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·24 de octubre de 2024
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Aunque las primeras informaciones apuntaban que sería el Athletic Club quien se haría cargo al cien por cien de la ficha de Unai Núñez, tanto Mikel González, director deportivo el club vasco, como el propio Marco Garcés, director de Fútbol del Celta, reconocieron que el club celeste pagará parte del salario que perciba el central de Sestao durante su año de cesión en San Mamés.
Garcés restó importancia a este asunto: "Nosotros pagamos una parte de su salario, como también pagamos una parte de los que tenemos cedidos. Es un global y hay que verlo así", explicó el ejecutivo mexicano, en una defensa de su gestión.
Sin embargo, en el caso de Unai Núñez es inevitable analizar el caso de forma individual. Un futbolista por el que el Celta pagó cerca de 7 millones de euros por dos temporadas, y que ahora regresa al club de origen, el que ya ha cobrado esa cantidad, para jugar cedido, pagando el Celta una parte de su ficha. No parece la mejor opción de la historia del fútbol, por mucho que el RB Leipzig pague una parte del sueldo de Ilaix Moriba, que por otra parte sería inasumible en su totalidad para el Celta. No así en el caso del salario de Unai Núñez para el Athletic.
Y aunque Marco Garcés no quiso hablar ayer de la herencia recibida, es evidente que le costará hacerse respetar en el fútbol español, y esto no tiene nada que ver con Luís Campos, sino que debemos mirar hacia otro lado. Las operaciones realizadas en los últimos tiempos han generado una imagen del Celta que será difícil de cambiar entre los dirigentes del fútbol español. Recordemos esa cesión a Okay con un acuerdo verbal para la compra obligatoria en caso de permanencia, que el presidente Ángel Torres borró de su memoria en cuanto se consumó la salvación del Getafe.
No es el único caso y todos los conocemos. Brais Méndez, Javi Galán... y un largo etcétera de operaciones de dudoso éxito que sitúan al Celta como un equipo amigo al que todos recurren. El hecho de que un club de Primera División pidiese la cesión de Douvikas da buena fe del caldo de cultivo generado en los últimos años, y que ojalá Marco Garcés, o quien sea, pueda cambiar en los próximos años.