Apuntes de Rabona
·3 de diciembre de 2022
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Allí, en el municipio de Baracaldo, dentro de la comunidad de Vizcaya, en el País Vasco, está el Barakaldo CF. Un club que parece ser una leyenda viva. Son más de cien años los que lo han acompañado en Segunda, Segunda B y Tercera División. Su acercamiento más próximo a la Primera fue en la temporada 77-78. Dos puntos lo alejaron del ansiado ascenso. Sin importar que son ya 44 años de ese momento, el equipo sigue de pie. Respirando. Anhelando. Soñando. Y apoyado por su ciudad.
El Barakaldo surgió en 1915 y dos años después se oficializó su estancia. En una localidad dedicada a la industria, destaca la sociedad de Altos Hornos de Vizcaya. Ésta fue conformada por varias empresas siderúrgicas, fundada a finales del siglo XIX y que terminó por ser una de las principales fuerzas económicas de España durante el siguiente siglo. De hecho, entre 1942 y 1971, el plantel cambió su nombre por Club Deportivo Baracaldo- Altos Hornos (1942- 1958) y Club Baracaldo Altos Hornos (1958-1971).
El equipo que la mayor parte de su existencia ha lucido un uniforme amarillo y negro, como representación de la industria y la bonanza de ella, impregnado también en su escudo característico, modificó sus tonalidades cuando Altos Hornos de Vizcaya (AHV) los patrocinaba. Por un tiempo, los jugadores desfilaron con conjuntos azules y blancos. Su logo también se transformó; era rojo, azul y blanco. En el 46, aunque regresaban al engalanado gualdinegro, aún aparecían las letras AHV.
Tercera, Segunda B, Segunda, siempre alternadas, siempre tan cerca de tocar la gloria. El conjunto ha disputado 24 ligas en Tercera (que es la cuarta de acuerdo al formato del país), 34 en la Segunda B y 30 en Segunda. A un respiro de conseguir la máxima categoría, el Barakaldo siempre ha brincado entre estas tres. La meta sigue intacta a cuatro décadas del momento más cercano de cumplirla.
Era mayo y se jugaba la temporada 77/78. El Baracaldo CF (sí, con ‘c’) en ese entonces había regresado de Tercera. Y en su primer torneo de vuelta, sin existir todavía la Segunda B, se posicionaba en el cuarto lugar de la tabla. Solo los tres primeros ascendían. El Real Zaragoza, el Recreativo de Huelva y el Celta de Vigo sí avanzaron. Los de franjas negras y amarillas, por su parte, estuvieron a dos puntos de lograrlo y marcar un hito en su historia. Eso no sucedió. En el último juego empataron a ceros en la isla más grande de las Canarias. “No pudo conseguir el ascenso el Barakaldo aquella tarde en Tenerife” se puede leer con una foto histórica de aquella alineación.
En las filas vascas se desempeñaron jugadores como Jacinto Quincoces y Manu Sarabia. El primero es originario de la ciudad. Ahí comenzó su carrera como futbolista y al cumplir la mayoría de edad fichó con el Deportivo Alavés. Después, se volvió defensa madridista. Ganó con los merengues dos Ligas (1931/32 y 1932/33) y dos Copas (1934 y 1936). Fue seleccionado nacional y disputó los JJ.OO de Ámsterdam 1928 y el mundial Italia 1934. Su popularidad lo llevó a aparecer en algunas cintas cinematográficas de futbol como: Campeones (1943), El Camino del Amor (1943), Once Pares de Botas (1954), entre otras.
Sarabia, por su parte, integró la plantilla donde el club baraka estuvo por ascender a Primera. Fue cedido por el Atlético de Bilbao durante un tiempo, retornó al Athletic en 1978 y allí jugó por una década. Se consagró dos veces campeón de Liga (1983 y 1984), de una Copa (1984) y de una Supercopa (1984). Con la Roja fue seleccionado y fue uno de los jugadores que marcó en el partido en que España goleó 12-1 a Malta, uno de los duelos más importantes de los europeos por el abultado resultado.
Son 105 años de futbol y tradición. El Barakaldo, que cambió su nombre por el mismo pero en euskera, una de las dos lenguas oficiales del municipio y del País Vasco en general, es una forma de mantenerse fiel y preservar lo propio de una entidad que lo vio nacer y desarrollarse. La actividad económica que caracteriza al municipio, también le otorgó el apodo de fabriles a los aficionados del conjunto gualdinegro.
Durante el festejo del centenario se realizaron diversas actividades en conmemoración del club. Un foro de la Mujer y el Deporte, la presentación del logo que celebra su siglo de existencia o el partido contra el Athletic son algunos ejemplos de la fiesta que corrió en 2017. Asimismo, la banda de rock, Obsesión Fatal, se sumó al aniversario al componer un tema dedicado al cuadro vizcaíno.
“RECORREMOS KILÓMETROS, SUPERAMOS OBSTÁCULOS, SOLO POR TI, BARAKALDO”.
En las últimas participaciones del Baraka en la Copa del Rey, en sus ediciones 2015/16 y 2019/20, hicieron estremecer a los admiradores. De hecho, Félix Esteve, estudiante de Ciencias Políticas de Vizcaya y fiel seguidor del club gualdinegro, compartió con Apuntes de Rabona algunos de sus recuerdos sobre ambos partidos.
El primero lo memoriza por el gol que cayó en el estadio Lasesarre contra el Valencia, cortesía del delantero Alain Arroyo. “Fue especial porque era una temporada donde casi ascendíamos de categoría. En el partido de copa empezamos ganando y gritamos un gol que flipas”. El resultado del encuentro, correspondiente a los dieciseisavos de final, terminó en 3-1 a favor del visitante. A pesar de la derrota, Félix guarda que los vascos abrieron el marcador en el primer cuarto de hora.
Por otro lado, a inicios de 2020, el Rayo Vallecano visitó a la comunidad baracaldesa. El portal de Unión Rayo lo presagiaba. Sería un encuentro interesante. Las hinchas se verían las caras. Los visitantes realizarían el viaje desde Madrid y los fabriles serían los anfitriones. Las historias destacadas de Félix en sus redes sociales y las fotografías y videos de la cuenta oficial del Barakaldo CF dejaron ver el festival que se vivió a la periferia del Lasesarre.
Luces de bengala rojas, bombas de humo amarillas, globos, banderas y bufandas de los colores distintivos del club y un centenar de aficionados recibieron al camión del equipo. El carnaval se encendía desde la previa. Félix contaba con su boleto con anticipación. En camino al estadio, una manta anunciaba el encuentro. Los dos escudos lucían en ella junto a la leyenda “Futbol contra el racismo”. Tele 7, medio de comunicación español, anunció que la asistencia marcaba casi los 6,000 asistentes. De esos, alrededor de 700 habían llegado desde la capital del país.
El encuentro terminó en un triste 2-0 en contra de los locales. Los que perdieron en la cancha pero ganaron fuera de ella. Paco Jémez, un viejo conocido en México, aventuró al Rayo a la siguiente ronda. Otra vez, ese deseo de alcanzar el triunfo deportivamente se quedó en el camino. La historia vuelve a iniciar de cero.
Después de volver a descender de la Segunda B a Tercera, el camino para los barakaldeses se ha complicado. En la temporada 2021-22 formaron parte del Grupo IV del País Vasco y la realidad es que no tuvieron forma de avanzar a la recta final y en su lugar lo hizo el Deportivo Alavés B.
Con el reloj aun contando, el equipo gualdinegro sigue en espera de hacer lo que algunos consideran imposible. No obstante, mientras se siga jugando, la posibilidad de ascender por primera vez a la máxima categoría siempre será el referente.
El cariño incondicional de su gente seguirá a su lado. El jugador con la casaca 12, con rayas verticales amarillas y negras, estará alentando desde la grada del Lasesarre. Así como Félix ha viajado a otros estadios, como al Camp D’Esports de Lleida, a 459 km de su hogar, los hinchas recorrerán los puntos por los que el Baraka camine. Y como Obsesión Fatal entona en su canción: “Ya van 100 años y aún quedan más”.
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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez
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