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Daniel Cadena Jordan·25 de agosto de 2019
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Daniel Cadena Jordan·25 de agosto de 2019
Paradójico decirlo así, pero serán las ausencias las que otorguen el protagonismo al fichaje del verano.
Se esperaba un debut diferente ante la audiencia propia para Antoine Griezmann. Un debut, en el que se podría apreciar aquella magia que Messi, Suárez y el francés podrían compaginar. Pero a causa de las lesiones que aquejan al plantel blaugrana, toda la presión recae sobre Antoine.
Las bajas de Messi, Suárez y Dembélé dejan desguarnecido el ataque culé, en el momento en que Griezmann será el encargado de, por fin ver, si se puede romper con aquella ‘Messidependencia’ que no deja de ser obvia cada vez que el astro sudamericano no está en la cancha.
El esquema inicial que hubiera planteado Valverde se verá obligado a usar piezas de recambio poco ortodoxas, buscando acompañar en la presión en lo más alto del campo a Griezmann.
Con un Sergi Roberto adelantado, Carles Pérez de extremo, o un Rafinha que reitere lo visto en San Mamés, que fue positivo, e incluso la idea de adelantar a Arturo Vidal y su buen remate a media distancia, a una posición considerablemente más adelantada, de trequartista, pudiese ofrecer alivio a lo que fácilmente pudiese convertirse en una sobrecarga para el francés.
Así, el 4-3-3 típico del Barcelona podría mutarse a una suerte de 4-2-3-1, con una línea de tres en el mediocampo ofensivo de Rafinha, Arturo Vidal y Carles Pérez, con Sergi Roberto y Jordi Alba haciendo relevos por ambos costados, así como Griezmann de punta.