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·9 de octubre de 2024
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El clima está muy convulsionado en Uruguay tras las palabras de Luis Suárez, quien acusó conductas de Marcelo Bielsa que afectaron la convivencia grupal durante la Copa América. Uno de los ejemplos que el Pistolero puso sobre la mesa la mala relación del DT con Agustín Canobbio, confirmando un secreto a voces.
Faltaba precisamente la versión de Canobbio, quien no se guardó nada y reconoció la mala relación con el entrenador, quien dejó de considerarlo para los partidos eliminatorios. “Sabía lo que me esperaba después de mi reacción y de lo que le llegué a decir a Marcelo (Bielsa) en la cara. Hubo muchas faltas de respeto y tantas faltas de respeto constantes, y yo que soy muy respetuoso en todo mi andar, bueno, llegó un punto de estallar”, reconoció a Minuto 1 de radio Carve Deportiva, de su país.
“Dejé abierto una interpretación de cada uno y no fue lo ideal. Quería hablar y no era el momento porque se iba a hablar de que está enojado, de que no jugó… Te da tristeza, pero preferí callar, también para no manchar al grupo”, señaló, para explicar sus enigmáticas declaraciones al regreso de Estados Unidos.
“Sabía las consecuencias que se podían venir, pero actué igual y fui de frente con mis valores y códigos que me inculcaron desde chico”, sostuvo, y reconoció encontrarse “muy bajoneado” en la Copa América de Estados Unidos, aunque reveló que los problemas con el DT comenzaron antes, en un partido por Eliminatorias durante el 2023.
“En el 2023 hubo una fecha que a mi me impactó mucho. A mí me echó la culpa de haber perdido un partido. ¿Un jugador solo había perdido un partido? Fue contra Ecuador. Había hecho un gol y generado la otra situación de gol y a ver, somos 11 jugadores adentro de la cancha, un plantel y me echó la culpa de haber perdido el partido”, reveló.
Me responsabilizó. En ese partido yo me sentí muy bien técnicamente. Me chocó mucho la manera en que se me dijo”, complementó.
Luego desclasificó lo ocurrido en Estados Unidos. “Después en la Copa América, faltaban dos semanas y media para empezar el primer partido y ya él tenía su grupo. (Por otro lado) paraba a seis o siete jugadores, sumando a los sparring, y hablaba con el otro grupo, después nos dejaba a nosotros mirando de afuera cómo hablaba con ellos”, lamentó.