La Galerna
·5 de agosto de 2020
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·5 de agosto de 2020
Dice el diccionario de la R.A.E. en su segunda acepción que el término iconoclasta se refiere a aquellos que rechazan la autoridad de maestros, normas o modelos. Y un poco sobre esto les voy a escribir hoy. Hace muchos años, cuando José María García era el emperador del periodismo deportivo, recuerdo haberle escuchado decir que el Real Madrid necesitaba una renovación total, incluido su escudo que parecía un despertador.
Para los más jóvenes que ahora usan como despertador su teléfono móvil les diré que hubo un tiempo en que los despertadores eran unos objetos circulares con dos campanillas a modo de semicírculo sobre la esfera principal que eran martilleadas a la hora marcada provocando un ruido infernal, pero cumpliendo a la perfección con su labor de sacarnos del sueño y traernos a la rutina del día a día. Y si lo miran con un poco de imaginación, nuestro escudo tiene cierto aspecto de despertador.
La actual versión, del año 2001, hizo del escudo nuestro propio logotipo para promover la marca Real Madrid. Los cambios no fueron muy profundos sobre la versión de 1941, así, las letras aumentaros su grosor, adquirieron un borde azul marino y la banda central se recortó. Pero como estos tiempos del márquetin van tan rápidos, no sé si sería necesario o conveniente darle a nuestro escudo un lavado de imagen. La idea es poco original, ya que en numerosos clubes de Europa se está llevando a cabo ese cambio, siendo quizá el más radical el de la Juventus, que pasó de tener un emblema (precioso para mí gusto) a dos letras sin más que juegan con el nombre del club y su localidad.
Y qué decirles de nuestros vecinos del Manzanares (o de dónde sean ahora), que llevan desde 2017 envueltos en una bronca continua en las redes sociales con el hashtag #ElEscudoNoSeToca. En este punto conviene tirar de historia y decir que, hasta 1929, el Madrid llevó en su escudo al oso y al madroño porque así lo imponía la normativa de los primeros torneos que se jugaron en España, que obligaba a los equipos madrileños a jugar con la heráldica de la ciudad cuando se enfrentaran a equipos de otras ciudades. Desde 1920 la corona ha estado presente al otorgarnos el rey Alfonso XII la designación de “Real”, salvo en los años de la II República donde desapareció.
Así que, viendo que nuestro escudo ha sido manoseado en numerosas ocasiones, ¿sería el hacerlo ahora un acto de renovación necesario o parecería una falta de respeto a la historia del club? Imaginen la inauguración del Bernabéu tras las obras junto con la presentación de un nuevo escudo, minimalista, con una línea continua en un solo trazo, sin el “corsé” circular externo, haciendo la corona más simple (o prescindiendo de ella).
Yo qué sé, las opciones son infinitas y yo no soy diseñador, así que lo dejo a su imaginación. Desde mi punto de vista, que es el mío y con él no trato de evangelizar a nadie, en el caso de hacerse no me lo tomaría como una falta de respeto hacia el club ni hacia su historia. Sería un cambio más, una evolución de los tiempos. También hemos cambiado el himno de “las mocitas” y no vi que se derrumbara el Bernabéu (sé que el ejemplo no es el más acertado, pero permítanmelo) y el nombre de “Real Madrid” como marca corporativa también se modificó resaltándose en negrita y minúsculas “madrid” sobre “Real”. Y puede ser que yo no le dé importancia porque tengo al espíritu iconoclasta por bandera, o porque mientras escribo esto tengo puesto “Changes” de David Bowie de fondo.