Umar Sadiq, por fin asomando cabeza | OneFootball

El nigeriano Umar Sadiq aterrizó en la ciudad de Almería con la misión prácticamente imposible de hacer olvidar a su predecesor en la delantera indálica: Darwin Núñez. El uruguay tenía tal potencial que, como sabrán, ha terminado en el Liverpool de Klopp y continúa prometiendo grandes cosas para el futuro. El delantero, que llegaba desde el Partizan, aparentaba estar lejos, muy lejos, del perfil al que debía suceder. Y de hecho lo estaba, pero no importó. Tenía un objetivo y ese objetivo, finalmente, lo cumplió con creces.

Eso sí, lo hizo siendo un futbolista realmente peculiar. No es un delantero al uso, de hecho, no es un jugador de un perfil que pueda encuadrarse en un estilo concreto. Con su aspecto desgarbado, apariencia de inestabilidad y una forma de correr con y sin balón tan poco estética el de Nigeria, a simple vista, podría parecer un futbolista torpe, desequilibrado e incapaz de sumar a través del toque o la conducción. Nada más lejos de la realidad.

Almería, la tierra en la que mostró al mundo un carisma inaudito

De esta forma, costó en los primeros encuentros del delantero en España comprender los atributos que habían llevado al Almería a fijarse en él. Sin embargo, el paso de los partidos justificó la apuesta con creces. Y es que la torpeza de Sadiq terminaba convirtiéndose en virtud, con regates increíbles y exitosos en contextos en los que no parecía caber otra cosa que el fracaso. Él convertía lo imposible en sencillo y, no contento con ello, elevaba sus cifras anotadoras de manera exponencial tirando de recursos infinitos y registros inagotables. Fundamental en el ascenso indálico a Primera División y, en el estreno en la élite del fútbol español, dejando muestras de que la Segunda se le quedaba pequeña y en Primera ni mucho menos desentonaba.

La Real apuesta decididamente por un delantero total

Así, y tras un sinfín de rumores, Umar aterrizaba en la Real Sociedad en una operación que superaba los 20 millones de euros. Sin embargo, la desgracia se presentaba ante él con una rotura del cruzado anterior de su rodilla y, con ello, decía adiós a cualquier opción de demostrar sus capacidades para deslumbrar en la élite enrolado en un equipo de aspiraciones europeas. Una recuperación larga, tediosa y complicada que le hacía perderse prácticamente la temporada y comenzar la siguiente aún convaleciente.

Ahora, aparentemente recuperado en su totalidad, el delantero comienza a mostrar por qué Imanol Alguacil y la directiva txuri-urdin habían puesto sus esperanzas de futuro en este espigado delantero con apariencia frágil y torpona. Dos golazos en sus dos últimos envites con la camiseta de la Real dejan ver algunas de las cosas que este jugador puede aportar en fase ofensiva a los donostiarras. Toca volver a disfrutarle, sonreír con cada una de sus carismáticas muecas de felicidad tras sus travesuras sobre el verde. Sadiq, por fin, vuelve a asomar la cabeza.