Un final agónico donde el Granada tira de épica. | OneFootball

Media tarde de lunes, vísperas del día de Andalucía y un derbi se avecina conforme se va apagando la luz del sol. El complejo del Zaidín concurrido desde las siete de la tarde cuando cientos de aficionados rojiblancos se congregaron para recibir el autobús de esos 11 guerreros que salieron a darlo todo en el terreno de juego.

El partido disputado en la noche de ayer fue un duelo de necesidades donde el Málaga debía demostrar que la contundente victoria de la jornada anterior no era una raya en el agua y donde el Granada tuvo que demostrar que si es el mejor local de Europa es por algo, y así lo hizo. El partido marcado por la ansiedad, afectó de manera más notable al conjunto local y a su afición, conforme el tiempo se iba agotando y el marcador no se movía de la igualdad a cero, la grada comenzaba a impacientarse, pero toda esa tensión contenida estalló cuando en un contragolpe, myrto abre a la banda de Neva que galopando desde el lateral puso un pase picadito para uzuni que ya se encontraba en el borde del área, filtra uzuni entre las piernas del defensor apareciendo Sergio Ruiz de segunda línea para empujar el esférico hacía la portería del fondo sur. En ese momento toda la agonía vivida en los 90 minutos previos no importaba, es más hacía de combustible para la euforia en un gol que se celebró con el amigo, con el primo, con el compañero de asiento, y hasta con el del asiento de encima al que no conoces, un gol que vale tres puntos de oro, que mantienen al Granada a tan solo tres puntos del ascenso directo, y que le tienen como león oliendo la sangre que cae del cuello de su presa, el Granada, es el león y ha de esperar a que su búfalo se tambalee para asestar el remate final con el fin deseado, cazar una de esas dos ansiadas plazas de ascenso directo.