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Alessio D'Errico·27 de marzo de 2023
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Alessio D'Errico·27 de marzo de 2023
Pintaba finde tranquilo sin Liga ni Champions a la vista. Algo más del asunto Barça-Negreira si acaso. El espíritu preparándose para la inminente Semana Santa. Cierto cosquilleo personal: si Dios y el tren no lo impiden esta tarde estaré en los premios de La Galerna. Limpio y repeinado.
¡Error! Quiso la casualidad que el parón coincidiera con un Clásico de la Liga femenina. En cuanto me enteré perdí toda esperanza: calma imposible, habrá lío. Sólo faltaba conocer el cómo, la forma.
El partido (0-0) se acercaba al minuto 80. Más o menos el de aquel gol anulado a Asensio la última vez que un equipo del Madrid pisó territorio culé. Una jugadora azulgrana entró en el área con la noble intención de rematar y una blanca apareció para impedírselo. Como sería la cosa que el no menos noble Iturralde manifestó que no fue penalti. Pues eso pitaron. Otras voces hablaron de penaltito, dudoso, atrevido. Quien no dudó fue la árbitro.
Me voy a poner equidistante, cosa que odio profundamente. Pero bueno, me ayudará en el diagnóstico. Quede claro que no hubo falta tampoco para mí, pero equidisto y digo: puede pitarse y puede que no. Hay un forcejeo, una caída en el área... Equidisto. Dudo. Y la respuesta surge al punto: in dubio pro Barça. Lo aprendí en mis tiempos de estudiante de Derecho, bien es verdad que no referido a ese admirado club.
En la duda, a favor del reo. Pite hombre o mujer, se trate de Liga masculina o femenina. Ante la duda, ñaka. Es algo que van incorporando a medida que avanzan en el arbitraje. El ambiente contagia y atrapa, si es que lo entiendo muy bien. Acaba siendo superior a sus fuerzas.
In dubio pro Barça. Pite hombre o mujer, se trate de Liga masculina o femenina
Y así, llega el momento y no dudan. Penalti. U orsay. Cualquier cosa. A Rivera Olmedo, la joven trencilla de la ocasión, se le disparó la alarma en su cerebro. No lo sabe. Ni lo nota. Pero le pasó, es automático. ¡Una del Barça en el suelo! Y frente al Madrid. ¡Pi, pi, pi, alarma! Penalti. Sí, sí. No cabe la duda.
Así, en general, voy pensando que no es que sean buenos o malos los árbitros, ni que cobren, paguen o todo lo contrario: simplemente les resulta inevitable pitar así. Es lo que ven desde tiempos casi inmemoriales. Es muy natural pensar que es lo correcto, lo que toca. El poder de la mayoría. A todos nos enseñan de niño que cuando el semáforo está rojo no se cruza la calle, vemos hacerlo a los mayores y nos aplicamos. Se para hasta que se pone verde. Es la costumbre, ésta muy saludable por cierto. ¿Habrá excepciones? En todo, por supuesto. No tengo el gusto, pero sin duda las habrá. Árbitros sin alarma y gente que cruza a su aire. Total: el Barça aprovechó el regalo, 1-0 y p’a casita que llueve. Bueno, ojalá lloviera.
Eso pasó poco antes del España-Noruega, desternillante partido en clave madridista. La cosa acabó en que Nacho fue el mejor de los defensas, Ceballos el tío que cambió el partido y Joselu, cantera blanca y presente en la última final de París entre miles de madridistas como uno más... hizo dos goles.
¿Que si quiere usted ganar partidos internacionales debe poner algún madridista? Pues quizá. Parece más contundente decir que a una selección deben ir los mejores y en lo de Qatar no pasó. Con otros futbolistas que no juegan en el Madrid, también. Y que en el Madrid juega algún mejor, pues claro. Vi lo que vi en Málaga y me reí mucho.
Ceballos estuvo tremendo, Carletto. Como diría Schuster, “no hase falta desir nada más”. O sí: hasta esta tarde, a las siete y media en Casa Club. Calle Pinar, 17. Madrid. Metro más próximo, Gregorio Marañón. También llegan autobuses y hay aparcamientos, subterráneos y de superficie. De nada.
Getty Images.
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