Diario UF
·20 de febrero de 2020
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·20 de febrero de 2020
El Red Bull Leizpig de Julian Nagelsmann se impuso el día de ayer al Tottenham de José Mourinho por 0-1 en el Tottenham Hotspur Stadium gracias a un tanto de penalti convertido por Timo Werner en el minuto 58.
El morbo del encuentro lo acaparó la batalla táctica que enfrentaba a José Mourinho con Julian Nagelsmann, que sonó para el banquillo Spur antes de la llegada del portugués. El alemán terminó siendo quien se impondría ante un Mourinho que salía sin margen de maniobra por las numerosas bajas de su equipo.
Más allá del resultado el club alemán dominó al inglés, que se agazapó la mayor parte del partido en su propia área para tratar de salir al contragolpe a través de las conexiones de Dele Alli con Lucas Moura y Steven Bergwijn. Buena muestra de este dominio fueron las tres ocasiones casi consecutivas de las que disfrutó el conjunto de Red Bull cuando tan solo un minuto y medio de partido había transcurrido y que obligaron a Lloris a esforzarse al máximo.
El portero francés fue con diferencia el mejor de su equipo y la razón de que pudiera mantenerse vivo en la eliminatoria. Con sus paradas sostuvo al cuadro londinense, cuya defensa se vio desbordada por un juego combativo rápido y eléctrico. Cinco paradas tuvo que completar el arquero, que pueden parecer pocas frente a las 4 de Gulácsi, pero tuvieron mucho más mérito por la dificultad que entrañaban. Y es que el portero húngaro solo olió el peligro de verdad en un disparo de falta de Giovani Lo Celso que le obligó a volar para enviar el cuero contra el palo con una estirada tremendamente estética y plástica.
El Tottenham se vio mermado en gran medida por las bajas de sus principales atacantes. Las ausencias de Heung Ming Son y de Harry Kane fueron determinantes en el partido.
Estas ausencias obligaron a su entrenador, José Mourinho, a improvisar un ataque de circunstancias: con Bergwijn jugando a banda cambiada, Lo Celso en banda derecha y Lucas Moura volviendo a actuar de falso 9. Sin duda a ninguno de estos jugadores le es ajena esta posición, pero igual de cierto es que tampoco es aquella en la que mejor se desarrollan.
Esta fragilidad en el ataque londinense es una carencia heredada de la mala planificación de Mauricio Pochettino, que a la larga sería una de las razones de su despido. Su obcecación por jugar con un rombo y dos delanteros le llevó a no fichar los jugadores que el equipo necesita en ataque, dejándolo muy expuesto a las lesiones. Era evidente que los jugadores no se sentían cómodos jugando de esta forma, pero el entrenador decidió seguir adelante y morir con sus ideas.
En el mercado invernal se ha arreglado un poco la papeleta con la incorporación de Steven Bergwijn. El holandés ha caído de pie en los Spurs y ya logró marcar en su debut contra todo un Manchester City.
Pese a todo, la reciente lesión de Heung Ming Son, tal vez el jugador más en forma de la era Mourinho, ha sido la gota que ha colmado el vaso llevando al equipo a una situación más que complicada.