergido en la batalla. Cada vez que asomaba un poco el periscopio, sonaba un cañozano. Tal fue el caso, que la afición dedicó una sonora pitada; su forma más directa de escenificar un tirón de orejas. No iba a surtir efecto; ni mucho menos. El Santa Inés había invocado su tormenta y segundos después, retumbaría el trueno.

‘Torpedo’ Camello

Ya saben lo que viene después. El caos. Fue un saque de banda… y sin tiempo para que la realización televisiva siquiera enfocase, Camello se plantó ante Jörgensen. Estaba escorado, no era fácil. Pero el portero danés salió a por uvas y dibujó en su costado un agujero como una autopista. Un regalo digno de Navidad que el killer no desperdició: interior al palo largo. Palmeó de manera insuficiente. Gol y frenesí. Se pusieron los vallecanos a 2 puntos de Europa y con tres cuartos de permanencia en el bolsillo. Ese zarpazo del León de Nevir valía un potosí y en conservarlo se iba a ir la vida. Quedaba algo más de cuarto de hora y se preveía un descuento enorme (Dimi, conmocionado, había sido atendido durante unos 5 minutos).

Camello aprieta el puño tras marcar en La Cerámica (Fotografía: Getty Images).

Se añadieron 9′. Hora de trincheras y desfibriladores para sostener un marcador que no se movería. Y eso que el Villarreal tuvo una clamorosa: Gerard Moreno, a bocajarro y solo dentro del área, le pegó mordida. Ay, la Karmela. Supo templar sus nervios la zaga de Iraola y defender con veteranía. Eso que tanto ha añorado otros años, este lo tiene. Otro lunes, como los dos anteriores (Real Madrid y Elche), veni vidi vici. La jornada siguiente, el Almería… también en lunes. El cuarto de esta temporada. Reaparecerá el “rellenador de horarios”. Y de sueños. Iraola ha inventado un término y ya de paso, creado un equipazo. Insistirá en tener los pies en el suelo. Insistirá.

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