Futbolete.com
·26 de septiembre de 2024
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La historia de Franco Leys en América de Cali es un ejemplo inspirador de perseverancia y confianza. Estuvo cerca de irse, pero llegó Polilla Da Silva y todo cambió para él.
A mitad de año estuvo en una encrucijada, deseando abandonar el club debido a su falta de oportunidades en el campo. Acababa de terminar un semestre jugando poco y nada con César Farías como DT. La situación se tornaba difícil, ya que solo tuvo acción en 4 de 21 partidos en el semestre anterior, lo que afectó no solo su rendimiento, sino también su estado emocional. Sin embargo, la llegada del nuevo director técnico, Polilla Da Silva, cambió su perspectiva.
FOTO: AMÉRICA DE CALI
En una conversación sincera y directa, Polilla le ofreció su apoyo y una visión renovada sobre su juego. Franco Leys recuerda: “Me dijo que tratara de quedarme, que no quería que me fuera”. Esta charla significó un rayo de esperanza para el jugador, quien estaba lidiando con dificultades tanto familiares como deportivas. La confianza que el DT uruguayo depositó en él lo motivó a reconsiderar su decisión y a enfocarse en su desarrollo en el equipo.
Con una mentalidad renovada, Franco decidió quedarse y luchar por su lugar en el América. Hoy, con 10 partidos disputados en el semestre y siendo titular en 6 de ellos, se ha consolidado como una pieza clave del equipo. Su rendimiento en el campo ha sido notable, destacándose entre sus compañeros y aportando significativamente al juego colectivo. La transformación de Leys no solo se mide en minutos jugados, sino en la determinación con la que se enfrenta a cada desafío.
La historia de Franco Leys es un recordatorio poderoso de que las oportunidades pueden surgir incluso en los momentos más inciertos. Con el apoyo de su entrenador y su propia resiliencia, ha demostrado que con esfuerzo y dedicación, se pueden alcanzar grandes logros. La temporada aún tiene mucho por ofrecer, y Franco está listo para seguir brillando.
“Yo quería jugar. Él (Polilla) llegó, me dio su punto de vista, lo que pensaba para su juego, lo que yo le podía aportar. Me dijo que tratara de quedarme, que no quería que me fuera. Le dije que mi intención era irme. De 20 partidos del semestre anterior, me citaron en 3. Estuve 17 partidos por fuera. Familiarmente no estaba bien, entra a jugar la cabeza y cosas deportivas que no entendía. Entonces, simplemente era eso. Me dijo que contaba conmigo, que quería que me quedara, que tratara de resolver la situación. Fue eso. Contaba conmigo. No me aseguró que fuera a jugar ni nada. Uno después se tiene que ganar las cosas en los entrenamientos y en la cancha”.